A la par de la salud física, la pandemia dejó mucho aprendizaje también sobre la importancia de la salud del bolsillo señala Adolfo Ruiz Guzmán, miembro del Comité de Educación Financiera de la Asociación de Bancos de México y director de asuntos públicos del Grupo Financiero BX+.
“Con la presencia del COVID, nos dimos cuenta del problema que significó para muchas familias no tener un respaldo económico y carecer de cobertura en servicios de salud”.
Con base en estudios del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) se sabe que durante el 2020, había 35.7 millones de personas sin acceso a ningún tipo de servicios de salud. Esta cifra mostró la gravedad del problema, pues en 2018 había alrededor de 20 millones de personas sin estos servicios y la cifra de población desprotegida aumenta desde entonces.
“Esto ha obligado a tomar consciencia y buscar alternativas para buscar soluciones individuales a esta necesidad y también sobre la importancia de tener finanzas sanas”, añade Ruiz Guzmán.
Ayudó que el confinamiento incrementó la demanda de servicios de internet y de la misma manera obligó a muchas personas a enfrentar el reto de utilizar canales digitales para realizar compras, pagos y servicios bancarios.
Quienes estaban reacios a usar estos canales se dieron cuenta que sí son seguros. Además, ya reconocen que permiten ahorrar tiempo y tener un adecuado manejo de los recursos, agrega Ruiz.
Oportunidad
Mantener la buena salud en las finanzas es importante y aunque la economía se encuentra hoy inmersa en nuevos retos, el actual escenario de tasas de interés altas es un buen momento para tomar decisiones que ayuden a proteger el patrimonio, destaca el directivo.
“Contrario a lo que se pueda pensar, éste es un buen momento para adquirir una casa, ya que una deuda bien manejada y bien entendida para hacerse de un activo, es fundamental para la salud financiera”, explica.
Todo depende del momento de vida en el que cada quien se encuentre. Para algunos lo más conveniente es el ahorro, para otros una inversión, o quizás planear la contratación de un crédito hipotecario a 15 años. Con la ventaja de poder hacerlo a tasa fija y en niveles que todavía siguen siendo accesibles para muchas personas, agrega.
La edad cuenta
En materia de decisiones financieras lo recomendable es ser muy cuidadosos con el perfil y el riesgo. Saber ¿qué se está buscando lograr, para qué se quiere invertir o durante cuánto tiempo?.
“Todos los seres humanos necesitamos establecer siempre metas y objetivos claros. De lo contrario, el ahorro puede evaporarse en gastos inadecuados”, alerta el experto.
Hoy estamos observando cambios de hábitos en cuestiones financieras.
Por ejemplo, a los más jóvenes les cuesta entender por qué deberían comprar casa y engancharse varios años con una institución bancaria. Por eso prefieren tarjetas o productos financieros que les permitan tener más control y libertad.
En cuanto a los adultos mayores, todavía les cuesta trabajo usar la tecnología. Incluso el cajero automático y hay cierta resistencia de usarlo para servicios que no sean sacar dinero, como transferencias o pagos. “No tienen confianza porque necesitan la certeza de que un empleado les certifique el movimiento y les ponga un sellito. Son las generaciones que ahorraron debajo del colchón o tienen el dinero en una caja de ahorro”.
Cómo invertir
Estas son algunas claves que el experto propone para invertir:
• Saber para qué quieres ahorrar o invertir, ya que la inversión siempre tiene un horizonte de largo plazo. A diferencia del ahorro que generalmente no va más allá de un año.
• Para invertir se requiere mucha información, disciplina y mantener una estrategia.
• El factor de la edad es importante porque el riesgo que puede soportar una persona de 60 años, 45 ó 20 al realizar una inversión va a jugar a favor o en contra , según el tiempo.
• Alguien de 60 años no sería recomendable que invierta en contratos con alta volatilidad porque quizás no le alcanzaría para corregir una eventual minusvalía.
• Un joven de 20 años, tiene una mayor probabilidad y tendría sentido un mayor apetito al riesgo.
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