Por segundo mes consecutivo, el peso mexicano logró una apreciación ante el dólar estadounidense. En marzo la fortaleza fue del 2.93% y llegó cotizar hasta en el mínimo de 19.81 unidades, nivel no visto desde finales de julio del 2021. Durante el primer trimestre del año, la moneda nacional acumuló una ganancia del 3.21% ante el dólar.
La fortaleza del peso se dio a pesar de la existencia de conflicto bélico en Europa del Este, presiones inflacionarias globales y nuevos temores por el crecimiento económico alrededor del mundo.
Países de Occidente han intensificado las sanciones contra bancos, autoridades, oligarcas y productos rusos, omitiendo al sector energético, pues varios países dependen en gran medida del gas y petróleo de Rusia. Tras poco más de un mes de la invasión rusa a Ucrania, algunas ciudades registran importantes daños por ataques rusos, pero ninguna se ha doblegado al poder de Vladimir Putin. Miles de ucranianos han salido de sus ciudades de origen para buscar refugio, principalmente en Polonia.
Se han realizado varias conversaciones de paz entre representantes de Rusia y Ucrania, pero no se ha logrado llegar a un acuerdo. Hacia finales del mes, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, reconoció que su país podría convertirse en un estado neutral. Ese mismo día, el ministerio ruso de Defensa anunció que reduciría su actividad militar en un amplio margen. La situación generó altas expectativas de una solución pacífica, sobre todo después de que tras una reunión de negociadores se mencionó que se habían logrado suficientes avances para que los presidentes de ambas naciones se reunieran. Menos de 24 horas después, el optimismo se desvaneció pues Rusia atacó las orillas de la capital Kiev y Chernígov, ubicada al norte del país.
Pero, la aversión al riesgo a nivel global por este conflicto bélico disminuyó después de que el gobierno ruso cubrió los intereses de una serie de bonos que vencieron en marzo. Varios analistas consideraban que Rusia podría caer el impago al no cubrir ese compromiso después de la serie de sanciones impuestas por países de Occidente. Al lograr el pago, Rusia mantuvo su estatus crediticio y la incertidumbre disminuyó.
Al momento de escribir estas líneas, no se ha logrado un acuerdo entre ambos países para un cese al fuego, pero las negociaciones de paz continúan. Los países Occidentales continúan enviando recursos económicos y militares a Ucrania, así como condenando las acciones rusas en contra del pueblo ucraniano. Además, algunos países europeos están planeando como disminuir su dependencia al petróleo y gas de Rusia.
Por otro lado, el pasado 16 de marzo, en una decisión ampliamente esperada por el mercado, la Reserva Federal elevó su tasa de interés para ubicarla en un rango de 0.25% al 0.50%. Además, el banco central estadounidense actualizó sus proyecciones económicas, respecto a diciembre, donde prevé un menor crecimiento económico y una mayor inflación. Respecto a la proyección de la tasa de desempleo, se mantuvo sin cambio en 3.5%. En el comunicado posterior al anuncio, la Fed advirtió que la reducción en la hoja de balance se decidirá en las próximas reuniones.
Una semana después, la Junta de Gobierno de Banco de México incrementó en 50 puntos base su tasa de interés, por lo que la tasa se ubicó en 6.50%. Transcendió que ese día por la mañana, el presidente Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer que el banco central mexicano había decidido en forma unánime elevar su tasa de interés en 50 puntos base. La noticia generó nerviosismo entre analistas y operadores, pues la decisión debería de haberse dado a conocer a la 1 pm y puso en duda la autonomía del banco central mexicano. Ese mismo día, en el marco de la 85ava Convención Bancaria celebrada en Acapulco, López Obrador ofreció una disculpa a la Junta de Gobierno de Banxico por haber filtrado la noticia, pues según él, desconocía que la información no era ya de manejo del público.
En el comunicado de política monetaria publicado por Banxico, se observó un incremento en las proyecciones de la Junta de Gobierno respecto a inflación general y subyacente para este y el próximo año. El INPC terminaría el 2022 en 5.5%, por encima del 4.0% previsto en febrero. Será hasta el primer trimestre del 2024, que la inflación general convergerá a la meta del banco, no en el cuarto trimestre del 2023 como se había previsto anteriormente. Respecto a la inflación subyacente, terminará el 2022 en 5.2% no en 4.3% previsto. Y se ubicará en torno al 3.0% también hasta el primer trimestre del 2024, no en el segundo trimestre del 2023.
Según una encuesta realizada a economistas por el propio Banco de México, la tasa de interés de referencia mexicana se ubicaría en 8.00% al cierre del año. Los analistas consultados por Citibanamex consideran que el promedio de la tasa al final del 2022 será de 7.75%; Santander México proyectó la mayor tasa al término del año, del 8.50%. Los ajustes que podrían realizar tanto Banco de México como la Reserva Federal, y otros bancos centrales, como el de Canadá, Reino Unido y Brasil por mencionar algunos, dependerán de la evolución de los precios.
Si la inflación continua alta o se acelera aún más, los bancos centrales continuarán ajustando al alza su tasa de referencia. Este escenario se daría sobre todo si el conflicto bélico no se detiene (manteniendo elevado el precio de los energéticos) y/o si se amplían los confinamientos en algunas ciudades de China por Covid-19, los cuales iniciaron en la última semana de marzo y podrían afectar aún más la delicada situación de las cadenas de distribución mundiales.
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