El peso mexicano logró apreciarse un 0.68% ante el dólar estadounidense durante el séptimo mes del año a pesar de la precaria expectativa que existe sobre la economía nacional y de choques que debilitaron momentáneamente al peso. En dicho periodo, el peso cotizó en un rango de 18.8635 a 19.3640 unidades.
La moneda mexicana inició julio fortaleciéndose ante el dólar después de que los líderes de China y Estados Unidos anunciaron que se reanudarían las conversaciones comerciales entre ambas naciones, pero fue hasta finales del mes que se reunieron. Los negociadores concluyeron la reunión sin señales de avances y fijaron una nueva fecha para septiembre. A pesar de las declaraciones realizadas por las autoridades, las expectativas del mercado de un pronto acuerdo son bajas.
Uno de los factores que debilitó momentáneamente a nuestra moneda fue la sorpresiva renuncia del secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, como titular de la dependencia. Urzúa agradeció al
presidente López Obrador la oportunidad de servir en el actual gabinete, pero acusó que durante la presente administración “se han tomado decisiones de política pública sin el suficiente sustento”. La noticia provocó que el peso mexicano se depreciara hasta 19.3640 unidades, el peor nivel del mes. Posteriormente, López Obrador, presidente mexicano, nombró a Arturo Herrera Gutiérrez como nuevo secretario de Hacienda, quien hasta ese día se desempeñaba como subsecretario de Hacienda. La noticia fue bien recibida por el mercado, por lo que posteriormente, la moneda nacional, una vez más, se apreció hacia el nivel de las 19 unidades.
Otro factor que presionó al peso fue la revelación de un nuevo plan de negocios de Pemex el cual decepcionó al mercado internacional. Pues para analistas el plan de seguir apoyando a la petrolera con presupuesto y reducción de impuesto en los primeros tres años de su gobierno y con esto, los próximos tres años ya con más producción y los excedentes que generará la petrolera, contribuirá al desarrollo del país y será insuficiente para su sano desarrollo; porque el plan omite el tratamiento la abultada deuda de Pemex.
Por último, varias instituciones financieras internacionales anunciaron recortes en sus proyecciones sobre el crecimiento económico de México para el cierre del presente año. S&P es la institución más optimista al esperar un PIB mexicano del 1.3% seguido por Goldman Sachs que estima un PIB del 1%. Por otro lado, Citi espera que el crecimiento económico del país será solamente del 0.2% en 2019. El Fondo Monetario Internacional también recortó su proyección al estimar un crecimiento de tan solo 0.9%. A pesar de estas pesimistas proyecciones, el peso mexicano logró apreciarse ante el dólar estadounidense, ya que la probabilidad de un recorte en la tasas de interés en Estados Unidos se hacía cada vez fuerte.
Hacia el fin del mes, y tras meses de espera, la Reserva Federal recortó su tasa de interés de referencia en 25 puntos base para ubicarla en el rango de 2.0 a 2.25%. La reducción no sorprendió al mercado, pues el ajuste era esperado desde hace unos meses. Pero lo que si no esperábamos fue la declaración de Jerome Powell, presidente de la Fed, quien debilitó las expectativas de que el banco central estadounidense aplicara más recortes a su tasa. Powell dijo que el movimiento no era el inicio de un nuevo ciclo de baja de tasas, añadió que continuará monitoreando como la información afectará a la economía y agregó que actuará según sea apropiado para sostener una expansión económica en Estados Unidos. De esta manera, el dólar ganó terreno ante diversas monedas. En julio, el índice dólar logró recuperar un 2.54% de su valor, al pasar a 98.56 unidades desde las 96.25 unidades.
Por último, se dio a conocer que la economía mexicana creció 0.1% durante el periodo abril a junio del presente año, respecto al trimestre previo, lo que, por el momento, eliminó los temores de que la economía mexicana habría entrado en una recesión técnica. Se espera que a mediados de agosto se de a conocer la segunda revisión, dato oficial del PIB. Además, el mercado permanecerá atento a decisión sobre la política monetaria del Banco de México. Según Bloomberg, existe un 3.1% de probabilidad de que el Banco Central Mexicano reduzca su tasa de interés.
El atractivo que existe a nivel global sobre el peso mexicano continúa manteniendo a nuestra moneda en tendencia positiva a pesar de los choques externos y las divergencias económicas internas. Dicha apreciación podría continuar hasta que el Banco de México recorte su tasa de interés, lo que generaría una menor atracción como inversión a capitales extranjeros.
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