Aunque en México no es algo nuevo enfrentar una alta inflación, dado que el país experimentó décadas de inflación de doble o triple dígito, especialmente durante los años 70 y 80, el reciente repunte de los precios ha generado preocupación entre las autoridades y angustia entre los consumidores. En esta ocasión, no nos enfocaremos en el incremento de los precios desde la perspectiva de la política monetaria, sino en cómo esto afecta a los consumidores y mina su poder adquisitivo.
El poder adquisitivo se refiere a la capacidad o habilidad de compra de bienes y servicios que poseen las personas con una cantidad determinada de recursos. Un poder adquisitivo elevado implica que con la misma cantidad de dinero podremos adquirir una mayor cantidad de bienes, mientras que un poder adquisitivo bajo se evidencia cuando con la misma cantidad de dinero se obtienen menos bienes.
Consideremos la siguiente situación: una persona realizó la compra del supermercado del mes por un total de 1,800 pesos. Sin embargo, recuerda que el año anterior solo gastó 1,500 pesos al comprar los mismos productos en el mismo lugar. Estos 300 pesos adicionales representan la inflación observada durante el año en su canasta básica; es decir, su inflación personal fue del 20% anual. Si se hubiera ajustado al presupuesto de 1,500 pesos, habría tenido que decidir qué productos no comprar, lo que implicaría no completar su canasta básica. En este caso, el poder adquisitivo del consumidor habría disminuido un 16.7%. Este ejemplo ilustra claramente una disminución en el poder adquisitivo del consumidor.
Para evaluar el poder adquisitivo de una persona, es fundamental considerar no solo sus gastos, que determinan su costo de vida, sino también sus ingresos, que representan su salario, junto con otros factores macroeconómicos. Un tipo de cambio depreciado reducirá el poder adquisitivo en aquellos productos que se importan y se venden en el país, mientras que una política monetaria restrictiva, caracterizada por altas tasas de interés, aumentará el costo de los créditos, disminuyendo así la capacidad de compra de bienes como automóviles o viviendas. Además, si una persona destina una parte significativa de sus ingresos al pago de deudas, dispondrá de menos recursos disponibles para el consumo, lo que reducirá su poder adquisitivo.
Antes de analizar el poder adquisitivo de los mexicanos, es importante tener en cuenta otro aspecto: los precios, es decir, la inflación, tienden a aumentar antes que los salarios. Además, existen varios factores, tanto locales como extranjeros, que influyen en la variación de los precios. Mientras tanto, el salario mínimo en México es establecido por la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) a finales de cada año, y estas cifras entran en vigencia el primer día de enero del año siguiente.
Las autoridades aplicaron un incremento del 20.0% en el salario mínimo para el primer día de 2023, elevándose de $172.87 pesos a $207.44 pesos. Esto representó un aumento del 16.7% en términos del poder adquisitivo de los mexicanos. Sin embargo, solo el 30.9% de la población económicamente activa se benefició de esta medida, ya que según el INEGI, son las personas que ganaban hasta un salario mínimo en ese periodo. No fue hasta diciembre de ese año que descubrimos que la inflación promedio del consumidor mexicano fue del 4.66%. Considerando únicamente estos dos factores, podríamos concluir que el poder adquisitivo de los mexicanos aumentó en 2023. Sin embargo, dado que la inflación de cada mexicano es única y depende de sus hábitos, necesidades y costumbres, el poder adquisitivo también variará en consecuencia.
Por ejemplo, según un informe del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), aunque la inflación general fue de 4.66% en 2023, los hogares con ingresos bajos (4,470 pesos por mes) experimentaron una inflación anual del 5.12%, mientras que los hogares con ingresos medios (14,447 pesos por mes) registraron una inflación del 4.73%. Por otro lado, los hogares con ingresos altos (66,899 pesos por mes) tuvieron una variación media de precios del 4.71%. Estos cálculos se basan en que los hogares con menores ingresos gastan más en alimentos, una categoría que suele experimentar una mayor inflación. Según el INEGI, un hogar de bajos ingresos destina el 51.1% de sus gastos trimestrales a alimentos, mientras que los hogares de mayores ingresos sólo destinan el 28.3%.
Entonces, considerando que el rubro de alimentos, bebidas y tabaco aumentó un 6.25% anual, y que las frutas y verduras experimentaron un alza del 11.68%, podríamos reconsiderar que el poder adquisitivo de los mexicanos en 2023 no fue tan alto como se había concluido inicialmente, especialmente si se compraron más productos cuyo costo aumentó. Algunas verduras incluso registraron un incremento del 82.2% anual, mientras que el costo del transporte aéreo se elevó un 30.5% y el seguro de automóvil aumentó un 19.8%, por mencionar algunos ejemplos.
No podemos concluir que el poder adquisitivo de los mexicanos en 2023 fue alto. Sin embargo, podemos afirmar que el poder adquisitivo de algunos mexicanos ha mejorado desde 2017, cuando la Conasami implementó el Monto Independiente de Recuperación (MIR). Este mecanismo tiene como objetivo respaldar la recuperación económica exclusivamente de los trabajadores asalariados que reciben un salario mínimo general. El MIR consiste en un monto específico de dinero que se añade al incremento porcentual establecido por las autoridades.
Desde la implementación del MIR, el salario mínimo de los mexicanos ha experimentado un incremento mínimo del 10.4% en 2017 y hasta un máximo del 22.0% en 2022. Esta variación ha superado la tasa de inflación, lo que ha contribuido a una mejora general en el poder adquisitivo. Antes de esta medida, la situación era diferente. Por ejemplo, en 2010, el salario mínimo aumentó un 4.1%, pero la inflación ascendió un 4.4%, lo que anuló el aumento del 3.9% en el poder adquisitivo de los consumidores debido a la mejora en sus ingresos.
Para el año 2024, el aumento en el salario mínimo fue del 20.0%, lo que implicaría un incremento del 16.7% en el poder adquisitivo de los mexicanos. A modo de referencia, se estima que la inflación general en 2024 será del 4.13%.
La gran preocupación de algunos economistas y analistas radica en que los considerables aumentos en el salario mínimo podrían estar ejerciendo presión sobre los precios, lo que a su vez podría limitar la capacidad de acción del Banco de México. Actualmente, esta institución es la única encargada de salvaguardar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda nacional y, por consiguiente, el de los mexicanos, mediante la implementación de políticas monetarias adecuadas.
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