El alza generalizada de precios y el ritmo menor de crecimiento, dibujan un panorama difícil para la economía global.
En México sigue latente la posibilidad de llegar a una inflación de doble dígito al finalizar 2022, aún cuando desde mayo la situación llevó al gobierno de vuelta a la era de los pactos mediante el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (Pacic). En la práctica el mecanismo resulta muy limitado, pues apenas incluyó 24 de los 40 productos establecidos en la canasta básica. Ya en 1989, durante el gobierno de Salinas de Gortari, el famoso Pacto para la Estabilidad y el Crecimiento Económico (PECE) logró el objetivo de contener la inflación, pero con varios daños colaterales, como la afectación de la capacidad productiva de diversos sectores, la pérdida del valor real del salario y aumento en los índices de desempleo.
Ante el escenario incierto, donde la mayoría de los países han tenido que actuar para evitar una espiral inflacionaria, lo mejor es manejar prudentemente el financiamiento y evitar en lo posible el endeudamiento con tarjeta de crédito, ya que la inflación pega de manera exponencial sobre las deudas de corto plazo.
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