Hasta hace algunos años, la fórmula del éxito financiero para un joven recién egresado era más o menos la siguiente: encontrar un trabajo bien pagado en una gran empresa, tener “tu carrito”, y para comprar una casa, juntar el enganche y adquirir una hipoteca a 20 años. La jubilación a los 60, 65 años para disfrutar de una buena pensión es la cereza del pastel.
Hoy en 2022, para la gran mayoría de jóvenes, esta visión financiera suena difícil de lograr. Los sueldos en general no han avanzado en términos reales en los últimos años, y la inflación (en máximos de los últimos 20 años) solo agrava este problema. Las empresas cada vez son más selectivas y en muchos rubros, la tecnología elimina más puestos de trabajo de lo que crea.
Y finalmente, el comprar un auto o una casa, se ve como una opción complicada por 2 razones principalmente:
La primera es de carácter financiero; y es que hay que ahorrar para el enganche (10% como mínimo), lo que para adquirir una casa o departamento de $2,500,000 MXN, requeriría tener por lo menos $250,000 MXN más $100,000 MXN para las escrituras y gastos notariales. El pago mensual con una tasa del 10% anual quedaría sobre los $22,000 MXN. El sueldo promedio en Jalisco es de $8,000 mensuales en la economía informal y el salario promedio registrado ante el IMSS Jalisco está en torno a los 14,000 MXN.
La segunda razón en mi opinión tiene que ver con cambios en los estilos de vida. Menos personas se casan año con año, y los que se casan lo hacen a una edad más avanzada que hace algunas décadas (según datos del INEGI el promedio de edad en México de los hombres que se casan es de 33 años y de 31 para las mujeres). Las familias son mucho más pequeñas, de un promedio de 7 hijos en 1970, hemos pasado a 2.1 en 2019.
En resumen y reducido de una forma muy básica, comprar una casa hoy es caro para la gran mayoría e incluso innecesario para otros tantos (o no me alcanza y rento, o no tengo una familia que demande un “lugar donde crecer”). Pero los inmuebles como activo de inversión siguen estando en la mente de muchos como una gran idea de inversión, y es que el sentimiento de seguridad, sumado a la posibilidad de obtener rentas, hace de la idea de comprar una casa, un objetivo financiero interesante.
El mercado comienza a reconocer esta necesidad y se están creando nuevos modelos de negocio alrededor del mundo que permiten disfrutar de la comodidad de tener un auto o una casa, de forma accesible. Y no se está inventando el hilo negro, solo se está “transformando”. Este modelo se llama RENTING, y consiste en ofrecer en renta (hasta aquí nada nuevo) activos como autos o casas, pero con todo, absolutamente todo incluido. Y al final del periodo de renta, que suelen ser de más largo plazo que un arrendamiento tradicional, la opción de adquirir el activo. También existen modelos que combinan la propiedad parcial con la renta del activo. Otros modelos de negocio llamados “fractional ownership” buscan fraccionar la propiedad de un activo en partes más pequeñas para que todos los socios disfruten sin desembolsar el 100% del precio. Hoy puedes ser copropietario de un departamento de lujo en Punta de Mita o de un conjunto de autos de lujo. Y recibir rentas o rendimientos derivados de esos activos.
En una visión más amplia y de negocio, esta tendencia se le conoce como EaaS, “everything as a service”. Es decir, todo lo que consumimos, incluidos nuestros activos, pasarán a ser un servicio más por el que paguemos una suscripción o renta: música, bancos, salud, etc. Y en una economía cada vez más precaria, cobrar rentas parece mejor opción que pagarlas.
Te invito a que te acerques a platicar con un consultor financiero en Finestra y tomes decisiones inteligentes, informadas y sobre todo, que vayan alineadas a tus objetivos de inversión.
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