La agroindustria al rescate de la economía nacional

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Podrán venir golpeteos políticos o crisis en los mercados pero el sector de la agroindustria ha demostrado que se sabe reinventar y blindar ante cualquier contingencia. Jalisco es la entidad líder del país en producción agropecuaria, ya que el campo de esta entidad participa con 10.52% del producto interno bruto (PIB) en el sector primario.

De hecho, se considera que el 21%  (un millón 721 mil 153 hectáreas) de la superficie total del estado tiene vocación agrícola. Tequila, berries y aguacate son la punta de lanza de la agroindustria de nuestra estado. Son productos que ganan terrenos día con día. Es tal la demanda de estos productos en otras latitudes, que, esto provoca algunos eventos de desabasto y repunte en los precios. Tal es el caso del aguacate que recientemente rebasó los $100 pesos el kilogramo para el consumidor de a pie.

Otro ejemplo es el mercado del agave que también muestra episodios de volatilidad ante la escases de esta importante materia prima pero sobre todo, ante la lentitud de obtener agaves maduros. En ese sentido obedece la fluctuación del kilogramo de agave, la oferta y la demanda son muy volátiles en este terreno.

Recientemente se puso en marcha el Centro de Innovación Validación y Tecnologías CIVAT, un organismo privado dedicado especialmente a impulsar la innovación, a desarrollar perfiles de validación y a integrar ampliamente tecnologías para la actividad agropecuaria y agroindustrial no sólo en Jalisco, sino además en otras zonas productivas y regiones agroecológicas de México.          

Abarcará desde lo netamente productivo en campo, hasta posibilitar desarrollos de la innovación agrícola y pecuaria; vinculaciones, capacitación en diferentes niveles e infraestructura básica para dar cabida a quienes tienen algo para aportar y emprender en la actividad agroalimentaria, que en el caso de Jalisco representa un distintivo nacional e internacional.

Paola Velasco, empresaria de productos agrícolas y fundadora de CIVAT, vio la necesidad de unir esfuerzos con otros empresarios para lograr este objetivo, y aunque no fue un camino fácil, ahora cuenta con consejeros expertos, universidades e inversionistas que al igual que ella creen que es urgente entrar de lleno a las tecnologías más nuevas y unir estrategias para hacer frente a los diversos retos que enfrenta el campo, incluido el cambio climático:

“Necesitamos con urgencia entrar de lleno a las tecnologías más nuevas, y no me refiero solo a las que podemos traer de los centros de investigación o aquellas que pueden proveernos las grandes firmas, yo hablo de construir las condiciones y los espacios para que nosotros mismos seamos capaces de generar esa tecnología y de desarrollar conocimiento para impulsar las actividades del campo.

Entre estos desafíos está el caso de las brechas o distancias sociales y económicas en zonas de potencial productivo; o los efectos del cambio climático, la erosión de las tierras, la necesidad de su cuidado y la generación de una agricultura con prácticas efectivas y sostenibles.