El concepto de recesión implica distintos factores como la caída generalizada del PIB, la producción, el empleo y las ventas. Como esto puede ser un poco enredado a veces, se suele dar por válido que hay una ‘recesión técnica’, esto es cuando un país tiene dos trimestres consecutivamente a la baja en términos del PIB. Así es como lo hace Estados Unidos y eso era lo que se esperaba para México por parte de los mercados, bancos y corredurías internacionales. Pero una vez revelado el dato del INEGI, se descartó la recesión en nuestro país. Lo cierto es que no hay nada que celebrar ante las métricas de la economía. Conjurado el fantasma de la recesión, el gobierno mexicano tiene mucho trabajo por delante y también tiene mucho que demostrar para tranquilidad de los inversionistas y de la población en general.
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