La inflación continúa al alza, con paso galopante, en las principales economías del mundo, incluida México. Los altos precios del petróleo, que a su vez han provocado un incremento en el precio de sus derivados, son uno de los factores que han mantenido una inflación alta a nivel global.
Con la finalidad de compensar el alza de gasolinas, el Gobierno mexicano aumentó el subsidio que se otorga al momento que el consumidor adquiere el producto. Dicho subsidio consiste en disminuir una parte del Impuesto Especial de Producción y Servicios (IEPS) que se cobra por cada litro de gasolina. Es importante mencionar que desde 2016 existe el subsidio a gasolinas. Conforme fueron acelerándose los precios de las gasolinas y el diésel, el Gobierno autorizó dejar de cobrar a los consumidores el 100% del equivalente del IEPS por primera vez a partir de la segunda quincena de marzo. Desde entonces, en otras palabras, se dejaron de cobrar 5.49 pesos por litro de gasolina Magna, 4.63 pesos por litro de gasolina Premium y 6.03 pesos por cada litro de diésel.
Cómo los precios del petróleo continuaban subiendo descontroladamente ante el estallido del conflicto militar especial de Rusia en Ucrania, por decreto presidencial se creó un estímulo fiscal complementario dirigido a los productores e importadores de combustibles, aplicable cuando estos realicen la venta de primera mano en territorio nacional; lo que al final de la cadena beneficia al consumidor final. Estos estímulos complementarios se empezaron a aplicar en la semana del 5 al 11 de marzo, cuando llegó al 100% del subsidio a la gasolina Magna y el diésel.
Durante la tercera semana de junio, el estímulo complementario llegó al máximo de 7.01 pesos por litro en el caso de la gasolina Magna, 7.98 pesos por litro para la gasolina Premium y 7.71 pesos por litro en el diésel. Posteriormente, este estímulo empezó a disminuir conforme bajaron los precios del petróleo. Hasta julio, el estímulo vía IEPS se mantuvo al 100%.
Desde que se anunció el estímulo complementario, se especuló sobre el costo que tendría para las arcas del gobierno mexicano y las importantes afectaciones que tendría dejar de recaudar ese dinero vía IEPS, concepto que los seis años previos había recabado anualmente en promedio 250,233 millones de pesos o el 4.77% del total de ingresos del sector público.
Según cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) se dejaron de percibir 22,055.4 millones de pesos por concepto de IEPS a gasolinas y diésel durante el primer semestre del 2022. Conforme ha transcurrido el año, la recaudación ha disminuido hasta caer en negativo en abril, y desde entonces se ha mantenido así.
En abril pasado, la titular del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Raquel Buenrostro, estimó que el monto del estímulo fiscal sería de entre 350,000 y 400,000 millones de pesos. En agosto, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, proyectó que el costo total del estímulo sería 430,000 millones de pesos.
Según autoridades, no hay por qué preocuparse, pues el bache que causarán los estímulos fiscales a gasolinas será compensado con un ingreso petrolero superior al proyectado en la Ley de Ingresos del 2022 ante el incremento en el precio internacional del petróleo.
La misma ley contempla ingresos petroleros por poco más de 1 billón de pesos. Al cierre del primer trimestre, las autoridades ajustaron el cálculo al alza al proyectar un ingreso extra por 535,509 millones de pesos. Pero tres meses después, los ingresos petroleros adicionales fueron proyectados a la baja a 368,710 mdp situándose en 1.4 bdp. La Secretaría de Hacienda dio a conocer que el costo del subsidio por gasolinas en 2022 sería de 328,393 mdp. Por lo tanto, si ambas proyecciones se cumplen, el costo por subsidiar gasolinas será cubierto con los ingresos petroleros adicionales. Según la renuncia recaudatoria actualizada a junio del año en curso, se espera que el costo para 2023 sumará 272,634 mdp.
Pero en realidad, las cifras no son optimistas. Al primer semestre del año, los ingresos petroleros sumaron 594,193 mdp, superior a los 540,721 mdp proyectados para ese periodo. La diferencia entre la proyección y el ingreso real fue de 53,472 mdp, cifra inferior a los 161,445 mdp que costaron los estímulos de gasolinas durante la primera mitad del año, según informó el SAT a través del Informe Tributario y de Gestión. Del costo total de los estímulos de gasolina, 117,445 mdp fueron a través del IEPS (estímulo inicial) y 44,049 mdp corresponden al estímulo complementario.
Si bien, en las últimas semanas el monto del estímulo complementario por litro de gasolina o diésel ha disminuido, al parecer por el descenso en los precios internacionales de crudo, el estímulo inicial permanece al 100%, y según el reporte del SAT, aunque el estímulo complementario se elimine, el mayor costo de los estímulos deriva de subsidiar el IEPS. Entonces, si el precio del crudo sigue disminuyendo o se mantiene por debajo de los 100 dólares por barril, como ha ocurrido desde julio, los ingresos petroleros nacionales serán inferiores a los proyectados, lo que generaría una merma en las finanzas públicas el país lo que al final repercutirá en menores apoyos a la población en algún tema social o de salud, o en una baja inversión en algún proyecto productivo del país.
Por ejemplo, según el Instituto de Información Estadística y Geografía de Jalisco (IIEG), el subsidio de IEPS en gasolinas y diésel generará un costo de oportunidad de 34,725 mdp a las entidades federativas este año. En el caso de Jalisco, dejará de recibir 2,278.78 mdp aproximadamente.
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