Incertidumbre económica mundial presiona al peso

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El peso mexicano se depreció un 2.34% ante el dólar estadounidense en medio de temores por una alta inflación mundial y por el incremento de tasas de interés por parte de bancos centrales, acciones que podrían desacelerar a la actividad económica.

La moneda mexicana, al igual que la mayoría de los mercados, se mantuvo estable durante los primeros días de junio. Pero cuando la Oficina de Estadísticas Laborales publicó las cifras más recientes sobre la inflación estadounidense, los mercados se cubrieron de volatilidad y aversión al riesgo.  

Según la entidad estadounidense, la inflación al consumidor subió hasta a 8.6% en mayo a tasa anual, nivel superior al 8.3% previsto y variación no vista desde diciembre de 1981. Ante una inflación tan alta, los operadores y analistas ajustaron sus proyecciones sobre la tasa de interés, pues consideraron que un incremento de 50 puntos base por parte de la Reserva Federal no seria lo suficiente para combatir la incesante inflación alcista. También se modificaron las proyecciones de cierre anual.  A la vez, una tasa de interes más alta preocupó al mercado, pues podría implicar una desaceleración económica y hasta una recesión; especulación que desde hace semanas corre entre analistas y operadores. Lo anterior generó una mayor demanda del dólar a nivel global. El índice dólar subió hasta en 105.788 unidades, valor en el que no cotizaba desde diciembre del 2002.

Unos cuantos días después, la Reserva Federal celebró su reunión ordinaria de politica monetaria. Autoridades encabezadas por Jerome Powell decidieron aumentar en 75 puntos base su tasa de interés para ubicarla en el rango de 1.50-1.75%. Powell declaró en una conferencia de prensa posterior que un incremento de 50 o 75 puntos muy probablemente sería lo adecuado para la siguiente reunión y comentó que no esperaba que incrementos de este tamaño fueran comunes. Tras tales declaraciones, las proyecciones por el nivel en que cerrará este año la tasa de referencia estadounidense cambiaron a un rango de 3.75-4% desde el 2.75-3.0% previo. Además, el banco central estadounidense ajustó sus proyecciones económicas: prevé una mayor inflación y una menor actividad económica para este y el próximo año.  Todo este contexto, provocó una alta demanda del dólar a nivel global, debilitando a nuestra moneda hasta a 20.70 unidades.

Las noticias provenientes de otros bancos centrales también provocaron volatilidad en el mercado cambiario. El Banco Central Europeo (BCE) anunció en una reunión extraordinaria un plan para normalizar los bonos de la comunidad. Se autorizó reinvertir el efectivo que vence de su plan de apoyo por la pandemia (PEPP por sus siglas en inglés), por un aproximado de 1.7 billones de euros. Y en una segunda fase, se creará un nuevo mecanismo anticrisis, el cual al momento de escribir estas líneas aún no se da a conocer.

El Banco Nacional Suizo también sorprendió al mercado elevando su tasa de interés por primera vez desde septiembre del 2007. El movimiento fue de 50 puntos base para colocarla en -0.25% después de que su inflación tocó niveles no vistos en 14 años. Reino Unido, Brasil, Australia, Canadá e India también elevaron su politica monetaria. Caso contrario fue el de Japón, quien mantuvo su tasa sin cambios en -0.10% y dijo que continuará comprando cantidades ilimitadas de bonos del gobierno japonés para mantener la recuperación de su económica. Al actuar en sentido contrario a la mayoría de los bancos, el yen japonés se ha depreciado hasta a 136.71 yenes ante el dólar, el mayor nivel desde septiembre de 1998.

Una semana después, Banco de México hizo lo propio y elevó su tasa de interes a 7.75%, un incremento también de 75 puntos base. La decisión de la Junta de Gobierno de Banxico fue unánime. Refrendó su postura de vigilar estrechamente las presiones inflacionarias, los factores que inciden en la trayectoria prevista y en sus expectativas. Aclaró que tiene la intención de seguir aumentando su tasa de referencia en las siguientes reuniones y valorará actuar con la misma contundencia (nivel de incremento) en caso de que se requiera. Banco de México también ajustó sus expectativas de la inflación. Ahora la Junta de Gobierno del banco estima que el pico de la inflación se alcanzará en el tercer trimestre del año para posteriormente empezar a ceder. Hacia el tercer trimestre del 2023, la inflación empezará a converger en la meta del banco (3.0%+/- un punto porcentual). Situación similar ocurrirá con la inflación subyacente.

Para ese entonces, la moneda nacional ya se había apreciado cerca de 70 centavos ante el dólar por una reversión del dólar a nivel global. Posteriormente, la moneda mexicana siguió apreciándose beneficiada además por el alto nivel de la tasa de interés y su diferencia ante su símil estadounidense, manteniendo el atractivo ante inversionistas extranjeros para que inviertan en deuda gubernamental y corporativa mexicana. El dólar también se debilitó gracias a declaraciones de Christine Lagarde, presidenta del BCE, quien comentó que la institución aumentará en 25 puntos base su tasa en los próximos meses y un mayor margen en septiembre si la inflación no cede.

Hacia fin de mes, en una conferencia organizada por el BCE en Portugal, se dieron a conocer declaraciones importantes por parte de presidentes de los principales bancos centrales. Lagarde dijo que es poco probable que regrese la era de inflación ultra baja que precedió la pandemia. Powell comentó que reducir la inflación será doloroso e inclusive podría colapsar el crecimiento, pero se debe solucionar rápidamente para evitar que los altos precios sean persistentes. Para el funcionario estadounidense, el mayor riesgo sería no restablecer la estabilidad de precios.