En el 2019 se aprobó el paquete económico del 2020 propuesto por el Presidente Andres Manuel Lopez Obrador. Hay varios aspectos que nos deben de llamar la atención, sin embargo, el día de hoy me enfocaré al tema del incremento de la tasa del ISR sobre el ahorro. Textualmente vemos lo siguiente: “Artículo 21. Durante el ejercicio fiscal de 2020 la tasa de retención anual a que se refieren los artículos 54 y 135 de la Ley del Impuesto sobre la Renta será del 1.45 %.” “Artículo 21. Durante el ejercicio fiscal de 2020 la tasa de retención anual a que se refieren los artículos 54 (Capítulo IV de las Instituciones de Crédito, de Seguros y Fianzas, de los Almacenes Generales de Depósito, Arrendadoras Financieras y Uniones de Crédito) y 135 (Pagos efectuados por las instituciones de seguros a los asegurados o a sus beneficiarios, por los retiros parciales o totales. Los rendimientos que las aseguradoras pagan antes de que ocurra el riesgo o el evento amparado en la póliza. Los pagos que efectúen a los asegurados o a sus beneficiarios en el caso de seguros cuyo riesgo amparado sea la supervivencia.) de la Ley del Impuesto sobre la Renta será del 1.45 por ciento.” Esta información ya fue publicada en el Diario Oficial de la Federación y entró en vigor en fecha 1 de enero del 2020. Haciendo un poco de memoria, recordemos que en el 2017 la tasa de retención era de 0.58 % y disminuyó para 2018 a 0.46 %. Para el 2019 el actual gobierno la incrementó en más de 100 % y se cobró en este año una tasa de retención de 1.04 %. Hoy en día ya es del 1.45 %, un incremento de casi el 40 %. Es un incremento enfocado a ahorradores e inversionistas y en cierto aspecto un enfoque a seguir cobrando más a la misma base gravable que siempre paga impuestos. A mi punto de vista y en base a principios macroeconómicos, el ahorro y la inversión son pilares del crecimiento económico de una nación. Y esta medida recaudatoria no ayuda a incentivar el ahorro formal, qué lástima. Fuera de esta reflexión personal, regreso al tema y cómo nos impacta en lo personal. Pues todos aquellos que tengamos ahorro en instituciones bancarias, en seguros, etc. este impuesto ya se nos cobra de manera automática. Si bien el contribuyente realiza su declaración anual de impuestos, este podrá tener manera de acreditarse esta retención para compensarla o si lo amerita pedir algo de devolución. Pero para la mayoría que no hace este trámite, terminará pagando el incremento completo. En términos prácticos, si alguien tiene $100,000 ahorrados a una tasa del 5 % anual al final del año recibirá $5,000 pesos, de esos pagará el 1.45% es decir $72.50 para obtener un rendimiento neto de $4,927.50. En contraste recordemos que la misma inversión en el 2018 descontó $23 pesos para tener un rendimiento neto de $4.977 pesos. Multipliquen esto por los miles de ahorradores y podemos comprender el efecto deseado. Ahora bien, ¿qué debemos hacer? ¿Sacar todo el dinero de nuestras cuentas de ahorro e inversión? Definitivamente no, el ahorro sigue siendo parte importante y vital de un crecimiento patrimonial, de una manera de poder llegar a metas y de poder conservar la riqueza por la cual estamos trabajando. Quizá sea el momento de ahora si poner un poco más de atención en los instrumentos en los que están colocados. Quizá sea el momento de solicitar la ayuda de un Asesor Financiero profesional. Quizá sea el momento de ver si hay mejores opciones de ahorro e inversión. La gama que existe en el mercado es muy amplia: acciones, sociedades de inversión, fondos de ahorro, AFORES, seguros dotales o de jubilación, etc. Por lo que quizá sea el momento de diversificar, pero nunca de dejar de ahorrar. Estamos viviendo algo como una piedrita en el zapato este año, que esperemos se puede sacar pronto, pero no debemos de aflojar el paso. Enfoquémonos en producir más y seguir ahorrando para que este incremento de ISR sea el menor de nuestros problemas.