Un año de AMLO, ¿cómo va la economía mexicana?

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Hace un año, Andrés Manuel López Obrador tomó posesión del cargo como presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Desde entonces, varias cosas han cambiado de la mano de una nueva ideología, que incluye un nuevo plan económico y social, llamado la “Cuarta Transformación”, visión creada por el mismo López Obrador y difundida a través de su partido político Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Pero la Cuarta Transformación, que aplicó planes de austeridad en el presupuesto nacional, no dio los frutos que proyectó López Obrador al inicio de su administración, quien estimaba un crecimiento económico del 2.0% para su primer año como presidente y un PIB promedio del 4% durante su sexenio. Gracias a la transformación durante el primer año, la economía mexicana podría crecer solamente un 0.4% según la más reciente perspectiva económica del Fondo Monetario Internacional.

Pero, ¿por qué el crecimiento está tan lejos de la proyección de López Obrador? La economía mexicana se ha debilitado considerablemente el último año, primero por las perspectivas que inversionistas nacionales y extranjeros tenían sobre el plan de trabajo de la nueva administración. Posteriormente, la implementación de dicho plan ha afectado seriamente a algunos sectores económicos. Para aclarar esto, a continuación, se demuestran los cambios de algunos indicadores macroeconómicos disponibles del país durante el primer año de la nueva administración:

Producción industrial

El sector industrial del país registró un avance de 0.4% en el primer año de López Obrador, lo que se compara con el incremento de 1.16% observado en el mismo periodo, pero de la administración de Peña Nieto; específicamente por una caída el subsector de la construcción.

En el primer año de la nueva administración, la construcción ha caído un 2.1% presionada por una disminución de recursos públicos para el desarrollo de infraestructura y la postergación de proyectos de inversión en parques y naves industriales o desarrollos habitacionales de la iniciativa privada. Lo anterior se traduce en un fuerte desempleo y serios problemas económicos para empresas que desarrollan proyectos gubernamentales, pues el Congreso Mexicano de la Industria de la Construcción estimó en septiembre que solamente se había ejercido poco más del 30% del presupuesto de egresos hasta ese momento.

Dentro del sector industrial, la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica y suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final, registró el mayor incremento al crecer un 5.7%. El endeble sector de la minería avanzó 1.9% y la industria manufacturera subió solamente 1.1% afectada por la incertidumbre que se generó entre los inversionistas durante los primeros meses de la nueva administración. Es importante mencionar que el sector manufacturero es un motor económico del país, pues representa aproximadamente el 18% del PIB nacional.

Desempleo

Lo anterior provocó que más mexicanos se encuentren desempleados, indicador que había mantenido una senda positiva en el sexenio anterior. Si bien durante los primeros meses del primer año de López Obrador se registró una ligera mejoría, posteriormente se observó que más mexicanos no tienen un empleo formal. Cuantitativamente, el desempleo está estancado en 3.5%. De hecho el empleo informal también se ha estancado, después de que Peña Nieto logró que más mexicanos obtuvieran seguridad social otorgada por su patrón.

Ventas minoristas

Uno de los motores de la economía durante los últimos meses son los ingresos que obtienen las empresas minoristas, en otras palabras, el consumo que hacemos los mexicanos en tiendas como Oxxo, Walmart, Liverpool y Elektra. Las ventas en este tipo de empresas se han incrementado un 3.5%, lo que representa que los consumidores tenemos dinero para comprar productos de primera necesidad. Pero en un entorno donde el desempleo se mantiene estable, con lineamientos al alza, el aumento en este rubro se debe al dinero que López Obrador ha dado a la población a través de diversos programas sociales, por lo tanto, no refleja la realidad sobre la economía local.

Remesas

Los envíos de dinero que han hecho nuestros compatriotas que viven fuera del país hacia México se han incrementado 12.8%, marcando un máximo histórico durante el primer año de López Obrador. Esto beneficia directamente a los ciudadanos, pero genera una amplia dependencia de varias familias a dicho ingreso. Si bien, una mayor cantidad de remesas representa más dinero para gastar en la economía, este ingreso no es producto de la actividad económica real, aunque sí genera que esta siga fluyendo.

Tipo de cambio

El peso mexicano se ha fortalecido alrededor de 5.5% ante el dólar estadounidense durante el último año. En varias ocasiones López Obrador dijo que la apreciación de la moneda era un reflejo de la economía nacional, pero la realidad dista mucho de sus declaraciones. Al inicio de su mandato, el peso se había depreciado hasta 20.50, en respuesta a un declive en la confianza productiva en México después de que López Obrador canceló una mega obra en el centro del país. Posteriormente, el tipo de cambio obedeció más al desarrollo de problemas externos como la guerra comercial entre Estados Unidos y Canadá, la extensa negociación del Brexit y una pequeña crisis en monedas emergentes generaron importante volatilidad en el mercado cambiario nacional. Un tema determinante para el peso fue la perspectiva del crecimiento de la economía estadounidense y del ciclo bajista en su tasa de interés de la Reserva Federal, dejando en segundo término los ajustes a las proyecciones del PIB nacional, los ajustes en la perspectiva crediticia de la deuda emitida por México y por empresas paraestatales y privadas del país.

En resumen, la actividad económica del primer año de Andrés Manuel López Obrador registró claroscuros en varios sectores productivos, lo que, en un entorno de menor crecimiento mundial, provocó que el PIB nacional se desacelerara a su peor nivel en nueve años y medio.