¡Terminó el año! ¡Llegó enero y el frío continúa!

Esta época del año propicia el consumo de bebidas tradicionales de nuestra cultura, sin dejar a un lado que una taza de café siempre será parte de nuestras preferencias. El fácil acceso ya sea a beber un café soluble en casa, capuchino o espresso en una cafetería, la diversidad en sus mezclas, ingredientes y preparación hacen muy popular esta bebida.

Parte de su popularidad se debe a las grandes cadenas comerciales y a la calidad del café de los estados tradicionalmente productores de nuestro país. Sin embargo, durante los años recientes se ha comenzado a hablar del café de Jalisco y eso le ha dado relevancia. La realidad es que, por lo menos desde los años 60, existe una industria jalisciense del café. Y aunque el estado aún no se destaca por ser un gran productor de este grano por su cantidad, la industria ha crecido paulatinamente hasta llegar a ser referente nacional.

La importancia de la industria del café en México

Las cifras de este sector, a pesar de las diferencias dependiendo de la fuente consultada, dejan en claro que a lo largo del país continúa desarrollándose una industria ya consolidada desde hace años.

Lo primero que debemos reconocer es la gran cantidad de pequeños y grandes cafetales. En México existen más de 500 mil productores de café, distribuidos en 15 estados y 480 municipios, entre ellos se encuentran los de Jalisco.

Esta cantidad ha sido fundamental para que en 2022 México ocupara el decimoprimer puesto como productor de café en el mundo, con una superficie cosechada de 646.804 hectáreas y una producción de 987.102 toneladas.

Sin duda, es bien conocido que el sur del país es la región donde más se cultiva café. El mayor productor es Chiapas, aportando el 41% del total de la producción nacional. Le sigue Veracruz con 24% y Puebla con 15.3%.

Sabemos también que las condiciones climáticas son detonantes no sólo de la producción sino del consumo. Debido al clima, los países Escandinavos (Finlandia, Noruega, Islandia, Dinamarca, Países Bajos, Suecia, Suiza), además de Estados Unidos y Canadá, son los que más consumen café. En comparación, el consumo en nuestro país es menor, a pesar de que en más de la mitad de los hogares se consume. Para dimensionar nuestros hábitos cafeteros, en 2022 los mexicanos consumimos 311.000 toneladas, es decir, 1.7 kilogramos por persona anualmente.

Parte de los hábitos han cambiado y el aumento en el consumo de café en un establecimiento ha favorecido el aumento del número de cafeterías. Los estados que cuentan con más cafeterías son el Estado de México, con más de 10.900 negocios, CDMX 9.200, Jalisco 5.800, Guanajuato 4.279 y Puebla, con 3.980.

Las cafeterías ocupan el tercer lugar dentro de la industria restaurantera, la cual se destaca por contar con una gran cantidad de unidades económicas, de personal ocupado y de producción bruta, lo cual se refleja en el incremento de cafeterías como negocio.

La cultura del café en Jalisco

Mientras que el tequila, la tecnología y el turismo identifican a Jalisco, el café se relaciona inmediatamente con la zona sur del país y sus condiciones climáticas que favorecen su cultivo.

Pero son esas mismas condiciones las que le han dado a la región de Jalisco la posibilidad de desarrollar una industria llena de pequeñas empresas.

La Sierra Madre Occidental en el estado alberga una gran cantidad de pequeños poblados productores de café con altitudes que van de los 1000m. a los 1400m., todos ellos con una combinación de clima cálido, húmedo y seco que favorece la siembra y cosecha del grano.

Jalisco produce 4 mil 383 toneladas, cuenta con 3 mil 461 hectáreas registradas y aproximadamente 50 predios dedicados al cultivo. Cosechado entre los meses de diciembre y marzo, una parte de la producción de café se consume nacionalmente, mientras otra es exportada a través de comercializadoras registradas en la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café A.C. (AMECAFE).

El cluster cafetalero jalisciense está formado por lugares como San Sebastián Del Oeste (en donde muchas huertas familiares se transformaron en pequeños espacios de cultivo), Amacueca, Talpa de Allende (que cuenta con varias cooperativas), La Estancia de Landeros, Cabo Corrientes, Cuautitlán de García Barragán, Pihuamo, Tuxpan, Tonila, Zapotitlán de Vadillo y Tolimán.

En estas poblaciones se encuentran fincas cafetaleras como Tercer Cielo, La Pila-Rancho la Nogalita, La Quinta Mary, El Fortín, El Portalito de Chávez, La Catedral del Café, Mujeres Cafetaleras del Desmoronado, Los Realeros, Montaña Azul, La Concha de Bramador y La Cuesta.

El futuro inmediato

Pero como toda industria, el café enfrenta una serie de problemas que deberá resolver en los próximos años.

Existen factores externos que ponen en desventaja a los productores como el poco control del precio que depende del mercado y no de los mismos cafetaleros, las dificultades para comercializar el producto, los intermediarios y la baja producción para responder a la demanda del mercado.

Otros factores son la modernización a través del uso de nueva tecnología para dejar atrás procesos de producción tradicionales que en algunos casos aún predominan, el envejecimiento de los cafetales, lo mismo que el uso de químicos para hacer más resistentes las plantas, lo que está asociado al cambio climático y el agotamiento de la tierra.

A pesar de todo ello, los datos de los expertos ofrecen expectativas positivas a nivel mundial y nacional respecto al crecimiento de la producción, asociado a su vez a un importante crecimiento en el consumo de café. Esto presenta un futuro promisorio al café jalisciense, el cual se une a otros sectores económicos relevantes del estado.

Como ejemplo del posicionamiento de la industria del café en Jalisco, Guadalajara es considerada la segunda ciudad con una gran cultura de café. Una taza de café forma parte de nuestras rutinas y de nuestras conversaciones. Como podemos ver, detrás de ella hay toda una industria que se mueve para que podamos disfrutarla.