Sector automotriz eléctrico en México: actualidad y retos que enfrenta

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En un entorno donde cada vez más consumidores buscan realizar compras sustentables, el sector automotriz eléctrico permanece en auge a nivel global. También varias empresas han demandado una importante cantidad de vehículos eléctricos con la finalidad de apegarse a sus objetivos Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ASG). Bimbo es el claro ejemplo nacional de ello, ya que casi el 5% de su flota de transporte y distribución son unidades eléctricas, cuyo propósito es reemplazar su flotilla por unidades sustentables para el 2040.

Aunado a lo anterior, varios gobiernos alrededor del mundo han impuesto programas encaminados a reducir las emisiones de gas de efecto invernadero en un futuro cercano. 

Sin embargo, el sector automotriz eléctrico en México aún gatea en comparación con otras naciones.  De acuerdo con el Banco de Información Económica (BIE) del INEGI, del total de vehículos ligeros vendidos en el país, únicamente un 5.4% fueron vehículos eléctricos durante 2023 (ya sean unidades vehiculares eléctricas, híbridas, plug-in o híbridas).  Si bien el parque vehicular eléctrico es bajo, se ha observado un importante incremento en los últimos años. Con excepción de una caída en 2020 por la pandemia y un crecimiento menor al 9% en 2022, desde 2016 a 2023 se ha observado un crecimiento anual de doble dígito en las ventas de vehículos eléctricos, según cálculos realizados con información del INEGI.

Ciudad de México lidera la venta de vehículos eléctricos, seguido no tan de cerca por el Estado de México, Jalisco y Nuevo León. En 2023, se vendieron 6,272 vehículos eléctricos en Jalisco, esto fue un incremento del 31.1% respecto al año previo. El dato estuvo muy por debajo de las 23,195 unidades comercializadas en la capital del país, 10,124 unidades vendidas en el Estado de México y 7,493 más en el estado fronterizo. A pesar de ello, el parque vehicular eléctrico en Jalisco es superior al regio hasta el primer bimestre de este año. 

De acuerdo con un reporte del Instituto de Información de Estadísticas y Geografía de Jalisco, durante febrero del año en curso, dato más reciente, se comercializaron 614 unidades vehiculares eléctricas, sumando tres meses consecutivos de descensos. Dicha tendencia bajista se dio después de que en noviembre pasado se alcanzó el récord de ventas de 762 vehículos.

Respecto a la producción de vehículos cien por ciento eléctricos en territorio nacional, se observó un incremento del 36.3% anual en 2023 de la mano de los modelos Ford Mustang Mach-E y Chevrolet Blazer EV, según información proporcionada por la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz.

Inversiones en el país

Desde hace un par de años, varias empresas del sector automotriz han anunciado nuevas inversiones en el país encaminadas a la producción de modelos eléctricos. BMW y Volkswagen anunciaron recientemente planes por 864 y 942 millones de dólares, respectivamente. Además, la empresa china Solarever dio a conocer el plan de 6,800 millones de pesos para la instalación de una ensambladora de vehículos eléctricos en Durango.  Según la empresa de investigación Directorio Automotriz, en 2023 se realizaron 96 inversiones en el ámbito de la electromovilidad por 5,600 millones de dólares.

Se espera que BYD, también de nacionalidad china, anuncie en un futuro cercano una inversión (estimada en 600 millones de dólares) para la creación de una planta con la capacidad de producir entre 150 y 200 mil vehículos eléctricos al año. Jalisco se mantiene entre los seis estados que compiten por dicha inversión. Respecto al anuncio de Tesla sobre la construcción en Monterrey de una gigafactory por un monto de 4,500 millones de dólares en marzo del 2023, actualmente se cuestiona, más que nunca, la viabilidad del proyecto, el cual sigue detenido, más no se ha cancelado. 

Retos

Como cualquier industria en auge, la automotriz eléctrica en México enfrenta varios retos, los cuales también son limitantes para su desarrollo y éxito futuro.

