El poder adquisitivo y la crisis económica

2

Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (INEGI), durante junio logramos una recuperación económica tras cuatro meses consecutivos de retrocesos. Aún no se puede considerar que ha pasado lo peor de la crisis económica generada por la pandemia, pero parece una luz al final del túnel.

Pero no todo son buenas noticias, pues también se observó una aceleración en los precios de los bienes y servicios que adquirimos los mexicanos a partir de junio. Si la inflación se mantiene al alza con el entorno actual (alto desempleo, menores ingresos y desaceleración económica), los mexicanos enfrentaremos un importante problema: un descenso del poder adquisitivo.

El poder adquisitivo refleja la cantidad de productos y servicios que puedes comprar con el salario que percibes. El problema, es que el valor de estos bienes y servicios varía con el tiempo, según las condiciones naturales del bien y/o la oferta y demanda de este, mientras que el salario se mantiene estático. Si ganas un salario mínimo, el patrón tiene la obligación de aumentar tu salario cada año conforme se eleva la inflación. Bajo otras condiciones, dependerá de cada patrón.

Cuando el poder adquisitivo es bajo, la población puede adquirir menos productos con el salario que recibe, generando la percepción de una menor riqueza. En sentido contrario, cuando la inflación es baja con la constante de ingreso, los mexicanos continúan adquiriendo la misma cantidad de productos mes a mes, hasta quizás podría aumentar.

Por ejemplo, el gobierno mexicano determinó un incremento del 4.0% en el salario mínimo del 2008, el cual se ubicó en 50.84 pesos. Pero la inflación subió a 6.53%. Por lo tanto, ese año se presentó un deterioro en el poder adquisitivo de los mexicanos, año en que inició la crisis económica global conocida como Subprime.

Pero, ¿cuál es el escenario actual?

La inflación medida a través del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), ha registrado un comportamiento mixto en los primeros siete meses del año, pero a partir de junio se observó una aceleración derivada por el incremento en el precio de los energéticos, específicamente por la gasolina de bajo y alto octanaje, así como por el gas doméstico LP. El precio del pollo, la naranja y la cerveza también registraron aumentos en el último bimestre. Hasta julio, se observa una inflación acumulada del 1.43%.

Para el 2020, el salario mínimo general aumentó 20% respecto a 2019, para ubicarse en 123.22 pesos. En cuanto a la percepción mínima en la zona fronteriza del país se registró un incremento del 100% al ubicarlo en 176.72 pesos (en 2019 se hizo un cambio en la política del salario mínimo al establecerse dos diferentes salarios mínimos por zonas geográficas). Entonces, restando la variación del salario mínimo para este año con la inflación acumulada hasta el momento, podemos observar que el poder adquisitivo general de los mexicanos se mantiene en positivo.

Aunque esta situación no es un reflejo verdadero de la situación económica actual. Según las cifras de Ocupación y Empleo del INEGI, solamente 11.4 millones de mexicanos que laboran ganan un salario mínimo cada día.

Bajo un escenario estable, en el año en curso tendría que registrarse una hiperinflación superior al 20% anual para que los mexicanos viéramos disminuido el poder adquisitivo de sus ingresos. Según el INEGI, en abril se perdieron 12.14 millones de empleos en el país durante un mes. Durante mayo, la suspensión temporal sin percepción de ingresos ni garantía de retorno de muchos trabajadores se mantuvo estable. Fue hasta junio y julio que se empezó a ver una regreso al mercado laboral, pero a pesar de ello, aún hay 5.6 millones de mexicanos que permanecen en la búsqueda activa de un empleo. Además, hay 11.3 millones de mexicanos que tienen la posibilidad de trabajar pero en julio no buscaron trabajo; esto quiere decir que existen 14.1 millones de mexicanos sin empleo. Son ellos los que realmente están sufriendo el reciente incremento de la inflación pues no tienen nuevos ingresos que compensen el aumento de los precios.

Analistas estiman que el sector laboral podría tardar en recuperarse a niveles previos a la pandemia entre 4 y 6 años pues la creación de empleos será lenta, al igual que la reactivación económica local y externa. El Centro de Estudios para el Empleo Formal (CEEF) prevé que podrían llevarse diez años para recuperar la pérdida de empleos y disminuir la pobreza laboral actual. Y es que según el Observatorio del Trabajo Digno (OTD), 6 de cada 10 mexicanos viven en pobreza laboral por la crisis económica actual.

Solamente en la Ciudad de México existe el apoyo económico por desempleo, el cual ya está rebasado. Muchos mexicanos han optado por hacer un retiro de su plan de ahorro para el retiro, medida que ayuda temporalmente, pero a largo plazo afectará a su plan de retiro.