Durante el primer mes del 2020, el peso mexicano logró apreciarse un 0.51% ante el dólar estadounidense a pesar de un entorno externo adverso y débiles datos de la economía nacional.
Desde que el peso mexicano rompió el soporte de 19 unidades a mediados de diciembre gracias a la firma del protocolo modificatorio al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) y por la confirmación de un acuerdo fase uno entre Estados Unidos y China, no se ha presentado otro factor que detone una fuerte depreciación de la moneda nacional a pesar de factores internacionales y nacionales.
Por ejemplo, la crisis geopolítica entre Estados Unidos e Irán, la postura proteccionista de Donald Trump en el mercado del acero y el aluminio, donde México y otros países quedaron exentos, y la amenaza de aplicar aranceles a los automóviles europeos que ingresen a territorio estadounidense no fueron suficientes para debilitar considerablemente al peso.
De hecho, la crisis sanitaria del coronavirus 2019-nCoV que inició en Wuhan, China y que se ha expandido por varios países alrededor del mundo hasta el momento que se escriben estas líneas no han provocado una depreciación significativa de la moneda, pues el peso no ha retrocedido más allá de las 19 unidades, solo ha fluctuado en un rango de 30 centavos durante la última quincena. Otros instrumentos financieros, como índices bursátiles, petróleo y algunas monedas emergentes, han disminuido su valor pues se teme que la epidemia podría afectar al crecimiento económico de China y del mundo durante el primer trimestre de este año. Hasta el momento, el país asiático mantiene en cuarentena alrededor de 17 ciudades y 60 millones de chinos deteniendo su actividad económica. Se proyecta que el coronavirus podría restar hasta 1% del PIB de China, lo que ubicaría al indicador en 5% trimestral.
Internamente, el INEGI dio a conocer que el país registró una desaceleración económica del 0.1% durante el 2019. Esta cifra es la primera revisión, será hasta finales de febrero que se dará a conocer la cifra oficial. Específicamente, la actividad económica de noviembre cayó más de lo estimado previamente. La producción industrial continua en tendencia negativa y la confianza del consumidor mexicano no logra repuntar. Por otro lado, la inflación repuntó ligeramente en la primera quincena de enero a 3.18% desde el 2.83% previo. El desempleo disminuyó sorpresivamente a 2.91% tras varios meses por encima del 3%.
Entonces, ¿por qué la moneda nacional continúa fortaleciéndose a pesar de lo anterior? La relativa fortaleza del peso es gracias al ingreso de capitales extranjeros al país para invertir en títulos nacionales. Los inversionistas se endeudan en países que ofrecen créditos a tasas bajas (como Estados Unidos) e invierten ese dinero en países que tienen tasas altas. A esto se le conoce como Carry Trade. En Estados Unidos la tasa de referencia se ubica en 1.5-1.75% mientras que en México está en 7.25%. Además, hasta el momento, México cuenta con un plus: somos un país con grado de inversión otorgado por las calificadoras de valores.
Técnicamente, el peso presenta dos puntos clave a observar; si la moneda continúa apreciándose ante el dólar podría romper el nivel de 18.50 donde no ha cotizado desde agosto del 2018. Por otro lado, ante la adversidad nacional e internacional, la moneda podría debilitarse por lo menos a 19.00 unidades; si continúa inclusive hasta 19.30 unidades.