El costo es uno de ellos. Hasta hace unos años, adquirir un vehículo eléctrico implicaba pagar más del doble que un coche de combustión. Recientemente, los menores costos de producción, la evolución de la tecnología, una mayor oferta principalmente de empresas chinas y el descenso en el precio del litio (componente de las baterías) han ayudado a disminuir la brecha del precio entre los coches eléctricos y los de combustión.  Si bien los menores costos de mantenimiento son un factor positivo al momento de adquirir este tipo de vehículos, la gran diferencia a largo plazo radica en la pérdida del valor del automóvil y los altos costos en reparaciones tras colisiones y en establecer una fuente de recarga en casa.

Aproximadamente, el valor de un coche eléctrico puede llegar a disminuir más del 50% tres años después de ser adquirido. Mientras que la depreciación del automóvil de combustión llegaría a ser de la mitad, aproximadamente.  Respecto a las reparaciones, se han realizado estudios en Estados Unidos que reflejan que los coches Tesla tienen un sobreprecio del 27% debido a su alta tecnología en seguridad, conectividad y por la escasez de piezas de la marca.  En caso de que haya una degradación de la batería, estas se deberán remplazar totalmente o en partes. El costo total de una batería varía de 5,000 hasta 20,000 dólares. Si así lo permite, se pueden cambiar algunos de los módulos de la batería, los cuales cuestan en promedio 1,000 dólares; pero si es necesario reemplazar más de la mitad será mejor adquirir la batería completa. En caso de que la compra no incluya el servicio, se deberá de instalar una fuente de carga en casa para el automóvil, según Forbes el costo podría ascender hasta a 15,000 pesos, esto sin considerar el tiempo que tarde la programación de dicha instalación por personal capacitado. De acuerdo con un reporte de Excelsior, el costo de la instalación podría evaluarse hasta en 35,000 pesos, dependiendo de la tecnología necesaria.

Otro reto que enfrenta la industria automotriz eléctrica es la insuficiente infraestructura de centros de carga para vehículos ante la falta de un plan nacional que amplíe la red de electromovilidad actual, así como la baja capacidad de la red eléctrica nacional que garantice la demanda de energía al sector y a la población en general.

Actualmente, es difícil conocer la cantidad de puntos de carga que existen en el país, pues hay instalaciones privadas en hogares y públicas en centros comerciales. En datos oficiales publicados por AMIA, en 2022 había 1,146 estaciones públicas de carga en el país. De acuerdo con Lorenzo Ortego, director general de Voltway, fabricante de cargadores para autos eléctricos, hay alrededor de 2,000 puntos de carga en el país.

Ortego prevé que serán necesarios 50,000 puntos de carga públicos en 2030 para cubrir el objetivo para esa fecha de un 50% de las ventas sean de vehículos cero emisiones.  Esta meta fue establecida por Electro Movilidad Asociación, grupo civil que fue creado por diversas marcas automotrices y especialistas en centros de carga para acelerar la adopción de vehículos eléctricos en México. La organización plantea que para el 2035, el 100% de ventas automotrices serán de vehículos eléctricos.  Por su parte, Siemens estimó que serán necesarias 40,000 estaciones de carga hacia el 2041, mientras que un diputado mexicano considera que deberán de instalarse al menos 15,700 electrolineras para el 2023 (la proyección forma parte de una reforma planteada a la Ley General de Cambio Climático).

Se espera que, entre mayo y junio, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) apruebe una Norma Oficial en materia de electromovilidad, lo que regulará desde autorizaciones para instalación de electrolineras, así como la integración de un sistema de información pública sobre la infraestructura de carga en el país.  Pero al momento de escribir estas líneas no hay un consenso entre autoridades y automotrices que planteen un éxito en el proyecto. Un punto de desacuerdo deriva de los requisitos para la instalación de electrolineras en el país que se publicaron en febrero pasado, pues no hay un consenso entre las partes sobre los tipos de cargadores autorizados. 

Lo anterior plantea una mayor demanda de electricidad a nivel nacional, situación que se pone en duda sobre todo porque recientemente el Sistema Eléctrico Nacional ha sido declarado en varias ocasiones en estado operativo de alerta por fallas en centrales de energía eléctrica y la alta demanda de energía por las elevadas temperaturas en el país provocando apagones en varios puntos de la República. Esto refleja la falta de inversión de la actual administración federal en materia de generación de energía eléctrica.