El peso mexicano retrocedió 3.98% ante el dólar estadounidense durante febrero, presionado por una importante incertidumbre sobre el futuro de la economía mundial debido a un acrecentamiento en la crisis sanitaria originada en China, la cual se ha expandido a varios países alrededor del mundo.
El gobierno chino decidió poner algunas ciudades en cuarentena, cerrar empresas y expandir periodos de vacaciones para evitar mayores contagios. Ante la actual situación, el Banco Popular de China anunció una serie de medidas para incentivar su economía, las cuales van desde una reducción en la tasa de interés a diversos plazos o recortes fiscales para impulsar a varias industrias que se han visto afectadas principalmente en su cadena de producción. A pesar de lo anterior, y de que Banco de México bajó su tasa de interés 25 puntos base para situarla en 7.0%, el peso mexicano se mantenía estable ante el dólar durante la primera quincena de febrero llegando a cotizar hasta en 18.52 unidades, fortaleza no vista desde agosto del 2018.
Pareciera que la crisis del coronavirus Covid-19 en el país de origen se está conteniendo. Sin embargo, una rápida propagación en varios países alrededor del mundo a partir de la segunda quincena de febrero ha generado más temores. Específicamente, un sorpresivo brote de nuevos casos y muertes en Italia, Corea del Sur e Irán, así como su propagación en todos los continentes del mundo generó una importante aversión al riesgo, la cual pasó factura fuertemente en los mercados financieros a nivel global. De hecho, la Organización Mundial de la Salud hizo un llamado para una eventual pandemia y calificó la crisis sanitaria como una amenaza muy elevada.
De esta manera, los inversionistas alrededor del mundo decidieron alejarse de inversiones de renta variable, acciones y divisas, para enviar su dinero a inversiones seguras como el oro y bonos gubernamentales. Pero la demanda por los bonos del Gobierno estadounidense fue tan fuerte que los títulos a 10 años tocaron un mínimo récord, lo que podría generar otras complicaciones económicas.
En tan solo siete jornadas el peso mexicano descendió hasta 7.22% o 134 centavos, al acelerar su depreciación después de que se confirmó el primer caso de coronavirus en el país. De esta manera, la moneda nacional llegó a depreciarse hasta en 19.8947 unidades, debilidad no registrada desde septiembre del 2019. Otras monedas emergentes que también se vieron importantemente afectadas fueron el rublo ruso, el rand sudafricano y la rupia indonesa al caer 4.23%, 3.26% y 3.11%, respectivamente.
Hacia fin de mes, el INEGI publicó que la economía mexicana registró una desaceleración económica anual del 0.1%. Posteriormente, Banco de México ajustó su estimación sobre el PIB nacional a un rango de 0.5 a 1.5% para el 2020, desde la previsión anterior de 0.8 a 1.8%. La calificadora HR Ratings anunció un recorte en su proyección económica de 0.8 a 0.64%. También se dio a conocer que Pemex registró una pérdida por 346,135 millones de pesos durante 2019, un incremento deficitario del 92% respecto a 2018. Esta noticia genera presión en peso mexicano, pues ante los decepcionantes resultados se teme una reducción en la calificación crediticia de la petrolera, en caso de que eso sucediera se podría observar un efecto dominó de reducciones en la calificación de México y de las principales empresas nacionales. Derivado de esto, se realizarían ajustes más agresivos de las proyecciones de crecimiento para el año en curso.