Nueva alerta mundial: la economía china se desacelera

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Durante meses, el mercado reaccionó negativamente a la posibilidad de que Estados Unidos cayera en recesión durante el segundo trimestre del 2023. Si bien, dicho temor continúa latente, la publicación de sólidos datos laborales disipan un poco el panorama negativo.

Pero el foco de atención actualmente es la economía china, la cual, según los recientes datos, no muestra un crecimiento constante, sino todo lo contrario. Al ser China el segundo motor económico del mundo, su situación económica preocupa al mundo.

Actualmente, la economía de China está pasando por una desaceleración económica, que es normal para cualquier economía, sin embargo, en el caso particular del gigante asiático, su gobierno constantemente aplicaba programas a modo para que la actividad económica se mantuviera constante. Si bien, hasta antes de la pandemia, su economía ya registraba un crecimiento un poco menor a lo visto décadas atrás, la noticia no afectaba tanto a los mercados. 

Pero ahora la situación es diferente.  Y es que, tras la recesión que registró China en 2020 y la posterior recuperación a inicios del 2021 (como la mayoría de las economías alrededor del mundo) el consumidor chino sigue limitando su gasto respecto a otros consumidores.  En parte, esta menor demanda se debió a que la actividad económica en China seguía limitada ante la serie de restricciones sociales que seguía aplicando el gobierno para tratar de contener al Covid-19. Fue hasta finales del 2022 e inicios del 2023 que China relajó dichas restricciones que estaban ahogando a su economía.

Actualmente, la menor demanda por parte de los consumidores chinos continúa y se refleja en una reciente caída en los precios. La inflación al productor en el país asiático se ubicó en -4.4% en julio a tasa anual, manteniéndose en negativo desde octubre del 2022. Por su parte, la inflación al consumidor se desaceleró a -0.3% anual. Cuando se observa una caída en los precios (deflación) representa que los consumidores están evitando comprar bienes y productos y prefieren ahorrar. La reducción de precios que hacen las empresas no es garantía de un mayor consumo.  Esto a su vez implica que las empresas venden menos productos y limitan sus proyectos productivos, lo que puede provocar un aumento en el desempleo. 

Datos macroeconómicos

Además de la deflación, son varios los indicadores macroeconómicos que preocupan al mercado, pues reflejan la caída en la demanda por parte de consumidores o la menor oferta de las empresas. Entre ellos está la desaceleración de las ventas minoristas, las cuales solamente aumentaron 3.0% en junio a tasa anual tras tres meses de crecimiento de doble dígito.

En julio, las exportaciones acumularon un trimestre en negativo como reflejo de la desaceleración mundial y las importaciones sumaron dos meses también en negativo como resultado de un menor consumo interno.  En ese mismo mes, el sector manufacturero del gigante asiático sumó cuatro meses en zona de contracción, mientras que el sector servicios registró el menor nivel en lo que va del año.

Si bien la tasa de desempleo en China se ha mantenido estable, alrededor de 5.2%, el desempleo entre los jóvenes (16 a 24 años) preocupa a analistas, pues se ha acelerado considerablemente al tocar el máximo de 21.3% en junio. Se prevé que el problema continúe durante varios años más y es la respuesta a una menor oferta de empleos por parte de las empresas y la disparidad entre los empleos disponibles y los que quieren los jóvenes.

Por su parte, el Producto Interno Bruto (PIB) solamente creció 6.3% a tasa anual durante el segundo trimestre del año, cifra inferior al 7.1% estimado por el mercado. Trimestralmente, la economía solamente avanzó 0.8%, tras un 2.2% previo, situación que pone en duda que se alcance la meta de 5.0% anual establecida por el gobierno. 

El sector inmobiliario

Recientemente, la inmobiliaria Country Garden revivió los temores de la crisis de Evergrande y recordó al mercado mundial que el sector inmobiliario chino sigue débil al advertir de importantes pérdidas en 2023, a pesar de una serie de apoyos que ha otorgado el gobierno al sector inmobiliario, pues el deterioro del entorno de ventas y la refinanciación han limitado la liquidez del sector. Recordemos que, en agosto del 2021, se destapó una importante crisis en el sector inmobiliario chino. Evergrande, la principal inmobiliaria del país, tenía una deuda valuada en 300 mil millones de dólares (el equivalente al 2% del PIB de China) dejó de pagar sus compromisos a sus bonistas en varias ocasiones, lo que generó una alta incertidumbre a nivel global. 

Lo que está haciendo China

Para tratar de impulsar el consumo, el gobierno chino recortó las tasas de préstamos a uno y cinco años en un par de ocasiones en lo que va del 2023. También presentó un plan para estimular el gasto de los ciudadanos en automóviles, bienes muebles e inmuebles, así como pequeños bienes de consumo en artículos para el hogar ecológicos e inteligentes en zonas rurales. Además, se amplió el acceso a pequeñas empresas y empresas privadas para obtener acceso a fondos y créditos, especialmente en aquellas entidades que inviertan en industrias clave.  En el sector inmobiliario, se prorrogaron hasta finales del 2024 las políticas sobre la extensión de apoyo financiero para el sector; plan que fue anunciado en noviembre del 2022.

La situación económica de China es compleja. Por un lado, su gobierno constantemente anuncia programas de apoyo para impulsar su economía y que gasten los consumidores. Por el otro, los consumidores tienen un menor optimismo por la situación económica del país y prefieren ahorrar.  Si a lo anterior se le suma una moneda incómodamente depreciada ante el dólar estadounidense (en consecuencia, a las diferentes políticas monetarias de cada país) y altos niveles de deuda, el gobierno chino tiene muchos retos por delante para recuperar la confianza de sus consumidores e inversores mundiales.