Los estímulos económicos y la impresión excesiva de billetes en México y el mundo

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La crisis económica que se vive en el mundo, ocasionada por el mal manejo de la pandemia ha hecho que los bancos centrales y los gobiernos de todo el mundo se reduzcan a meter estímulos económicos y a imprimir dinero como si no hubiera mañana.

Pero, ¿qué tipo de estímulos? Los de siempre: reducir tasas, imprimir dinero e incrementar la partida del gasto público. Y no sólo en México, si no en la gran mayoría de países. ¿Cuántos de ustedes no escucharon acerca del estímulo económico en Estados Unidos de la protección al desempleo? Pues ese ahora es justamente otro problema que están viviendo allá, la gente no quiere trabajar, de cualquier forma están recibiendo el apoyo con el desempleo… y sin desgastarse. Esa es tela de otro rollo, pero como todo es un círculo que puede ser virtuoso o vicioso y el efecto dominó que ejecuta puede ser a favor o en contra, es por ello que las decisiones de tal magnitud no pueden tomarse al “ahí se va”.

En México, nuestro banco central (Banxico) tiene como principal objetivo el cuidar la inflación y el poder adquisitivo de los mexicanos. Sus decisiones de cualquier tipo de política irán orientadas a cumplir ese objetivo. Por ejemplo, la tasa de referencia, al momento de escribir estas líneas se encuentra en 4%, una tasa muy baja en comparación con la del 8.25% en el no tan lejano agosto de 2019.

Si la tasa de referencia es la antes mencionada, y la inflación que se acaba de anunciar en meses pasados, superior al 6%, los principales afectados somos los ahorradores mexicanos. Si una inversión me está pagando cerca de la tasa de la referencia (4%) y la inflación es mayor a ésta, no se necesita saber mucho para darnos cuenta que nos estamos empobreciendo. Nuestro dinero crece más lentamente que lo que crecen los precios de los productos que consumimos, y eso a mediano o largo plazo termina siendo peligroso.

El año pasado en México la economía cayó un 8% aproximadamente, pero en términos reales anuales, la base monetaria o cantidad de dinero en circulación en nuestro país aumentó un 17.9% según Banxico. ¿Qué significa esto? Que la economía va para abajo pero hay más dinero en circulación; la explicación es simple: las impresoras de billetes de nuestro país están trabajando a marchas forzadas. El problema no termina ahí, en febrero de este año la tasa de crecimiento de la base monetaria en términos anuales iba en 20.5%.

Sólo para poner un ejemplo más preciso: Durante abril la impresión de nuevos billetes de mil pesos aumentó un 1,050% al pasar de 2 millones de billetes en el cuarto mes del 2020 a 23 millones de piezas en el 2021 y la emisión de nuevos billetes de 100 pesos aumentó un 3% al pasar de 95 millones de billetes en circulación a 98 millones. De ese tamaño es la inflación real del circulante en nuestro país, sólo para darnos una idea.

En algún momento alguien me preguntaba que por qué no era bueno imprimir billetes para que así todos tuviéramos dinero para comprar lo que se nos antojara y todos felices. Este ejemplo me encanta para ilustrar el escenario: Digamos que vives en una isla con 100 cocos y $100. Cada coco cuesta $1. Ganas $1/día y compras 1 coco/día. Si imprimen $100 más, ahora hay $200 pero sólo 100 cocos, entonces cada coco cuesta $2 pero sigues ganando $1/día. Ahora ya no te alcanza porque el dinero se devaluó, vale menos.

Hay muchas “justificaciones” de parte de funcionarios de Banxico que intentan decirnos lo que supuestamente está pasando. Que si ha habido aumento en los límites de disposición de efectivo en los cajeros, que si la gente está ahorrando más en efectivo en sus hogares por cualquier situación o por el simple hecho de no ir tan a menudo al cajero. Y sucede un fenómeno muy extraño, la gente está acumulando más efectivo que antes de la pandemia, pero gasta menos efectivo que antes, ahora las formas de pago digitales se han vuelto más comunes que anteriormente por el contexto situacional que estamos viviendo.

Esta paradoja sólo podría explicarse si decimos que el efectivo está tomando importancia como depósito de valor, ya que con tasas bajas la gente prefiere tenerlo “debajo del colchón” para tenerlo disponible para cualquier crisis, oportunidad o emergencia ya que si lo dejan en algún instrumento tradicional como el pagaré, se obtendrán rendimientos negativos a tasa real. Y la mala noticia aquí está entonces en que con un sistema económico que es sostenible emitiendo cada vez más deuda, nuestro dinero no es en realidad un depósito sólido de valor. Cómo olvidar los viejos tiempos en los que se pretendía que toda emisión de dinero estaría respaldada por oro, algo que hoy en día suena a broma ya que las emisiones de deuda y la impresión de dinero se ha vuelto prácticamente el pan de cada día. Probablemente lo que está haciendo la gente (acumular dinero en efectivo) sea sólo una respuesta instintiva a que el sistema financiero, los bancos, las divisas y la economía en general no anden bien, o por lo menos así lo percibe este sector de la población. Y a todo esto hay que agregarle la falta de cultura financiera que existe en nuestra sociedad y que es la que nos lleva a tomar este tipos de decisiones, como guardar el dinero bajo el colchón y que se haga viejo, que no se actualice. Lo que en realidad tendríamos que hacer es buscar diversificar nuestros activos, tratar de encontrar opciones de inversión en las cuales nuestro dinero esté bien protegido y creciendo, por lo menos, al ritmo de la inflación para que lo que hoy podemos comprar con cierta cantidad de dinero, en un futuro, a pesar del incremento de los precios, nos ajuste. He ahí el verdadero reto para las familias mexicanas que con mucho empeño y sacrificio se han logrado hacer de un patrimonio.