Paradójicamente, el maíz, gran protagonista de la gastronomía mexicana en la cena tradicional de los festejos patrios, sufre la dependencia de las importaciones.
Hoy está entre los alimentos presionados por la volatilidad de los precios internacionales de los granos básicos. Y la fragilidad del acuerdo del Mar Negro para brindar seguridad a la exportación de alimentos desde puertos ucranianos, ante la cancelación unilateral de Rusia, no ayuda.
Rusia y Ucrania están entre los cinco principales exportadores de granos y cereales a nivel mundial, mientras México es el séptimo productor de maíz, pero es el segundo mayor importador del mundo.
Hasta el mes de julio de 2023, la inflación en el país parecía seguir una tendencia descendente, al ubicarse en 5.06%. Pero aun así, todavía varios alimentos centrales de la dieta de los mexicanos, como las tortillas, presentan un aumento promedio anual de más de 11%.
Hay que tomar nota de estos nuevos riesgos, ya que los pronósticos de organismos como el Fondo Monetario Internacional (FMI) en cuanto a inflación y ciclo de endurecimiento monetario, siguen siendo reservados.
De acuerdo con el análisis al mes de agosto, las expectativas de lograr nuevamente los objetivos inflacionarios de los bancos centrales se prevén alcanzar hasta finales de 2024 o principios de 2025. Mientras, no se excluyen posibles ajustes económicos en el futuro.
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