Las energías renovables son ya una realidad en muchos países donde estas opciones encabezan la lista de fuentes utilizadas para generar electricidad; y de acuerdo con el Banco Mundial, es la proveniente del sol la que ocupa el primer lugar entre las alternativas.
Paradójicamente, siendo México de los rezagados en esta área y contando con el clima propicio para tener más participación, la iniciativa de reforma al sector eléctrico del gobierno de la 4T amenaza con apagar las grandes centrales de energías limpias.
Y aún cuando los particulares no estarían impedidos para instalar calentadores y paneles solares en las azoteas de sus inmuebles, el alcance de las fuentes alternas quedaría muy reducido.
La discusión de este tema crucial para el desarrollo sustentable sigue pendiente en el legislativo, pero especialistas anticipan el impacto negativo que la reforma traerá a estados como Jalisco, en caso de aprobarse la reconcentración del control de las actividades eléctricas en la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
No obstante que Jalisco es actualmente de los estados del país con mayor capacidad instalada para generar energía solar en techos de viviendas y edificios, el impacto resulta insignificante.
Esto en comparación con la energía renovable a gran escala que empresas privadas pueden ayudar a generar, pero dejarían de hacerlo si se da marcha atrás a la apertura.
Se desaprovecha
La realidad es que la infraestructura para la generación de energía solar en los techos, aún siendo Jalisco un estado líder en esta modalidad, es poco significativa contra la capacidad de las grandes centrales reconoce Graciela Domínguez López, titular de la Coordinación de Sostenibilidad de la Universidad de Guadalajara.
Tan solo las centrales de energías renovables que ya operan aquí, cuentan con una capacidad instalada de más de mil 500 megawatts (MW), mientras que a través de techos solares apenas se producen 278 MW.
Al presentar cifras durante un foro sobre el tema, Domínguez hizo referencia a la situación de Jalisco antes de la reforma energética del sexenio anterior (2014), cuando esta entidad consumía mucho pero era penúltimo lugar en generación de electricidad.
En 2018 se logró duplicar la capacidad para generación eléctrica, al llegar a superar los 3 mil MW en el estado.
De ese gran total, 34% de la capacidad eléctrica se consiguió mediante nuevas inversiones privadas en energías limpias: Específicamente con las centrales eólicas en Los Altos y los huertos fotovoltaicos de Zacoalco, que ante la iniciativa de reforma impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, están en riesgo de verse afectadas.
Sin nuevas inversiones
Contar con excelentes condiciones climáticas para generar energía con fuentes renovables ha dejado de ser atractivo para la inversión en el estado de Jalisco.
Luego que en el sexenio anterior se captaron capitales por 10 mil millones de pesos a través de la construcción de centrales de energías renovables, no se han concretado nuevos planes.
Esto pese a que la Agencia de Energía de Jalisco había anunciado el interés de inversionistas nacionales y extranjeros para duplicar la inversión a partir de 2019 y había garantizado que, una eventual reforma eléctrica, no afectaría esta entidad.
Al respecto, Graciela Domínguez señala que desde el año 2020 en Jalisco se han cancelado proyectos en este sector por casi 40 mil millones de pesos.
Para Antonio Sánchez Bernal, Director de la división de Economía y Sociedad del CUCEA, la reforma “tiene como objetivo eliminar en los hechos el mercado eléctrico mayorista y volver al antiguo monopolio del estado”, lo que impacta particularmente a los estados industriales como Jalisco.
El Coordinador de Energía del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Óscar Ocampo Albarrán advierte que sin alternativas renovables, Jalisco que es de los estados con más intensidad de consumo eléctrico en el país, de acuerdo con la medición de los kilowatts-hora consumidos por cada millón aportado al crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, tendrá menos posibilidades de atraer inversión si aumenta su dependencia del servicio de la CFE. “Tiene en contra la fuerte intensidad energética de su economía”, -por lo cual- “cualquier fluctuación en los precios impacta de forma desproporcionada la competitividad y la posibilidad de desarrollo”, concluye el especialista del IMCO.
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