Los impuestos son una de las principales fuentes de ingresos para un país, por lo cual es fundamental una reforma fiscal y estrategia de recaudación para que el país obtenga los recursos suficientes para retribuir a su población con servicios de calidad.
En el caso de México, a pesar de la desaceleración económica que generó la pandemia, en 2020 se recaudaron 3 billones 338 mil millones de pesos por concepto de impuestos tributarios, esto es 4.3% o 136 mil millones más de lo registrado en 2019. En cuanto a impuestos no tributarios, se observó un descenso del 6.7% anual al percibir solamente 749 mil millones de pesos por concepto de derechos, productos, aprovechamientos, contribución de mejoras y transferencias del fondo mexicano del petróleo. El gobierno federal también percibió 1 billón 251 mil millones de pesos por ingresos de organismos y empresas, tales como Pemex, CFE, IMSS e ISSSTE. De esta manera, los ingresos del sector público en 2020 fueron 5 billones 339 mil millones de pesos, un ligero descenso del 0.8% respecto al año previo. Respecto a la previsión anual del Gobierno, la cifra del 2020 representa una disminución de 183,341 millones de pesos.
Del total de ingresos tributarios, se captaron 1 billón 762 mil millones de pesos por concepto de Impuesto Sobre la Renta (ISR), esto es un 4.4% más a lo percibido en 2019; además este rubro representa el 52.8% del total de esta categoría. En segundo lugar, el Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) proporcionó al país 987 mil millones de pesos, 5.8% superior al año anterior y el tercer lugar se ubicó el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) con una captación de 460 mil millones de pesos. Técnicamente, el IEPS se mantuvo sin cambios respecto al 2019 después de que ese año se registró un aumento histórico del 32.5% anual.
El descenso en el IEPS del 2020 representa una disminución en el consumo anual de los consumidores, afectado en parte por la pandemia. Específicamente entre mayo y junio se registró una importante caída en la captación de impuestos por concepto de juegos y sorteos, lo que provocó un descenso del 27% anual. Entre mayo y junio, la venta de cerveza y bebidas refrescantes disminuyó provocando una menor retribución de impuestos en este concepto, el cual terminó el año con un retroceso del 16% anual. En menor proporción, se observó una disminución en la captación de impuestos por la venta de alimentos no básicos de alta densidad calórica y por carbono. Por otro lado, se captó un 1,086% más de impuestos por concepto de bebidas energizantes en 2020. Los impuestos derivados de la gasolina y el diésel registraron un tenue avance del 0.7% anual, rubro que registró el 65% del total de la captación de IEPS el año pasado.
En cuanto a la cantidad de declaraciones anuales que se realizaron en 2020 sumaron 9 millones 862 mil, un aumento del 2.1%, pero esta cifra fue la menor variación en los últimos diez años. Entre 2012 y 2017, se observaron aumentos de doble dígito en las declaraciones anuales presentadas. A partir del 2018, esta cifra descendió a 6.7% y registró una variación similar en 2019. Regresando a las declaraciones anuales del año pasado, el 88.9% de ellas fueron realizadas por personas físicas y el restante, un millón 92 mil declaraciones, correspondieron a personas morales. En consecuencia, de la crisis económica que generó la pandemia, se registró un descenso del 8.6% en la cantidad de declaraciones realizadas por personas morales.
Según un comunicado del Servicio de Administración Tributaria (SAT), la captación de impuestos del año pasado fue el resultado de una nueva estrategia establecida por las autoridades. Esta estrategia estuvo basada en una mayor eficiencia recaudatoria y cobranza coactiva, en un mayor combate a la evasión, a la elusión fiscal y a la corrupción.
Pero analizando las cifras del 2020 respecto a los años previos, las cifras no son tan optimistas. Por un lado, la recaudación se ha mantenido al alza en los últimos diez años, pero desde 2017, la variación anual es menor al promedio de crecimiento del 20% anual registrado entre 2013 y 2016. Por ejemplo, en 2017, los ingresos tributarios aumentaron solamente 4.9%, año en que si bien se incrementó un 10% la captación por ISR también se observó una caída del 21.9% por impuestos sobre gasolinas y diésel. En 2018, la captación de impuestos tributarios subió 7.5%, año en que el impuesto por gasolina y diésel siguió disminuyendo. En 2019, se observó un tenue incremento en la captación de ISR e IVA, los de mayor contribución, por lo que el aumento del 32.5% en IEPS no logró un mayor impacto en el aumento anual del 4.6% por concepto de impuestos tributarios. Será en septiembre cuando se den a conocer los ajustes fiscales aplicables para el 2022. Hasta el momento de escribir estas líneas, Raquel Buenrostro, titular del SAT, declaró que será una miscelánea fiscal y no una reforma como se ha especulado, la cual girará en los ejes de certeza jurídica y facilidad administrativa. El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que no habrá reforma fiscal en 2022. La miscelánea fiscal no contemplará aplicar nuevos impuestos, pero se centrará en reducir la evasión, además se proyecta obtener una recaudación de 200 mil millones de pesos a través de la simplificación del pago de impuestos y el combate a la corrupción.
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