¿A qué jugará la oposición en estas elecciones?

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Luis Antonio Espino
Analista político
The Washington Post

Recientemente Luis Antonio Espino, analista político y consultor en comunicación expuso su concepto de lo que serán las elecciones de este año y el papel que jugará la oposición.

¿Qué desean realmente los mexicanos de la oposición?

El mayor acertijo en la política mexicana actual es la capacidad del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para que la mayoría de la gente —seis de cada 10 personas, según el promedio de las principales encuestas— no lo considere responsable de los desastrosos resultados de su gestión. Con él parece existir una reserva inagotable de paciencia y tolerancia de la mayoría, pese a los retrocesos que el país registra en indicadores clave como el crecimiento económico, seguridad y desarrollo social.

¿La gente sigue dispuesta a darle su voto de confianza a MORENA en las próximas elecciones de junio?

Los tres grandes partidos de la transición democrática mexicana, hoy en la oposición, parecen estar atrapados en una especie de abulia crónica. Para salir de ella, hay analistas que señalan que esos partidos deberían hacer una renovación absoluta de cuadros dirigentes y perfiles de candidatos, criticando que en las listas al Congreso y a gubernaturas hayan puesto a muchos de los mismos que causaron su debacle electoral en 2018, cuando AMLO y MORENA arrasaron.

Otros consideran que la oposición no está aprovechando al máximo los enormes errores de la gestión presidencial, y que una comunicación más agresiva les ayudaría a lograr que el electorado “se dé cuenta” del desastre. Yo ya había señalado los cinco retos que la alianza entre los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) tendría que superar si quería recuperar la atención y la confianza de la sociedad.

¿Es una crónica de una derrota anunciada?

Parecería que, en el camino a las elecciones de junio, tendremos que ir haciendo un recuento de los errores y carencias de la oposición y, al mismo tiempo, una lista de los aciertos propagandísticos del presidente y su alianza electoral, en una suerte de “crónica de una derrota anunciada”. Pero ese análisis se centraría en un solo lado de la ecuación política, el de la oferta, cuando el mercado de las campañas electorales también tiene un lado de la demanda. La pregunta importante de ese lado es: ¿qué desean realmente los ciudadanos por parte de la oposición?

La respuesta debe ir más allá de las obviedades genéricas que la gente responde en las encuestas: mejorar la seguridad pública, el empleo y la educación, candidatos con honestidad o incluso, el apoyo a causas concretas y valiosas, como los derechos de las mujeres. El problema para la oposición es que, aunque presentara propuestas sensatas en estos rubros y aunque pusiera en la boleta a candidatos más o menos aceptables, el grave desgaste de las marcas PAN, PRD y PRI los seguiría dejando en desventaja ante AMLO y su populismo. Basta ver el caso del estado de Guerrero, donde un candidato impresentable como Félix Salgado Macedonio, que encarna los más bajos vicios de la clase política, se perfila todavía como favorito para la gubernatura, solo por contar con la bendición de AMLO.