Se publicó un estudio de la OCDE donde revela que la desigualdad de género domina todos los aspectos de la vida social y económica y afecta a los países sin importar su grado de desarrollo. El documento revela que es frecuente que las mujeres jóvenes que viven en países miembros de la OCDE tengan ahora más escolaridad que los hombres jóvenes, pero las mujeres siguen teniendo escasa representación en los terrenos lucrativos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (CTIM).
De hecho la cifra de mujeres en la fuerza laboral se ha acercado más a la de los hombres en las últimas décadas, pero en todos los países todavía es menos probable que las mujeres realicen un trabajo remunerado. Cuando las mujeres ingresan a la fuerza laboral, es más factible que laboren media jornada, es poco probable que lleguen a puestos administrativos y seguramente ganan menos que los hombres. La trabajadora promedio con empleo de tiempo completo gana, en promedio, casi 15% menos que su contraparte masculina en los países miembros de la OCDE, tasa que se ha modificado poco en la última década.
Para la OCDE; las mujeres tienen menos probabilidades de emprender negocios, y las empresas propiedad de mujeres tienden a ganar menos que las de los hombres. En los distintos países, las brechas de género aumentan con la edad, lo que refleja el papel fundamental que la maternidad o paternidad tiene en la igualdad de género.
Mucho más que la paternidad, usualmente la maternidad tiene marcados efectos
negativos en la participación en la fuerza laboral, el salario y el desarrollo profesional. Las desigualdades de género también están presentes en la vida pública: las mujeres tienen poca representación en cargos políticos, pues ocupan, en promedio, menos de la tercera parte de las curules en las legislaturas nacionales en países miembros de la OCDE.
Es obvio que queda mucho por hacer para reducir —y a la larga cerrar— las brechas de género en el mundo. En una encuesta realizada para este informe, los países identificaron la violencia contra la mujer, la brecha salarial de género y la desigual participación en el trabajo no remunerado como los tres problemas más importantes en la desigualdad de género en su país.
Motivados por estas y otras desigualdades, así como por las recomendaciones de
la OCDE en Materia de Equidad de Género hechas en 2013 y 2015, los países han hecho algunos cambios importantes en sus políticas en el último lustro:
- La mayoría de los países de la OCDE están combatiendo el acoso en el trabajo, una forma de violencia contra la mujer, mediante leyes y reglamentos más estrictos referentes al tema. Son comunes las campañas de información y de concientización encaminadas a definir y prevenir el acoso sexual. Se necesita hacer más investigaciones para entender si dichos programas funcionan (y hasta qué punto).
- Varios países han iniciado programas dirigidos a niñas y jóvenes para que se integren a las disciplinas de la CTIM e impulsar a más niños a que se interesen en el área de la salud y educación.
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