La política monetaria en 2022, cómo va y lo que se espera

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El año pasado, los analistas e inversionistas especulaban sobre cuál sería el primer banco central de relevancia en elevar su tasa de interés ante las presiones inflacionarias registradas, enfocándose en los comunicados y declaraciones de miembros de la Reserva Federal de Estados Unidos y del Banco Central Europeo, principalmente, para descifrar alguna pista. Los bancos centrales de países emergentes empezaron a subir sus tasas desde el 2021.

Ya este año, varios bancos centrales han ajustado su política monetaria por lo menos en una ocasión. Pero este ajuste no ha sido estandarizado pues algunos bancos centrales han decidido elevar agresivamente su tasa de interés y otros han realizado ajustes usuales. Algunos más han determinado mantener su tasa de referencia o inclusive bajarla. Las decisiones de política monetaria de cada banco central dependen en gran medida de como sus líderes perciben la situación económica nacional y del mundo.

Bajo el contexto de presiones inflacionarias altas, los bancos centrales decidirán elevar sus tasas de referencia para que sea más atractivo para los consumidores mantener su dinero en el banco. Esto podría reducir la cantidad de dinero que hay en circulación, al preferir ahorrar el dinero con el beneficio de una tasa de interés más alta, en lugar de gastarlo. Al tener una menor cantidad de dinero que gastar, el consumidor dejará de adquirir algunos productos, lo que ayudaría a reducir las presiones inflacionarias existentes en la economía.

Con la inflación actual históricamente alta en la mayoría de países, los principales bancos centrales del mundo están actuando para que se reduzcan los precios de los bienes y servicios a través del ajuste de su política monetaria.

  • La situación actual

El primer banco central de una economía desarrollada que elevó su tasa de referencia fue el Banco de Inglaterra en diciembre del 2021. Le siguió el Banco de Canadá, al ajustar su tasa a inicios de marzo del año en curso. Unas semanas después, la Reserva Federal elevó su tasa de referencia por primera vez desde marzo del 2020.  En contraparte, el Banco Central de Europa (BCE) anunció que continuaría reduciendo su plan de estímulos hacia el término del primer semestre de este año, y que sería después de esto que podría elevar su tasa de referencia.  Por su parte, Japón y Australia mantienen su política monetaria sin cambios desde hace años, en -0.10% y 0.10%, respectivamente.

Si bien los bancos centrales de México, Brasil y Rusia han elevado sus tasas desde marzo del año pasado, los últimos ajustes han sido más agresivos. El Banco de México ha aumentado 50 puntos base en tres ocasiones consecutivas.  En cada una de las reuniones de noviembre, diciembre y enero pasado, el Banco Central de Brasil decidió elevar en 150 puntos su tasa de referencia.  En cambio, el Banco Central de la Federación Rusa ajustó sorpresivamente su tasa en 1,050 puntos base justo después de que inició su invasión militar a Ucrania.

  • Lo que se espera

Se proyecta que, bajo las condiciones actuales de una alta inflación, varios bancos centrales seguirán ajustando su política monetaria a lo largo del año.

Por ejemplo, la tasa de referencia de Banco de México podría terminar el 2022 hasta en 8.0%, la Fed podría establecer su tasa en un rango de 2.50 a 2.75%, en Canadá cerraría el año el costo del dinero en 2.5% y la tasa de Reino Unido subiría hasta a 2.0%.  En el caso de Brasil, se estima un aumento adicional únicamente y de pequeña proporción antes de que finalice el primer semestre del 2022, lo que ubicaría a su política monetaria en 13.0%.

La principal presión inflacionaria que existe actualmente son los altos precios de los energéticos, los cuales, si bien ya venían sorteando varios problemas de la industria, desde que inició el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, los precios se dispararon considerablemente. Por lo tanto, aunque en el corto plazo se logre un cese al fuego, las presiones sobre el precio del petróleo y del gas no se desvanecerán por completo, aunque sí mejorarán las perspectivas globales de la industria.

  • Repercusiones

Lo que es un hecho, es que elevar la tasa de interés implica un menor crecimiento económico, pues los inversionistas prefieren obtener un rendimiento alto en el banco que invertir su dinero en un proyecto productivo. Por lo tanto, ante la expectativa de unas tasas de referencia más altas y las complicaciones que traerá la invasión rusa a Ucrania, las perspectivas sobre el crecimiento económico global han disminuido. La Reserva Federal estima que la economía estadounidense crecerá 2.8%, un importante recorte desde el 4.0% previsto anteriormente. El BCE ajustó su proyección de la actividad económica de la zona euro a 3.7% desde el 4.2% anterior. El Banco de México recortó su proyección económica de un escenario neutral del 3.2% al 2.4% para el 2022.

Por otro lado, los incrementos en las tasas de referencia provocan que otras tasas también se eleven, como las de los bonos. Entonces, si las tasas de referencia aumentan considerablemente, las tasas de la deuda de los países y las empresas también se elevarán. En un entorno económicamente incierto, el compromiso de tener que pagar una tasa alta cuando la actividad económica es débil, podría llegar a ser peligroso para algunas empresas o gobiernos, sobre todo si esta mala combinación (alta tasa, baja actividad económica) continúa un tiempo prolongado.