Pensión es una palabra que provoca diferentes emociones. Para algunos, significa la gran meta soñada de no trabajar más y disfrutar finalmente de la vida: convivir con sus seres queridos, practicar (en la medida en que su salud lo permita) hobbies como tenis o golf o iniciar ese gran proyecto personal, que, debido al trabajo del día a día durante décadas, no fue posible realizar… Pero ahora recibiendo cada 15 días, una generosa cantidad de dinero otorgado por “el gobierno”, gracias a sus 1,250 semanas cotizadas, (aproximadamente 25 años, durante los cuales el trabajador estuvo afiliado al IMSS o al ISSSTE).
En cambio, para muchas personas nacidas entre 1980 y 1995 y que particularmente comenzaron su vida laboral después del 1 de julio de 1997, la palabra jubilación es un termino extraño, lejano y sin duda “old school”; lo de hoy es vivir la vida, disfrutar el momento y generar experiencias, ya habrá tiempo para preocuparse del futuro y de las pensiones, pero en realidad… Hoy es tiempo de preocuparse.
La Real Academia Española define la palabra pensión como: cantidad periódica, temporal o vitalicia que la seguridad social paga por razón de jubilación. Y aquí, el concepto de seguridad social resalta enormemente. En México la seguridad social se define como: la protección que la sociedad proporciona a sus miembros, mediante medidas públicas contra las privaciones económicas y sociales, protegiendo en casos de maternidad, accidentes laborales, enfermedades, desempleo, invalides, vejez, y fallecimiento, todo esto en busca del mejoramiento en los niveles de bienestar.
En 1973 se creó en México, la ley del Seguro Social, que estipula que cualquier trabajador mexicano que haya trabajado y estado afiliado al IMSS o ISSSTE por lo menos 1,250 semanas tendría derecho a una pensión, equivalente al promedio de su salario durante los últimos 5 años. La idea era estupenda, pues otorgaría seguridad social a millones de trabajadores y el dinero para las pensiones saldría de las contribuciones e impuestos de las nuevas generaciones. Todo funcionaría perfectamente, hasta 1997.
En 1997, justamente el 1 de julio, se promulgó la nueva ley del Instituto Mexicano del Seguro Social (de ahí el nombre ley 97) y se creó el SAR (Sistema de ahorro para el Retiro) junto con las AFORES (Administradoras de fondos para el retiro). Esta nueva ley, que se baso en la experiencia de Chile, básicamente cambió las reglas del juego y trajo una nueva modalidad: contribuciones en cuentas individualizadas.
El gobierno de México, al igual que el chileno, se dio cuenta que el esquema que hasta ese momento era vigente, no sería sostenible para las finanzas públicas en el largo plazo. La demografía comienza a cambiar, las familias tenían menos hijos, y la pirámide poblacional cambiaba poco a poco hacia una sociedad cada vez mas vieja. ¿Quién iba a pagar las pensiones?
Ahora, todos los trabajadores son los únicos responsables de su pensión, la cual es manejada a través de las AFORES en cuentas individuales y con un esquema donde el patrón, junto con el gobierno (en una mínima fracción) y el trabajador, aportan recursos a una cuenta a nombre del trabajador, dichos recursos serán invertidos y lo que se junte entre aportaciones y rendimientos, hasta su edad de retiro (entre 60 y 65 años) será justamente su pensión. Vaya cambio de jugada.
Hoy nos enfrentamos a un enorme y triste problema: las AFORES no serán suficientes para generar pensiones dignas. Se calcula que la tasa de reemplazo, es decir, la cantidad con la cual los trabajadores se pensionaran al terminar su edad laboral es del 30% (otros países como España tienen tasas de reemplazo superiores al 70%). Ejemplo: Juan que percibía un sueldo neto de $15,000 MXN mensuales, recibirá a los 65 años una pensión de $4,500 MXN mensuales. Como un dato al margen: solo 4 de cada 100 mexicanos, gana mas de $15,429 MXN al mes.
El saldo promedio en las cuentas de Afore es de apenas $60,000 MXN por trabajador (2019).
Entonces, ¿qué y cómo prepararnos para el futuro? La respuesta es mas
simple de lo que parece. Recomiendo seguir 4 pasos básicos:
- Gastar menos de lo que se gana. Por lo menos tener un diferencial entre ingreso/gasto del 20% que permita generar capacidad de ahorro.
- Comenzar una estrategia de ahorro e inversión a largo plazo. Los noruegos descubrieron petroleo en 1969, y hoy tienen el fondo de inversión privado mas grande del mundo (Government Pension Fund Global). En teoria a cada ciudadano noruego le tocan mas de $4,500,000 MXN. Construye tu fondo soberano de inversión personal.
- Iniciar hoy mismo. En finanzas el factor mas importante para generar rentabilidad es el tiempo. Siempre podemos aportar mas dinero o encontrar mayor rendimiento, pero no conseguir mas tiempo.
- Acercarse a un asesor financiero profesional. Existen mas de 50 bancos y mas de 750 fondos de inversión en México, sin mencionar las diferentes clases de activos (bienes inmuebles, acciones, bonos, etc). .
Un asesor financiero profesional te ayudará sin conflictos de interés a trazar la mejor estrategia para lograr tu pensión, que espero, no sea hasta los 65 años.
La moneda está en el aire, las condiciones macroeconómicas y globales no son las más alentadoras y el futuro es ciertamente incierto… Toma decisiones inteligentes.