Se cumple un año de la administración encabezada por Andrés Manuel López Obrador y su fórmula de la denominada Cuarta Transformación (4T) no convence a las mayorías. En medio de los desatinos del Gobierno, la iniciativa privada tiene el reto de generar estabilidad, pese a tener “otros datos” que contrastan con los que pregonan las huestes de AMLO. Reinventarse y depender menos de las acciones del gobierno, pero sin caer en la desobediencia, será el remedio infalible para mantener los niveles de la inversión extranjera directa. Ahora más que nunca, dependemos de las decisiones en el exterior, al menos para que la paridad del peso frente al dólar no se debilite. El recuento de estos primeros 365 días no es nada alentador en nuestros país, pero debemos adaptarnos al nuevo orden mundial. Será la cultura financiera, la que nos saque a flote de esta recesión.