Morena dominante pero no aplastante

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Héctor Díaz-Polanco
Antropólogo (UNAM) y sociólogo (El Colegio de México)

Se llevó a cabo el ejercicio cívico más importante de los últimos tiempos, pues se definió el rumbo de las riendas de nuestro país. El pasado 6 de junio fueron los comicios más grandes de la historia de México, estuvo en juego la renovación de 500 curules de la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 16 alcaldías de la Ciudad de México, 10 congresos locales y cientos de municipios, prefecturas y sindicaturas; en total, alrededor de 20 mil cargos de elección.

La elección se venía leyendo políticamente como un plebiscito sobre los primeros tres años de la gestión de AMLO, así como de la gestión de la pandemia por parte del presidente; el resultado arroja una aprobación general en las urnas.

Aunque ciertos factores intenten posicionar el titular: “Descalabro de Morena en CDMX”, la Alianza Morena-PT-PV lleva 119 distritos ganados (65 sólo de Morena), mientras que la Alianza PRI-PAN-PRD sólo 64 distritos (el PAN aportó 33, PRI 11, Movimiento Ciudadano 7).

La batalla clave era sin duda la del Congreso. Todas las tendencias indican que Morena junto a sus aliados conservarán la mayoría simple que ya tenían. Aunque Morena pierde alrededor de 20-50 escaños y la mayoría en solitario, en su conjunto los aliados obtendrían mejores resultados que en 2018. Según los datos dados a conocer por la autoridad electoral, el partido del presidente junto a sus aliados tendrían entre 265 y 292 de los 500 diputados, de manera que podrían seguir llevando a cabo sus reformas y, sobre todo, controlando la conformación del presupuesto federal. La difícil meta de la mayoría calificada, que les habría permitido hacer reformas a la Constitución, no se alcanzó.

En el reparto de la coalición, Morena cedería entre 20-50 escaños al Partido Verde (PVEM) que pasa de 11 a 44 escaños, mientras el izquierdista Partido del Trabajo (PT) se sostiene con 38, lo que le obligará a mayores cesiones en el Congreso.

La oposición

A pesar del esfuerzo por acudir unida y la fuerte inversión en desgastar al Gobierno de AMLO, la oposición no logró su objetivo. Sus cifras, cualitativamente mejores que en 2018 en el Congreso (el PRI pasa de 48 a 69 escaños y el PAN de 77 a 111) no son suficientes para bloquear la iniciativa de la coalición de Gobierno. Es relevante señalar la fortaleza de Movimiento Ciudadano que no sólo vence en la importante gubernatura de Nuevo León, sino que mantiene sus 24 escaños en el Congreso. En cualquier caso, para la oposición son malos los resultados dada la fuerte pérdida de poder territorial que sufre en general, y especialmente el PRI fuera de la capital.

Elecciones de gubernaturas

Morena podría ganar entre 10 y 12 de las 15 gubernaturas en juego, lo cual representa un gran triunfo atribuible al presidente. Para la oposición es un gran revés, especialmente para el PRI, que gobernaba la mayoría de esos estados y sufrirá una enorme pérdida de poder institucional. Es importante destacar el reacomodo del mapa político nacional, pero sobre todo, que Morena ganó en estados que no había gobernado la izquierda como en Baja California Sur y Sinaloa, además del triunfo en el congreso de Tamaulipas.

En Jalisco siguió predominando el naranja del Movimiento Ciudadano, encabezados por Pablo Lemus con la alcaldía de Guadalajara (que en automático lo posiciona como fuerte candidato a la gubernatura jalisciense). En esta entidad de plano los “Morenistas” encabezados por Carlos Lomelí y su delegada Yeidckol Polevnsky, pasaron sin pena ni gloria. 

Cabe señalar el resultado en el importante estado industrial de Nuevo León y en su capital, Monterrey, residencia de poderosos grupos industriales caracterizados por su conservadurismo y por su regionalismo, donde ganó el opositor a AMLO, Samuel García, reforzando la condición de plataforma para el lanzamiento de candidaturas de derecha –pero independientes de los partidos tradicionales (PRI y PAN)– que ha caracterizado a este estado. El triunfo de García lo catapulta como precandidato presidencial para 2024, y convierte a su partido, Convergencia, en una fuerza bisagra entre la coalición del presidente y la coalición de PRI, PAN y PRD. Si la oposición se propone competir unida en 2024, Samuel García tendría grandes oportunidades de convertirse en su abanderado.

El revés de las alcaldías de la capital

La renovación de las 16 alcaldías de la capital tiene particular importancia no solamente por su peso específico, sino por su proyección en el escenario nacional. La capital es el centro político, cultural y económico del país y su población, desde 1997, ha votado masivamente por la izquierda. El gobierno de la Ciudad de México es la plataforma desde la que la izquierda construye y proyecta sus candidaturas presidenciales. Hasta este momento, las tendencias favorecen a Morena en 6 alcaldías y la oposición lleva ventaja en 9. Algunas de esas alcaldías, como Cuauhtémoc y Tlalpan, las gobernaban fuerzas de la izquierda, como el PRD, en el que hubo escisiones desde 2000 y su cambio a la oposición en estas elecciones.

Una posible explicación de este golpe a Morena en la capital sería la “conquista” de cierta ciudadanía por los medios de comunicación y por la única propuesta opositora: frenar la 4T. Otros factores que calaron son el reciente derrumbe en la línea 12 del metro, que dejó 26 muertos y conmocionó a la capital, y la crisis económica agravada por la pandemia. De consolidarse la inusual tendencia actual, podría ser un revés para Morena, y para las aspiraciones presidenciales tanto del canciller –cabeza de gobierno de la Ciudad de México durante la construcción de la línea– como de la gobernadora de la capital, Claudia Sheinbaum.

Violencia del crimen y ensayos golpistas

Estos comicios estuvieron marcados por la violencia. 31 centros de votación no se abrieron o fueron cerrados prematuramente por hechos violentos. Los diversos cárteles ejercen una influencia apabullante en amplias zonas del país donde financian campañas para colocar personeros en los puestos de elección popular llegando a eliminar candidatos hostiles, sean estos de un partido u otro. El reacomodo de fuerzas políticas y el mapa político del país permitirán a Morena avanzar en algunas reformas en el Congreso, aunque no las constitucionales y tendrá que establecer alianzas. Como tendencia desde el 2018, el PRI sigue cayendo junto al PRD que logró conservar su registro. Llama la atención algunos triunfos parciales del PAN, pero sobre todo, el triunfo de Morena en estados clave, por su importancia política, económica y poblacional a tres años de inicio de Gobierno y a un año y medio de la pandemia. Por último, la Ciudad de México, una de las más golpeadas por la pandemia y el cierre de actividades, mostró mayor polarización donde la alianza PRI-PAN-PRD logró aumentar alcaldías, pero sigue siendo minoría en el congreso de la ciudad.