Invertir dinero hoy en día se ha convertido en algo trascendental. La creciente cultura financiera nos ha ido enseñando a cómo manejar mejor nuestros recursos y optimizar el tratamiento de nuestro dinero.
Invertir es uno de los pilares de las finanzas personales y se ha convertido en algo tan importante, que incluso hay gente que se dedica a ayudarnos a tomar las mejores decisiones financieras.
Trabajar para conseguir el dinero y esforzarnos en ahorrar es algo muy inteligente, pero si ese dinero ahorrado no se invierte, estamos dejando pasar la oportunidad que el dinero trabaje por nosotros, incluso mientras dormimos.
Para saber en qué invertir, no es necesario saber únicamente cuánto se tiene. El manejo del capital requiere también de conocer el perfil del inversionista, sus metas, objetivos, su aversión al riesgo, entre otras cosas.
Pero invertir ¿aún en tiempos de crisis? ¿no hay mucha volatilidad? ¿no están las cosas muy graves como para pensar en invertir? A pesar de que siempre hay situaciones contrarias a las esperadas, nunca hay que quitarnos de la cabeza invertir, si es que ese es nuestro objetivo. Incluso en situaciones difíciles. De hecho grandes multimillonarios han externado varias veces que, a pesar de que las crisis afectan demasiado, para ellos suelen presentarse situaciones excepcionales de inversión, pero ¿por qué a ellos? Porque muchas veces son los que mejor están preparados, física, moral y económicamente, para librarla y sacarle el mayor provecho posible.
¿Y para nosotros? ¿qué podemos hacer si queremos invertir nuestros ahorros aun estando en medio de una crisis o en recesión? ¿En qué es mejor invertir?
Hay muchos expertos que al momento de buscar inversiones toman como ejemplo al Sr. Warren Buffett. No es nada extraño, ya que es uno de los más ricos del mundo y ha multiplicado su riqueza gracias a sus acertadas decisiones al momento de invertir. Hay que tener en mente que a mayor riesgo tendremos que encontrar un mayor rendimiento, y él es un claro ejemplo de inversiones bursátiles de alto riesgo, principalmente.
Pero no solo él nos puede servir como referencia, tambien podemos tomar en cuenta a Robert Kiyosaki, gurú financiero y que apuesta por desarrollar negocios tradicionales y en red, pero también inversiones inmobiliarias; Bill Gates que apuesta por inversiones en tecnología de información, comunicación y energías limpias; Amancio Ortega que va enfocado en su negocio textil, entre muchos otros.
Como bien se ha mencionado, las inversiones de alto riesgo son las que pueden traernos resultados más atractivos. Pero, ¿qué hago si quiero que mi dinero NO se ponga en un escalafón de riesgo alto?
Lo primero que te recomendaré es “No inviertas en algo que no entiendas/conozcas ni en negocios mágicos”. Muchas veces este tipo de decisiones te traerán resultados negativos. Diversifica. Cuántas veces no hemos escuchado la frase “no pongas todos los huevos en la misma canasta” ¡Eso es diversificar!. Busca que tu patrimonio se conforme de activos de diferente naturaleza y que no estén muy correlacionados, no le apuestes todas tus canicas a una sola inversión, ve más allá.
Si ya conoces todo lo anterior y aún así quieres irte más conservador y buscar buenos resultados, sobre todo a mediano y largo plazo, busca invertir en activos refugio.
Pero, ¿qué es un activo refugio? La mejor forma de proteger el dinero durante una crisis, principalmente en países en donde su moneda pierde valor todos los días (¿Será el caso de México? ¿Dónde hemos escuchado eso?), son los activos refugio, en donde los inversionistas se resguardan y protegen ante las inminentes caídas en los activos financieros.
Hay varios activos que cumplen con las características antes mencionadas. El primero que mencionaré es el oro. Tener oro es una forma de mantener la riqueza en físico, que históricamente ha apreciado su valor con una clara tendencia alcista en su precio. Otro activo que funciona perfectamente suele ser el dólar americano, que a pesar de depender de un país que tiene a un presidente excéntrico, sigue siendo la economía más sólida y el dólar en épocas de vacas flacas y de incertidumbre, suele sacar las garras. Estos dos activos suelen apreciarse demasiado, ya que la incertidumbre, el miedo y el nerviosismo hacen que ambos sean muy demandados y por ende terminan empujando el precio para arriba.
Hay que tener la cultura de la inversión periódica (cada vez que se puede) y no hacer compras de pánico hasta que la situación se pone densa o complicada, si no, estaremos cometiendo un grave error que será difícil de combatir. Comprar activos en máximos históricos no es lo más recomendable, ya que quizás estamos entrando en el momento en el que es más probable que el precio vuelva a bajar, es por ello que siempre hay que tratar de prevenir. Bien dice la leyenda de John D. Rockefeller que cuando su bolero le decía que había que comprar cierto activo, él lo vendía. Y no por menospreciar al bolero, sino porque la información ya estaba en manos de todos y eso terminaría tumbando los precios o creando una burbuja que tarde o temprano explotaría.
Por último, si queremos invertir en activos de bajo nivel de riesgo, habrá que invertir en bonos del tesoro estadounidense, alemán o incluso en bonos del tesoro mexicano. El ejemplo más claro de bonos de tesoro en México son los famosos Cetes. Los Cetes son los certificados de tesorería de la federación que funcionan como instrumentos de deuda bursátil emitida por el gobierno federal. Son pagarés que tiene el gobierno para recaudar fondos en un cierto plazo y que generan un rendimiento para los inversionistas. De hecho en México se le conoce como la tasa libre de riesgo, aunque riesgo, por más mínimo que sea, siempre existirá, en cualquier cosa que hagamos y en cualquier inversión que llevemos a cabo.
Ahora que ya lo sabemos, es momento de ponerlo en práctica. ¡Tomemos decisiones inteligentes!