Tras dos meses consecutivos de depreciación, el peso mexicano logró apreciarse un 0.49% en octubre beneficiado por un descenso global del dólar ante una disminución en la aversión al riesgo. El índice dólar cerró el mes en 94.15 puntos, ligero un retroceso del 0.08%, pero el indicador llegó a caer hasta a 93.27 puntos en la penúltima sesión del mes.
Antes de que la incertidumbre bajara, la moneda nacional llegó a debilitarse hasta a 20.9031 unidades, nivel no visto desde el pasado 25 de marzo, ante temores sobre una posible estanflación en la economía global, así como la crisis energética e inmobiliaria que presiona a la economía china. Posteriormente, la moneda mexicana logró estabilizarse para finalizar el mes en 20.5520 unidades ante el dólar.
La estanflación es un periodo de alta inflación y desaceleración económica. Los precios de los energéticos continúan al alza. Hasta octubre, el petróleo estadounidense WTI mantiene una ganancia del 71%, el crudo Brent del Mar del Norte ha avanzado un 63% y el gas natural ha aumentado un 134%. Situación que mantiene alta la inflación en la mayoría de los países. Por ejemplo, en Estados Unidos los precios al consumidor subieron a 5.4% en septiembre y la inflación anual llegó a ubicarse en 4.1% en la Zona Euro, en ambos casos no se había visto esos niveles desde hace 13 años. En México, la inflación llegó a ubicarse en 6.12%. Aunado a lo anterior, la Reserva Federal, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) redujeron sus pronósticos sobre la economía estadounidense para 2021, lo que provocó temores por una posible etapa de estanflación en las principales economías globales. (Este temor no se ha reducido por completo).
A inicios de octubre, la crisis de energética continuaba presionando a la economía china. Los futuros del carbón llegaron a cotizar hasta en 1,982 yuanes por tonelada métrica, un aumento del 203% hasta el 18 de octubre respecto a inicios de año. Posteriormente, el precio cayó hacia los 1,033 yuanes en consecuencia a una intervención por parte del gobierno. La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China (NDRC, por sus siglas en inglés) ordenó a las minas de carbón del país a producir tanto carbón como sea posible, con la finalidad de mantener un alto inventario antes de que inicie el invierno y poder aliviar la crisis energética. De esta manera, algunas provincias, donde se agudizó la escasez de carbón y electricidad semanas antes, lograron duplicar su almacenamiento de la materia prima. Otra acción que realizó el gobierno chino fue elevar un 20% el costo de la electricidad en las provincias de mayor demanda. Es importante mencionar que no solo China sufre por los altos costos de la energía, varios países europeos y asiáticos ya empiezan a sufrir problemas por los precios elevados de los energéticos.
Recordemos que en China también se está cocinando otra crisis de relevancia en el sector inmobiliario. Evergrande Group, la inmobiliaria más endeudada del mundo, incumplió por tercera ocasión con el pago de intereses a sus inversionistas. Otras empresas del sector tampoco cubrieron sus obligaciones con bonistas a lo largo del mes. Pero hacia la tercera semana de octubre, Evergrande abonó los 83.5 millones de dólares de intereses de un bono que venció el pasado 23 de septiembre; acción con la cual evitó la suspensión de pagos al cubrir con el compromiso dentro del periodo de gracia autorizado. Además, tras semanas de silencio, el director del Banco Popular de China (central), Zou Lan, comentó que las instituciones financieras individuales no tenían una exposición altamente concentrada en Evergrande, lo que tranquilizó a los mercados.
Ambas noticias provocaron una disminución en la aversión al riesgo global, generando una menor demanda en el dólar por parte de inversionistas. La buena temporada de resultados corporativos también influyó en una menor incertidumbre.
Otro factor que igualmente presionó el precio del dólar a la baja fue un repunte en el valor de la libra y el dólar de Nueva Zelanda. El gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, sugirió que el banco central se está preparando para subir las tasas de interés por primera vez desde que inició la crisis del coronavirus, a medida que aumentan los riesgos inflacionarios. La libra llegó a subir hasta a 1.3835 unidades ante el dólar, el mayor precio en cinco semanas. La inflación británica se aceleró 0.3% en septiembre, abajo del 0.4% previsto por analistas y a tasa anual, la inflación bajó a 3.1% desde el 3.2% previo. A pesar de la lectura inferior a lo previsto, las expectativas de una inflación alta al cierre del año permanecen intactas (4.0%) por lo tanto se mantuvieron las apuestas de un próximo aumento en la política monetaria de Reino Unido, tan pronto como el 4 de noviembre. En Nueva Zelanda, la inflación continúa al alza y en el tercer trimestre se disparó a un ritmo más rápido en 10 años, lo que aceleró las apuestas de más aumentos en su tasa de referencia. La inflación al consumidor subió a 4.9% y el banco central subió su tasa a 0.50% desde 0.25%, el pasado 6 de octubre. El dólar neozelandés subió a máximos de poco más de cuatro meses contra el dólar, al cotizar en 0.7219 unidades.
Si bien, las expectativas por la próxima reducción de compras mensuales de bonos en Estados Unidos continúan, el hecho de que otras economías ya están elevando su tasa de referencia o están sugiriendo un pronto ajuste al alza socavan el valor del dólar. Pues para que Estados Unidos eleve las tasas de referencia, primero debería de terminar completamente el plan de estímulos (compra mensual de bonos por 120,000 millones de dólares). Afirmación que realizó Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal en la última reunión de política monetaria celebrada el pasado 22 de septiembre. Se espera que el banco central estadounidense anuncie el calendario del tapering (reducción gradual del plan de estímulos) en su próxima reunión a celebrarse el 3 de noviembre.
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