Es difícil no contagiarse del ambiente y las emociones de la época. Cada año gritamos para reafirmar nuestra identidad nacional. El ¡Viva México!, vuelve a resonar en este mes de celebraciones patrias, enmarcado en las banderitas que se venden en cada esquina y adornan calles, casas, carros, negocios y edificios. La música del mariachi junto con el tequila y el charro retoman su protagonismo a través de la mercadotecnia. Visibilizar las tradiciones, la comida, los trajes típicos, la alfarería, la arquitectura, sin olvidar los fuegos artificiales, las luces de colores y el papel de china nos recuerda lo orgullosos que debemos sentirnos de nuestra cultura. Por supuesto, asistir a la verbena popular o tener una cena con platillos tradicionales corona nuestro entusiasmo patriótico.
Celebrar tiene un costo
Sin embargo, este entusiasmo, en ocasiones desbordado, tiene su costo. Cada septiembre los gobiernos, los negocios y los ciudadanos invertimos nuestros recursos para recordar que somos una nación independiente. Como en muchas de nuestras tradiciones, en este mes se crea el mercado de temporada con productos y servicios de todo tipo que recrean la memoria histórica del país.
A falta de datos económicos de este año, los más recientes nos sirven de referencia para tener una idea de lo que probablemente gastaremos en el mes patrio.
En 2022, la Secretaría de Turismo estimó una derrama económica en el país de 30 mil millones de pesos por servicios turísticos…
Por su parte, la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicio y Turismo estimó una derrama de 20 mil 500 millones de pesos en el sector de restaurantes, hoteles y comercios. Mientras que en la industria de bares, discotecas ycentros nocturnos calcularon una derrama aproximada de 240 mil millones de pesos a nivel nacional, sólo el fin de semana del Grito.
Según datos del INEGI, durante la celebración de la Independencia en 2022 el precio del tequila aumentó 31.4% comparado con 2019.
En el caso de Guadalajara, la Canaco estimaba que las fiestas patrias de 2022 dejarían una derrama económica de 50 millones de pesos a la ciudad, principalmente a través de la industria hotelera, los restaurantes, los bares y en general los servicios turísticos.
A nivel individual, antes de la pandemia, los mexicanos gastamos alrededor de 1000 pesos para celebrar las fiestas patrias. Considerando que este año estamos viviendo la post pandemia, es de esperarse que esta cantidad aumente.
Más allá del valor económico
Hoy, el rostro del territorio nacional se pinta de verde, blanco y rojo, al mismo tiempo que por las venas de las redes sociales circulan infinidad de expresiones de mexicanidad uniendo al país. Esto no siempre fue así.
En el pasado las celebraciones eran locales. Cada ciudad tenía sus propios eventos que iban desde desfiles militares, discursos políticos, obras de teatro, hasta verbenas populares. El grito de Independencia en la ciudad de Dolores fue de los primeros eventos que sirvieron para tener una celebración nacional. Y fue la Época de Oro del cine nacional que de alguna forma contribuyó con muchos de los símbolos que utilizamos para construir lo que hoy consideramos la identidad nacional.
En paisajes rurales de haciendas, caballos, agaves y serenatas, el tequila, el mariachi y la charrería, protagonistas de las producciones cinematográficas de esa época, fueron adoptados para representar a nuestro país. Fue Jalisco quien aportó este valor intangible de los símbolos que ahora forman parte de la imagen de México y su independencia. Es tal su trascendencia que la UNESCO ha nombrado a estos símbolos patrimonio cultural y patrimonio cultural inmaterial.
Por otro lado, nos hemos identificado tanto con ellos que se han convertido en un elemento utilizado por la mercadotecnia con una doble función, generar ingresos y reforzar la identidad nacional como valor cultural de la mexicanidad. A todo producto o servicio que se vende para celebrar nuestra independencia se le agrega el valor intangible de los símbolos que mueven nuestro sentimiento patriótico.
Decisiones económicas inteligentes
Si estamos decididos a celebrar El Grito, consideremos algunos aspectos. A pesar de que la inflación ha estado cediendo lentamente, esta se mantiene. En julio, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) aumentó 0.48 % y la inflación general anual se ubicó en 4.79%. Además, el aumento de precios de productos y servicios suele acompañar a las ofertas de temporada.
Para actuar con responsabilidad, apegarse a la tradicional regla de cubrir los gastos básicos familiares y destinar parte de los recursos a objetivos financieros de largo plazo sobre los gastos no esenciales nos ayudará a mantener nuestra economía sana. Por eso, no está de más insistir en algunas de las ya bien conocidas recomendaciones de los expertos:
– Una de las primeras sugerencias es tomar conciencia y elaborar un presupuesto de acuerdo a nuestras posibilidades. Esto es clave para administrar los gastos y utilizar el dinero en aquello con lo que podemos celebrar sin mermar nuestros recursos.
– Celebrar en casa y no en un restaurante. Es cierto que los preparativos consumen nuestro tiempo, pero al reunirnos en casa nos da la oportunidad de que familia y amigos colaboren, lo cual reduce los gastos.
– No utilizar la tarjeta de crédito. La emoción de las celebraciones nos puede generar la tentación de utilizar la tarjeta de crédito y con esto ponernos en riesgo de adquirir una deuda que rebasa nuestra capacidad de pago.
– Sabemos muy bien que la mercadotecnia nos invita a consumir. Al evitar comprar productos no necesarios o demasiado caros evitamos excedernos en nuestro presupuesto.
– Podemos ganarle a la mercadotécnica si compramos antes de que los precios de los productos se incrementen por la época.
– No ponemos en duda nuestras habilidades digitales en el uso de aplicaciones y plataformas al momento de comprar en línea. A pesar de eso, en temporadas altas se recomienda estar atentos a sitios fraudulentos, la veracidad de las ofertas y sobre todo a no compartir información personal.
Es probable que estemos familiarizados con todo el ambiente y la dinámica de celebrar nuestra Independencia, sin embargo, apelando a nuestra experiencia, es una buena decisión reflexionar sobre cómo o cuál es la mejor forma de disfrutar las fiestas con responsabilidad sin olvidar que Jalisco sigue contribuyendo con el valor y la imagen del México actual.
¡Viva México!
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