Iniciamos el 2023 con muchas expectativas en los mercados financieros, donde la renta fija y la variable, o la deuda y la bolsa, se peleaban por ser el activo más rentable. Veamos cómo se han comportado en esta recta final del año.
En lo que va del año, hemos visto un endurecimiento muy pronunciado en la política monetaria de la gran mayoría de países desarrollados. El costo del dinero ha incrementado a nivel mundial, por lo que los inversionistas en teoría han puesto su atención y su dinero en la renta fija, bonos gubernamentales y depósitos a plazo, en detrimento de las acciones.
En enero, la tasa de referencia en México era del 10.5%, mientras que los CETES a 28 días arrancaban con una tasa del 10.49% a 28 días. Por su parte, el Índice de precios y cotizaciones o IPC que engloba a las 35 empresas más grandes por capitalización de mercado y bursatilidad de la Bolsa Mexicana de Valores, iniciaba sobre los 49,000 puntos.
En Estados Unidos, la FED había fijado su tasa en 4.5%, esto después de haberla incrementado 25 puntos base en diciembre de 2022. En la renta variable, el SP500 (el índice más representativo de la bolsa) arrancaba el año en los 3,830 puntos. Y finalmente el tipo de cambio estaba en 19.50 pesos por dólar.
En lo que va del año, el banco de México ha llevado la tasa objetiva a su máximo histórico de 11.25% (esta herramienta de política monetaria se creó a mediados del 2008) y con esto los certificados de tesorería o mejor conocidos como CETES han llegado a su nivel más alto desde mayo del 2001. Este nivel fue alcanzado justamente en mayo de este 2023, cuando la tasa llegó al 11.40% para los CETES de 28 días.
Esto ha provocado 2 cuestiones interesantes: para los inversionistas, se les presenta el mejor entorno en los últimos 20 años para colocarse en instrumentos de renta fija. Los bancos que tradicionalmente habían pagado muy poco al ahorrador ahora compiten de forma agresiva por incrementar sus niveles de captación. Esto a su vez ha despertado en muchas personas un renovado interés por sus finanzas personales, lo cual siempre es positivo.
Pero el otro lado de la moneda es que el costo del crédito también ha aumentado sustancialmente. La tasa de interés interbancaria de equilibrio, o TIIE, ha pasado del 5 % en octubre de 2021, a 11.50% en octubre de 2023, un incremento del 130% en 24 meses. Hoy es mucho más caro para un empresario endeudarse, o para cualquiera de nosotros obtener un crédito de nómina o comprar un auto.
Finalmente, la bolsa en México, después de llegar a su punto máximo de 55,500 puntos en mayo (un rendimiento de 13% efectivo en 5 meses) ha venido ajustándose hasta un rendimiento efectivo del 5.5% para inicios de noviembre. Dato curioso: en los últimos 5 años el IPC ha logrado un pobre rendimiento de 18% acumulado, frente a un 41% de los CETES.
En el caso de Estados Unidos, también se han visto los efectos de la subida de tasas, pues en el actual nivel de 5.50% que mantiene la FED, hoy existen mejores tasas para invertir en dólares. El mercado está muy atento y sensible a los próximos movimientos en la tasa. El debate es hasta qué punto se puede reducir la inflación sin caer en una recesión, pues recordemos que la FED tiene su objetivo de inflación en un 2% (Banxico 3%) pero además tiene el mandato de procurar el pleno empleo y el crecimiento de la economía.
Los índices bursátiles han presentado importantes avances: en lo que va del año, el SP500 ha dado un rendimiento acumulado de 15% (inicios de noviembre) para llegar a niveles de 4,400 puntos, mientras que el NASDAQ ha generado un impresionante 32% acumulado desde el inicio del año. Cualquier movimiento en las tasas o incluso las amenazas geopolíticas pudieran generar mayor volatilidad.
En el aspecto de financiamiento, los estadounidenses hoy tienen las tasas de crédito hipotecario en niveles de 7.5%-8% anual, cuando hace un año podían acceder a tasas del 4%. Y en las tarjetas de crédito, indicador muy relevante del consumo y por ende de la economía, el saldo deudor está en sus máximos de 10 años, y la tasa de interés para tarjetas de crédito se encuentra sobre niveles de 20% anual, también un máximo histórico. Los analistas tendrán muy monitoreados estas 2 variables que pudieran provocar, en un futuro cercano, una nueva recesión en la economía de nuestro vecino.
Para el próximo año el mercado espera las primeras reducciones en las tasas de interés tanto de Banxico como de la Fed, y también hay elecciones presidenciales en ambos países, por lo que el 2024 será igualmente interesante tanto en la renta fija como en las bolsas. En Finestra queremos ayudar a nuestros clientes a identificar oportunidades, por lo que nos reiteramos atentos y con el gusto de ayudarles a tomar decisiones inteligentes.
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