El calvario de los “salariodependientes”

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Es un hecho que después de sobrevivir al año de la pandemia con un panorama económico y social inédito como el del 2020, vamos a salir diferentes.

Tener mejor salud, lograr metas superiores, conseguir nuevas habilidades, aumentar los conocimientos, puede hacer la diferencia entre estar mejor o peor a como estábamos antes de la pandemia.

Para muchos resultó todo un reto aprender a trabajar de manera virtual, adoptar nuevas tecnologías, plataformas y formas diferentes de colaboración. En algunos casos la pérdida de empleo o la reducción salarial implicó un esfuerzo adicional para superar la afectación provocada por las nuevas circunstancias.

El impacto de las medidas extremas para contener el contagio masivo de COVID-19, está provocando que la conservación de vacantes sea una tarea muy difícil en varias ramas de la economía, incluidas las áreas tradicionalmente dinámicas como la industria restaurantera.

Una pincelada de la afectación que se registra en restaurantes, según el Instituto de Información Estadística y Geográfica de Jalisco (IIEG), durante el mes de octubre en una encuesta reveló que poco más del 25% de los establecimientos del ramo tuvieron que despedir personal y el 4.3% lo está considerando.

Entre marzo y agosto del 2020, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Jalisco se registró un desplome en la creación de nuevos empleos con la cancelación de 111 mil 192 fuentes de trabajo, aunque todavía no hay cifras concluyentes.

Otros estudios que han medido el efecto de la pandemia en agentes económicos del país, indican que la suspensión provisional de actividades es la principal medida tomada por casi 14% de las pequeñas empresas durante la emergencia sanitaria, alrededor de 9% de las organizaciones recurrieron a la reducción de salarios, 8% cerró parcialmente sus centros de trabajo y 6% aplicó un recorte en su nómina.

Sin embargo, la implementación del teletrabajo ha sido una opción para el 34% de las empresas, aunque a la vez el “home office” ha significado el traslado de costos de herramientas digitales y servicios de internet a los colaboradores. En este caso el compromiso ha sido compartido, en aras de preservar la mayor cantidad de fuentes de trabajo.

NUEVA VISIÓN

Si algo positivo se puede extraer de la mala experiencia que significa una pandemia manejada con medidas experimentales, es que gran parte de la solución la debemos asumir nosotros mismos. El problema de los ingresos fijos, es que una crisis inesperada y totalmente sui géneris como la que experimentamos durante este año, dificulta la toma de decisiones.

Quedarse sin la quincena puede ser una experiencia aterradora para quienes se encuentran en condiciones de dependencia extrema y la única forma de superar esta necesidad, es lograr la “desintoxicación” de manera similar al tratamiento de otras adicciones.

Una preocupación constante por la incertidumbre de no saber cuándo se tendrá un nuevo ingreso o si éste será suficiente, puede generar síntomas similares al síndrome de abstinencia que experimenta una persona adicta al alcohol, las drogas o al tabaco.

Centrarse “solo por hoy” en conseguir nuevas metas y logros, puede ser el inicio de un nuevo comienzo.