Costo de oportunidad; posiblemente lo más caro de tu vida

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En finanzas, existe un concepto importantísimo y que tiene un profundo impacto en nuestras finanzas personales e incluso en nuestra vida diaria: el costo de oportunidad. En esta ocasión platicaremos sobre la importancia de conocer nuestros costos y más aún, de tomar decisiones inteligentes con nuestro dinero.

Todo el tiempo estamos tomando decisiones, unas más trascendentes que otras, pero decisiones finalmente. Comer en casa o ir a un restaurante, estudiar en el extranjero una maestría o emprender el negocio de mis sueños, casarme o no, tener un hijo o cuatro, comprar un auto deportivo o no…

La pregunta fundamental ante una decisión sería, ¿cómo decidir mejor? Y es que siempre que elegimos algo, estamos diciendo que no a la segunda mejor opción y eso es justamente el costo de oportunidad, ¿a qué renunciamos por las elecciones que tomamos? Ahora bien, hay elecciones en el día a día que tienen mínimo o incluso ningún impacto en nuestra vida. No hará ninguna diferencia cenar una pizza o una hamburguesa.

El problema viene al momento de confundir (y no saber elegir adecuadamente) entre decisiones intrascendentes y decisiones verdaderamente importantes para nuestras finanzas personales. Y aquí comienza la parte interesante del costo de oportunidad, ¿cuánto me están costando mis decisiones financieras, tanto los aciertos, como los errores?

Existen 5 factores a considerar:

1.         Tiempo

2.         Dinero

3.         Rendimiento financiero

4.         Rendimiento emocional

5.         Inflación

  1. Tiempo: entre los cinco elementos, el tiempo es el más valioso de todos, y es que es limitado. No podemos obtener más tiempo. ¿Cuántos años tienes? ¿Cuántos años has trabajado? ¿Cuánto dinero has ganado en ese tiempo? ¿Cuánto patrimonio has acumulado? ¿Cuánto tiempo más tienes (o quieres) seguir trabajando?
  1. Dinero: es justamente este elemento el más flexible de la fórmula, pues podemos siempre ahorrar más o menos, gastar más o menos, incrementar nuestros ingresos más o menos. Es importante mencionar que nuestro activo financiero más valioso es la capacidad de generar flujo de efectivo, o sea, de ganar dinero. Y esta capacidad va reduciéndose a medida que avanza nuestra edad.
  1. Rendimiento financiero: es el retorno de inversión en dinero y/o porcentaje sobre nuestra inversión. Hoy los Cetes a 28 días (el instrumento más seguro para invertir a corto plazo) pagan 4.07% anual y la inflación oficial se encuentra en 6.08%. ¡El costo de oportunidad de invertir en Cetes es carísimo! Estamos perdiendo dinero en términos reales. Recordatorio: a mayor rendimiento, mayor riesgo asociado.
  1. Rendimiento emocional: es la satisfacción que obtenemos por nuestras decisiones y esta emoción desafortunadamente es la responsable de la mayor parte de nuestros errores financieros. Por supuesto que hay situaciones como estrenar una casa, un auto o gastar en ese nuevo iPhone que nos dan a corto plazo un rendimiento emocional enorme, pero a largo plazo puede costarnos muy caro…
  1. Inflación: es la subida general del precio de bienes y servicios o en otras palabras, el aumento en el costo de nuestra vida. Y vaya que es un aumento importante. La inflación de México de los últimos 10 años promedia un 4.5% anual. Es decir, $1,000 pesos de 2011, equivalen aproximadamente a $650 pesos de hoy. Toda estrategia de inversión debe ganarle por lo menos a la inflación.

Ahora bien, un ejemplo real del costo de oportunidad en una decisión común para la gran mayoría de personas: comprar un auto.

Tenemos dos amigos imaginarios, Juan y Pepe. Ambos ganan $20,000 al mes y tienen ahorrados $100,000 que pretenden dar de enganche para comprar un auto. Juan decide comprar un auto seminuevo de $250,000 (no es el auto más llamativo pero entiende su costo de oportunidad). Pepe quiere estrenar y comprar un auto 2022 de agencia por $500,000. Para financiar su compra, ambos obtienen un crédito con una tasa del 12% anual.

Juan decide que cuando termine de pagar su auto, va a ahorrar el monto que destinaba al auto ($7,000) y ponerlos en un fondo con un rendimiento del 12%. En 60 meses Pepe por fin termina de pagar su auto, desembolsando un total de $633,866 ($100,000 de enganche, $400,000 de capital y $133,866 de intereses). Juan pagó un total de $269,464 ($100,000 de enganche, $150,000 de capital y $19,464 de intereses).

Pero recordemos que Juan comenzó a ahorrar al segundo año, por lo que durante tres años acumuló $252,000 más $52,553.53 de intereses, es decir tiene un capital de $304,553.53 y un automóvil. Pepe tiene igual un auto, pero ni un solo peso ahorrado.

El costo de oportunidad en este caso, no solo es la diferencia económica entre Juan y Pepe, si no además, las posibilidades que representa tener 300 mil pesos ahorrados. Si Juan continuara su ahorro durante 5 años más, lograría acumular $1,130,000. Para que Pepe pueda igualar en el mismo plazo y en dinero a Juan, Pepe debe de ahorrar $13,836 (el 65% de su sueldo) al mes. Casi el doble de lo que ahorra Juan.

El costo de oportunidad se va incrementando a medida que el tiempo pasa. Una decisión puede marcar nuestra vida financiera profundamente. La estrategia es entonces, lograr primeramente un equilibrio entre rendimiento financiero y emocional, tomando en cuenta el dinero y el tiempo que tenemos disponible. No olvidarnos de la inflación que afecta aún más nuestro costo de oportunidad. Y como una segunda sugerencia, buscar asesoría profesional para tomar decisiones más inteligentes con nuestro dinero. Termino con esta frase:

“El dinero no toma decisiones, tú sí”.