El peso mexicano reaccionó a decisiones de bancos centrales

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El peso mexicano logró apreciarse un 0.14% ante el dólar estadounidense durante junio. A lo largo del mes, la divisa estuvo influenciada principalmente por la incertidumbre del futuro de la tasa de interés estadounidense, así como por el ajuste que realizó el Banco de México respecto a ese mismo tema.

A inicios de mes, la moneda nacional llegó a cotizar hasta 19.5987 unidades ante el dólar después de que se publicó un ligero descenso en la inflación de México en mayo, así como una disminución de los estadounidenses que solicitaron el seguro semanal por desempleo por primera vez.

Sólo siete jornadas después, el peso se depreciaba hasta 20.7485 unidades ante el dólar después de la cuarta sesión ordinaria de política monetaria de la Reserva Federal, pues sus miembros dieron a conocer que la tasa de referencia se incrementaría en 2023, esto es unos meses antes de lo previsto (inicios de 2024) en la reunión anterior, situación que fortaleció al dólar.

En la reunión de política monetaria, la Fed mantuvo sin cambio su tasa de interés (0.0-0.25%) y su programa mensual de compra de bonos (120 mil millones de dólares), pero actualizaron sus proyecciones económicas. Además de ajustar su previsión de la tasa de interés, la Fed proyectó que el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos será del 7% para este año, superior al 6.5% previsto.  En cuanto a la inflación, los miembros del banco central estiman que se ubicará en 3.4%, cifra que se compara con la estimación anterior de 2.4%.  En una conferencia de prensa posterior a la reunión, Jerome Powell, presidente de la Fed, comentó que la variación al alza en la inflación sigue siendo transitoria ligada a la reactivación de la economía, pero explicó que los efectos de las interrupciones en las cadenas de suministro parecen más persistentes de lo previsto y darán lugar a una inflación mayor. Añadió que, en futuros encuentros, cuando cuenten con más datos económicos, analizarán la tendencia de la política monetaria.

Un par de días después, el peso empezó a recuperar terreno después de que Powell, ahora ante un Comité del Congreso estadounidense, refrendó que las circunstancias relacionadas a la reapertura económica han provocado un aumento de precios, pero que estos factores se disiparán y la inflación se moverá a la meta establecida por el banco central (2.0%). 

Posteriormente, el peso continuó apreciándose hasta 19.70 unidades ante el dólar a consecuencia de la sorpresiva decisión de la Junta de Gobierno del Banco de México de elevar en 25 puntos base su tasa de interés para ubicarla en 4.25%. La decisión estuvo dividida tres contra dos. En el comunicado de Banxico, también se observó nuevas proyecciones sobre los precios pues ahora esperan que la inflación convergerá hacia la meta del banco (3.0% más/menos un punto porcentual) hasta el tercer trimestre del 2022, un trimestre posterior a lo previsto. Gerardo Esquivel, uno de los subgobernadores, comentó que el mercado sobre reaccionó ante la decisión pues en ningún momento Banxico sugirió que iniciaría un ciclo alcista de tasas.

En otras notas locales, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, propuso a Arturo Herrera, actual secretario de Hacienda, como sucesor de Alejandro Díaz de León, actual gobernador de Banco de México, a partir del próximo año, cuando terminará el periodo ordinario de Díaz de León al frente del banco central. El Senado recibirá la propuesta y ellos se encargarán de ratificar la propuesta.

En cuanto a la inflación de México, esta continúa al alza a pesar de la leve desaceleración que registró a finales de mayo. A la primera quincena de junio, el Índice de Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ubicó en 6.02% y la inflación subyacente subió a 4.58%, el mayor nivel desde enero de 2018. Ambas cifras son preocupantes para analistas y operadores del mercado, y de continuar al alza podrían provocar más ajustes en la tasa de referencia de Banxico. Por otro lado, a mediados del mes, la Reserva Federal anunció la extensión de sus líneas de swap de liquidez temporal en dólares estadounidenses que pactó con nueve bancos centrales hasta el 31 de diciembre de 2021; Banco de México está incluido en este acuerdo. La línea de swap entre los bancos centrales de México y Estados Unidos es hasta por 60 mil millones de dólares.