El peso mexicano se apreció 2.74% ante el dólar estadounidense durante el penúltimo mes del año, ligando dos periodos de fortaleza. En noviembre, la moneda nacional llegó a fortalecerse hasta a 19.0401 ante el dólar, nivel no visto desde el 25 de febrero del 2020, gracias a la debilidad del dólar quien se vio afectado por expectativa de una tasa de interés inferior a lo prevista (entre más alta es una tasa de interés de un país, su moneda será más demandada por inversionistas extranjeros quienes buscan mejores rendimientos).
Un escenario de un incremento de 50 puntos base, en vez de 75 puntos base como ocurrió en las 4 reuniones de política monetaria anteriores, empezó a tomar fuerza después de que se publicó que la inflación al consumidor y al productor estadounidense continúa desacelerándose en su lectura anual. Los precios al consumidor se ubicaron en 7.7% en octubre (inferior al 9.1% registrado en junio) y en 8.0% en el caso de los precios al productor (máximo reciente 11.7% en abril). A las cifras, le siguieron declaraciones que realizaron varios miembros de la Reserva Federal a favor de aumentos moderados, así como por la minuta de la reunión de política monetaria celebrada en noviembre. Según el acta, la mayoría de los integrantes del banco central estadounidense están a favor de un incremento reducido de la tasa de referencia.
Hacia fin de mes, Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, declaró en un evento en Washington que la institución podría moderar las subidas de la tasa de referencia tan pronto como en diciembre. Pero añadió que es probable que la tasa permanezca alta durante cierto tiempo para contener a la alta inflación. Se especula que el banco central estadounidense empezará a recortar su tasa de referencia hasta 2024, pero es muy posible que lo realice antes dependiendo si los datos macroeconómicos muestran una desaceleración preocupante. El índice dólar cayó 5.02% en noviembre al cerrar en 105.95 unidades, nivel no visto desde el pasado 15 de agosto.
A pesar de la fortaleza del peso, existieron varios riesgos que momentáneamente debilitaron al peso pues inyectaron aversión al riesgo a nivel global, pero no lograron modificar la fortaleza de la moneda nacional.
Los casos de contagios de Covid-19 nuevamente se están incrementando, y China no fue la excepción. El país asiático llegó a superar los 40,000 contagios diarios, marcando un récord sin precedentes. Si bien la cantidad de contagios diarios es un mínimo porcentaje respecto a la población total (1.4 billones), los incrementos no son aceptados para las autoridades chinas quienes mantienen la estrategia de tolerancia cero al virus; la cual llevó a confinar a Shanghái por dos meses. Ante las cifras históricas recientes, autoridades nuevamente iniciaron estrictas restricciones en varias ciudades chinas, pero en esta ocasión su población reaccionó con manifestaciones agresivas que hacia final del mes pasado orillaron a las autoridades a modificar dichas restricciones. La economia China se contrajo considerablemente durante el segundo trimestre del año por los confinamientos aplicados. Si bien durante el tercer trimestre creció considerablemente, el sector manufacturero permanece en zona de contracción económica desde agosto y las exportaciones se han desacelerado considerablemente (en octubre registraron una variación anual negativa). La desaceleración de la economia china genera preocupación a nivel global al ser uno de los principales motores económicos globales, y dicha situación afectaría a varias naciones, especialmente a aquellas que dependen comercialmente de China.
El pasado martes 8 de noviembre, se realizaron las elecciones intermedias en Estados Unidos para sustituir 35 puestos en el Senado, 435 en la Cámara de Representantes y 36 gobernadores. Los mercados se mantuvieron atentos a los resultados pues temían que podría darse un gobierno dividido en Washington, lo que significa que legisladores republicanos lograrían quitarles la mayoría a los demócratas y bloquearían proyectos de ley de línea demócrata (el derecho al aborto y el cambio climático), podrían retrasar o reducir el apoyo económico y de defensa a Ucrania, así como limitar el techo de deuda estadounidense, lo que impediría que Biden gaste más para llevar a cabo sus proyectos. Al final, la mayoría del Senado permaneció en manos de los demócratas mientras que la Cámara de Representantes fue ganada por el partido republicano.
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