El peso mexicano acumula cinco meses consecutivos de fortaleza. En mayo, la moneda local logró una apreciación del 1.75% al finalizar en 17.68 unidades; durante el mes llegó a cotizar hasta en 17.4207 pesos por dólar estadounidense, nivel no visto desde el 3 de mayo de 2016.
La fortaleza de la moneda nacional se debe a varios factores, siendo el más importante el diferencial de la tasa de interés de referencia de México contra otras naciones, lo que atrae a inversionistas a adquirir instrumentos de deuda mexicana, pues generan un mayor rendimiento. Si bien, hay países emergentes que presentan una tasa de referencia más alta que la mexicana, la solidez de la economía, la buena calificación crediticia y la cercanía con el comercio estadounidense generan un plus para los inversionistas extranjeros. De este modo, ingresan grandes cantidades de monedas extranjeras que deberán de ser convertidas en pesos mexicanos para así comprar títulos de deuda nacionales, esta acción demanda altos niveles de pesos y mantiene su apreciación.
La reciente apreciación del peso se dio a pesar de una recuperación del dólar a nivel global, aunque en varias ocasiones, si influyó en el tipo de cambio local. El índice dólar subió 2.54% hasta cerrar el mes en 104.24 unidades, nivel no visto desde el 16 de marzo pasado.
La incertidumbre que provocó el posible default de Estados Unidos, así como la posibilidad de que la Reserva Federal continuará ajustando al alza su política monetaria fueron los factores que impulsaron el valor de la moneda estadounidense.
Durante semanas, el presidente estadounidense, Joe Biden, y el líder republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, llevaron a cabo una serie de negociaciones con sus equipos de trabajo para tartar de lograr un acuerdo que incrementara el techo de deuda, evitar un impago y una catástrofe en el sistema financiero global. Existían importantes diferencias entre partidos, los republicanos querían recortar gastos en algunos sectores mientras que la Casa Blanca apostaba por aumentar impuestos a empresas y personas millonarias. Mientras se daban las negociaciones, el mercado respondía a las declaraciones que realizaban personas involucradas, algunos a favor y otras un poco pesimistas. De acuerdo con la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, Estados Unidos se quedaría sin dinero para hacer frente a sus obligaciones el 5 junio. Además, las agencias Fitch Ratings y DBRS Morningstar cambiaron a negativa la perspectiva crediticia de Estados Unidos lo que da pie a una reducción en su calificación crediticia en el mediano plazo.
Fue hasta el sábado 27 de mayo que se dio a conocer que ambos partidos lograron un acuerdo tentativo, el cual fue votado por la Cámara de Representantes el último día del mes. Al momento de escribir estas líneas, el proyecto de ley será enviado al Congreso para su análisis y votación. De ser aprobado, se enviará a Biden para que sea firmado y entre en vigor.
Por otro lado, los recientes datos de la inflación han demostrado que los precios de los productos y servicios no han disminuido como se proyectaba, pues la inflación subyacente continúa resistiéndose a bajar como el índice general. Además, el índice Personal Consumption Expenditure (PCE por sus siglas en inglés) que es una medida más amplia sobre la inflación al consumidor repuntó en abril, lo que nuevamente encendió las alertas sobre una inflación no controlada en territorio estadounidense. Varios miembros de la Reserva Federal declararon estar a favor de elevar la tasa de referencia para asegurar la desaceleración de la inflación; otros funcionarios dijeron que no veían un recorte de la tasa en un futuro cercano. Además, los datos laborales muestran resiliencia por lo que no habría presiones para que la Reserva Federal mantenga sin cambios su tasa de referencia. De acuerdo con CME FedWatch Tool, la expectativa del mercado de un incremento de 25 puntos base en la tasa de interés estadounidense llegó a ser del 66.5%, un contraste con el 23% del mes previo. El próximo 14 de junio se decidirá si la tasa de referencia se mantiene o se eleva, decisión que dependerá en gran medida por la publicación del dato de inflación que se dará a conocer justo un día antes.
Respecto a las principales monedas globales, el peso mexicano es la moneda de mayor apreciación contra el dólar en lo que va del año, al avanzar 10.07%, o un peso y 81 centavos. El real brasileño se aprecia 6.02% y la libra esterlina un 3.28%. Respecto a las monedas emergentes, el peso colombiano mantiene una fortaleza del 9.02% y el forint húngaro se aprecia 8.61%. En sentido contrario, el peso argentino se deprecia 25.6% ante el dólar, el rand sudafricano baja un 13.8% y el rublo ruso cae 12.03%. La lira turca retrocede 9.8%, llegando a cotizar en el 20.7760, el menor nivel histórico tras las recientes elecciones presidenciales donde Recep Tayyip Erdogan aseguró su permanencia en la presidencia; se ha mantenido en el poder por más de dos décadas.
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