El peso mexicano cayó 19.09% ante el dólar estadounidense durante el mes de marzo, registrando, hasta ahora, la mayor depreciación mensual nunca vista ante temores e incertidumbre de cómo afectará la crisis sanitaria del coronavirus COVID-19 a la economía mundial, sobre todo, después de que la actividad económica en varios países se encuentra semiparalizada. La moneda nacional llegó a cotizar en el mínimo histórico de 25.45 unidades ante el dólar estadounidense. En la crisis Subprime durante 2008, la mayor pérdida mensual que registró el peso fue del 17.3% al pasar de 10.93 unidades a cotizar en 12.82 unidades.
Entorno externo
Varios países decidieron tomar medidas drásticas para tratar de contener la propagación del virus, (desde distanciamiento social y cancelar eventos públicos hasta cerrar fronteras terrestres y toques de queda), pero pareciera que no es suficiente, pues los nuevos casos de contagios y muertes continúan al alza en Italia, España y Estados Unidos; siendo este último el nuevo epicentro de contagios a nivel global.
Ante los temores de inversionistas, se aceleró la demanda de dólares y la necesidad de liquidez provocando importantes depreciaciones en monedas emergentes y de países desarrollados ante el dólar. Los ajustes de portafolios continuaron provocando caídas en acciones e índices bursátiles.
Como si no fuera suficiente, el precio del petróleo estadounidense WTI (de referencia para el sector) cayó de un día a otro 10% por un desacuerdo entre miembros y aliados de la OPEP.
Días antes, la OPEP+ se reunió para analizar la posibilidad de realizar mayores recortes a la producción de crudo para hacer frente al descenso del precio del petróleo. Pero al no lograr un consenso, Arabia Saudita, líder del grupo, decidió actuar en sentido contrario al plan original al aumentar su producción y ofrecer su precio oficial de venta de petróleo por debajo de los precios internacionales. El precio del petróleo WTI cayó 55.4% en marzo llegando a cotizar hasta en 17.45 dólares por barril, afectando a todo el sector y presionando aún más a las débiles perspectivas sobre la economía global. Las monedas que tienen mayor relación con dicha materia prima registraron considerables pérdidas, incluidas el peso mexicano. La mezcla mexicana cerró el mes en 10.76 dólares por barril, una caída mensual del 72.94% de su valor.
De esta manera, se multiplicó la incertidumbre y la demanda por liquidez. Por lo tanto, los gobiernos y bancos centrales de las principales economías mundiales (así como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial) decidieron intervenir generando apoyos fiscales, otorgando acceso a créditos personales o empresariales sin o con bajo costo (sobre todo a los sectores más afectados), comprando bonos de gobierno y/o empresas para proveer de liquidez al sistema, reduciendo su tasa de interés de referencia y generando líneas de crédito entre bancos centrales para que las instituciones tengan acceso a dólares.
Entorno interno
Banco de México sorpresivamente, antes de la reunión pactada de marzo, hizo una reducción de 50 puntos base en su tasa de interés para ubicarla en 6.50%. Además, amplió el actual programa de coberturas cambiarias y ejerció dos nuevas subastas de dólares para instituciones financieras del país. También, el banco central realizó cuatro permutas de valores gubernamentales permitiendo a las instituciones cambiar bonos de largo plazo a tasa fija para adquirir títulos a corto plazo o bonos de largo plazo con tasa variable. Hacia fin de mes, la Comisión de Cambios anunció que iniciará el mes de abril con una subasta de crédito en dólares por hasta 5,000 millones de dólares, la cual forma parte de la línea swap, recientemente pactada, con la Reserva Federal estadounidense. Las medidas realizadas proveen de liquidez y dólares al sistema financiero mexicano, el Gobierno Federal aún no anuncia un plan de apoyo fiscal para las empresas mexicanas solamente algunos estados han realizado planes de apoyo locales.
Standard & Poor’s anunció un descenso en la calificación crediticia de México al ubicarla en “BBB” con perspectiva negativa pues prevé un impacto en el crecimiento económico derivado de la pandemia del COVID-19 y por la caída en el precio del petróleo, aunado de una menor confianza del consumidor privado y el poco dinamismo en la inversión que actualmente sufre el país. Y es que hace unos días, se canceló la construcción de una importante inversión privada en Baja California como el resultado de la oposición de la población medida a través de una consulta popular. S&P también redujo la nota crediticia de Pemex, de CFE, de aseguradoras nacionales, así como de algunas instituciones de la banca de desarrollo y comercial
Se espera que la volatilidad continúe en el mercado cambiario, pues a pesar de los esfuerzos económicos y sociales de la mayoría de los países a nivel global, la pandemia del coronavirus no cede completamente. Aunque hay una luz al final del túnel, China levantó las restricciones comerciales y sociales en las cuales vivió dos meses ante un aparente control del virus y aumentó un indicador que mide la actividad fabril, lo que se traduce con una mayor confianza de gerentes de manufacturas chinas ante una posible activación del sector. El país asiático ahora podría impulsar poco a poco a la economía mundial.