El peso enfrenta una nueva tormenta

El peso mexicano se depreció 4.32% ante el dólar estadounidense durante noviembre ante un aumento en la incertidumbre sobre el futuro de la economía global y por dudas sobre el próximo dirigente del Banco de México.

La moneda nacional inició noviembre cotizando alrededor de las 20.57 unidades y llegó a apreciarse hasta a 20.25 unidades después de que la Reserva Federal anunció el inicio del tan esperado “tapering”. La FED dio a conocer que empezó a reducir su paquete de estímulos en 15 mil millones al mes (10 mil millones en bonos del Tesoro y el resto en valores hipotecarios) en noviembre. El banco central estadounidense dijo estar preparado para ajustar la cantidad si las perspectivas económicas lo justifican. El plan de estímulos para hacer frente a la crisis generada por la pandemia consistía en comprar 120 mil millones de dólares al mes en bonos del Tesoro y en títulos respaldados por hipotecas. Respecto a la inflación, la FED refrendó su expectativa de que la alta inflación es transitoria. Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, enfatizó que no era el momento de subir las tasas de interés porque el mercado laboral no se había recuperado plenamente. 

Pero, cuando la oficina de Estadísticas Laborales publicó que la inflación de octubre (6.2%) subió a niveles no vistos desde noviembre de 1990, los comentarios de Powell sobre una inflación transitoria se olvidaron y los mercados incrementaron sus expectativas de un aumento de la tasa de referencia antes de lo previsto (segundo semestre de 2022); lo que elevó el valor del dólar y por añadidura el peso se debilitó. Un día después, el Banco de México aplicó un incremento de 25 puntos base en su tasa de interés para situar en 5.0%. Además, los integrantes de la Junta de Gobierno ajustaron al alza sus proyecciones de la inflación general y subyacente para lo que resta de este año y para el 2022. El aumento de la tasa era ampliamente esperado por analistas, inclusive algunos estiman un aumento de 50 puntos base, situación por la cual la decisión de política monetaria no sorprendió al mercado y el peso respondió depreciándose hacia las 20.70 unidades.

En la segunda quincena del mes, el peso aceleró su depreciación ante una ola de noticias poco favorables para la economía local y externa. Por un lado, se reportó un nuevo incremento de contagios de Covid-19 en algunos países de Europa generando preocupaciones sobre la actividad económica de la región y del mundo. Mientras tanto, corrían rumores que, ante la alta inflación en Canadá y Reino Unido, no vista desde 2011 y 2003, respectivamente, sus bancos centrales elevarían su política monetaria en el corto plazo, adelantándose a la Reserva Federal.

En Turquía, otra crisis interna repercutió a nivel global y presionaba a varias monedas emergentes, incluido el peso mexicano. El Banco Central de la República de Turquía (CBRT) recortó 100 puntos base su tasa de interés el pasado jueves 18 de noviembre, movimiento en línea con lo esperado por el mercado y con la solicitud del presidente Tayyip Erdogan, para situarla en 15.0%. El ajuste se realizó a pesar de que la inflación ronda el 20% y la lira se deprecia constantemente. El CBRT ha recortado su tasa 400 puntos base en tan solo tres reuniones de política monetaria y en esta última reunión, su líder insinuó que otro recorte se podría dar en diciembre. Ante las declaraciones, la lira turca se depreció hacia los 11.5 unidades ante el dólar, y posteriormente cayó hasta las 13.45 unidades. A lo largo del mes, la lira se depreció un 33.4%.

En la cuarta semana de noviembre, el peso continuó presionado ante el dólar, rompió el techo de 21 unidades y llegó a cotizar momentáneamente en 22.15 unidades afectado por una serie de noticias que se dieron a conocer en sintonía:

• Joe Biden, presidente de Estados Unidos, anunció la nominación de Jerome Powell para un segundo mandato al frente de la Reserva Federal. Lael Brainard, actual gobernadora del Banco Central, sería la vicepresidenta de la entidad si su nominación es confirmada por el Senado.

• Corrió el rumor en México de que el nombre de Arturo Herrera fue retirado de la nominación como gobernador del Banco de México, en sustitución de Alejandro Díaz de León, quien en diciembre terminará su periodo. Posteriormente, el senador Ricardo Monreal confirmó la noticia, situación que empezó a alertar al mercado. Al día siguiente, el presidente Andrés Manuel López Obrador nominó a la subsecretaria de Egresos, Victoria Rodríguez Ceja, como gobernadora del banco central mexicano situación que presionó al tipo de cambio ya que la nominación no gustó al mercado, pues Rodríguez no tiene la experiencia necesaria en política monetaria como el puesto lo demanda, además que no puede ser considerada con una relación independiente con el Gobierno. Se espera que, a la brevedad, los senadores ratifiquen la nominación.

• Por último, una nueva variante de preocupación del SARS-COV-2, Ómicron, encendió las alertas globales sobre la actividad económica global, provocando una profunda aversión al riesgo e incertidumbre, lo que se tradujo en una importante toma de ganancias en el mercado accionario, una caída en los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años, una profunda depreciación en monedas emergentes y aquellas no consideradas como inversiones seguras. El precio del petróleo también cayó considerablemente mientras que el oro logró un aumento momentáneo de su precio.

El último día del mes, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, comentó que es adecuado considerar el término de la reducción de las compras mensuales de bonos antes de lo previsto ya que la inflación está siendo más persistente de lo que se esperaba. Además, era momento de dejar de usar la palabra transitoria para definir a la inflación. Tras sus declaraciones, se elevan una vez más, las apuestas de un pronto aumento de la tasa de interés de referencia por parte de la Reserva Federal, la cual estará condicionada a la evolución de la variante Ómicron y sus efectos en la economía global pues hasta el momento, y por su reciente descubrimiento, se desconoce el tamaño del impacto económico que dejará alrededor del mundo.