En los últimos meses la inflación ha cobrado una importante relevancia entre inversionistas y operadores alrededor del mundo, por lo que se han observado momentos de alta volatilidad derivados de un reajuste en los activos de sus portafolios de inversión. Se teme que, si la inflación continúa al alza, los bancos centrales tendrán que realizar algún ajuste, como disminuir sus planes mensuales de compras de bonos o subir su tasa de interés de referencia.
Específicamente, este aumento en la inflación es generado por el incremento en los precios globales de algunas materias primas. Por ejemplo, en lo que va del 2021, el precio del petróleo estadounidense WTI ha subido alrededor de 34%, la gasolina de la Costa del Golfo de 87 octanos cuesta 48% más y el precio del maíz amarillo ha aumentado 47%. Pero si comparamos los precios de estas materias primas respecto a hace un año, la evolución de estos “commodities” es del 220%, 199% y 95%, respectivamente.
Esa es la razón por la que se explica que la inflación de México se ubique en 6.05% a tasa anual hasta la primera quincena de abril, presionada por un incremento del 28.2% en los productos energéticos (gasolina de bajo y alto octanaje, así como el gas doméstico LP), principalmente. En Estados Unidos, la inflación anual en marzo subió a 2.6% en respuesta a un incremento del 22.5% en el índice energético.
Pero, ¿qué factores han impulsado al alza el precio de las materias primas?
En general, la reactivación de la economía global influyó en el aumento de precios. La demanda de productos se ha acelerado en los últimos meses, pero la oferta no necesariamente ha registrado el mismo comportamiento. Es decir, los consumidores han comprado una mayor cantidad de productos los cuales son escasos, pues las empresas no han logrado aumentar su producción a niveles prepandemia por la falta de insumos o por la falta de financiamiento privado o gubernamental para reactivar proyectos productivos.
Específicamente, el aumento en el precio de algunas materias primas ha sido afectado por otros temas adicionales. Por ejemplo, en el caso del petróleo y por ende la gasolina, la especulación de una recuperación en la demanda futura del “commodity” en respuesta a una mayor actividad económica, así como la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) de reducir el plan de congelar su producción en vez de eliminarlo, ha mantenido al alza sus precios. Caso similar ocurre con el cobre y el aluminio. En el caso del cobre, su precio ha tocado recientemente máximos de 10 años y el aluminio cotizó en niveles de hace tres años, cuando su precio se aceleró por la serie de aranceles que impuso Donald Trump a varios países en 2018.
En cuanto al maíz, además de la recuperación económica y la alta demanda y baja oferta, la sequía en países productores como Brasil y Estados Unidos (país que además se vio afectado por la ola de frío que golpeó algunos estados del sur lo que ha retrasado la nueva siembra), han respaldado el aumento en su precio. Asimismo, China ha demandado una mayor cantidad de maíz para continuar con su reactivación económica, pues ha importado entre 24 y 28 millones de toneladas, las que contrastan con los 7 millones que adquirió el año pasado. En consecuencia, el precio del trigo y de la soja también se han mantenido al alza, alcanzando estas tres materias primas máximas no vistas desde 2013.
El caso del oro es un poco diferente a los antes expuestos, pues su valor ha descendido 5.8% en lo que va del año, presionado por un incremento en el valor del dólar estadounidense. El dólar se ha mantenido al alza conforme aumentan los rendimientos de los bonos del Tesoro por la publicación de una mejoría en la economía estadounidense. Ante un dólar más caro, los inversionistas pueden comprar menos oro, además de que se ha desvanecido la aversión al riesgo que motivó a los inversionistas a realizar mayores compras de oro como inversión en 2020.
Y ¿el futuro?
Goldman Sachs estimó que los precios de las materias primas continuarán al alza, en promedio un 13% adicional en los próximos seis meses. Específicamente, el precio del petróleo subiría a 77 dólares por barril desde los 65 dólares por barril actuales. El cobre llegaría a 11,000 dólares la tonelada (su precio actual es 9,949 dólares) y el oro se recuperará hasta los 2,000 dólares por onza desde los 1,780 dólares por onza en los que cotiza hoy, si las proyecciones del banco de inversión se cumplen.
Efecto en México Con los datos anteriores, sería muy probable que la inflación en el país se mantenga elevada por lo menos un par de meses, pues la base de comparación es baja. Además, siete de los diez principales productos que inciden en el cálculo de la inflación, son afectados directa o indirectamente por el aumento de los precios de las materias primas. La gasolina de bajo octanaje tiene un peso del 5.3% en el cálculo de la inflación, el gas doméstico LP un 2.17% y 1.86% en el caso de la tortilla de maíz. El resto de las categorías que también sentirán el incremento de la inflación son las loncherías, fondas, torterías y taquerías; los restaurantes y similares, la carne de res y los automóviles.
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