Económicamente, el 2021 fue un año de recuperación tras el desastroso 2020. El 2022, fue un año inusual, pues se proyectaba que sería un año de consolidación económica, pero la alta inflación global, la operación militar especial de Rusia en Ucrania y una extrema estrategia sanitaria en China complicó la evolución de la economía como se había proyectado.

En México, la confianza del consumidor se redujo en 2022 respecto al año previo, pues a los consumidores les preocupa más la situación económica del país y del hogar hacia el futuro, así como en su capacidad por comprar bienes muebles como computadoras, celulares, línea blanca, etc. Según cifras del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), el sector no manufacturero de país registró un año positivo, beneficiado especialmente por un repunte en su actividad económica en noviembre. Pero el sector manufacturero registró un retroceso anual pues a pesar de la recuperación del último bimestre del año, no fue suficiente para compensar la caída que presentó en mayo y junio.

La economía mexicana además tuvo que lidiar con una alta inflación, de hasta el 8.70% en septiembre a tasa anual para posteriormente ceder a 7.82%; la mayor inflación anual desde el 2000. Los precios de los alimentos, bebidas y tabaco, así como de los productos pecuarios registraron un incremento anual de doble digito. 

Por su parte, el sector automotriz logró una consolidación en sus cifras anuales al lograr un sólido crecimiento en las ventas, la producción y la exportación de vehículos en 2022; situación que no se repetía desde 2016.

En total se vendieron 1 millón 86 mil vehículos ligeros en territorio nacional, un incremento del 7.03% respecto al año anterior. De hecho, las ventas ligaron dos años consecutivos al alza tras cuatro años de saldos negativos. A pesar de la reciente recuperación, las ventas de vehículos nacionales no han recuperado los volúmenes previos a la pandemia (superior a los 100 mil unidades al mes) y se mantienen muy lejos del máximo de 192 mil ventas registrado en diciembre del 2016.  Dicho descenso se debe a varios factores. Previo a la pandemia, el aumento en el precio de la gasolina por la liberación de su precio a factores de mercado a partir del 2017, una alta inflación y por el ajuste al alza en la tasa de interés por parte de Banco de México (lo que implicó tasas más altas en financiamientos) limitaron la venta de vehículos. Después del 2020, la falta de componentes y sus efectos en la línea de producción redujeron la disponibilidad de vehículos listos para su venta; situación que poco a poco se ha regularizado, pero aún no se considera optima.

En cuanto a la producción de vehículos, esta creció 9.39% anual, al alcanzar el total de 3.2 millones. Con las cifras del 2022, se rompió la racha de cuatro años consecutivos de descensos. Como consecuencia de la pandemia, la interrupción de la producción por mano de obra y materias primas, la producción mexicana de vehículos cayó 20.23% anual en 2020; a nivel mundial el descenso fue del 15.8% según la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA). El descenso del 2.0% en 2021 se debió a la persistente debilidad de las cadenas globales de suministro que iniciaron el año previo. Según la AMIA, existen 37 plantas de producción del sector automotriz especializadas ya sea en vehículos, en motores o en transmisiones, con una capacidad de producir poco más de 5 millones de vehículos al año y 5.6 millones de motores.  Guanajuato y Aguascalientes son las entidades federativas que más plantas activas tienen; en Jalisco solamente esta instalada una planta de Honda en el municipio del Salto.  México fue el séptimo mayor productor de vehículos en 2020 y 2021, por encima de Brasil. China, Estados Unidos y Japón ocupan los primeros tres lugares, respectivamente, en producción mundial de vehículos desde 2011.

Por su parte, las exportaciones automotrices aumentaron 5.86% anual, sumando dos años de avances. Al igual que las ventas y la producción, la exportación no ha logrado recuperar las cifras prepandemia; como referencia el rubro registró el récord de 323,631 vehículos en marzo de 2019.

El destino del 77.5% de las exportaciones de vehículos en 2022 fue Estados Unidos, un 7.6% fue dirigido a Canadá y 6.0% a Alemania. 53 de cada 100 vehículos exportados fueron SUV’s, 30 fueron pick ups, 10 fueron compactos, 3 más subcompactos y solo 2 fueron vehículos de lujo. Específicamente, los modelos Equinox de General Motos, Tacoma de Toyota, Forte de Kia, Rio de Kia y Serie 3 de BMW fueron los vehículos de mayor exportación por segmento.  Como referencia, el valor de las exportaciones automotrices registró el máximo histórico de 16,062 millones de dólares en septiembre del 2022.

Según la AMIA, la industria automotriz tendrá un sólido comportamiento en 2023 al estimar un crecimiento del 5.4% en las ventas nacionales, del 6.6% en la producción y del 7.2% en las exportaciones. Estas proyecciones se darán a pesar de la incertidumbre sobre una recesión económica en Estados Unidos y por el desequilibrio que aún existe en las cadenas de producción por el desabastecimiento de semiconductores. Estas proyecciones contemplan un fallo a favor de México en el panel abierto del T-MEC sobre las reglas de origen del sector automotriz, lo que mantendrá la competitividad en la industria automotriz mexicana respecto al mundo. A mediados de enero, la secretaria de Economía dio a conocer la resolución a favor de México y Canadá ante la disputa comercial sobre como determinar el origen de un vehículo que proviene colectivamente de alguno de los países integrantes del T-MEC.

El sector automotriz es de suma relevancia en la economia nacional pues representa el 3.5% del Producto Interno Bruto (PIB) y es la mayor industria manufacturera del país, al cubrir una participación el 20.5% del PIB manufacturero.