“De Cocula es el mariachi, de Tecalitlán los sones, de San Pedro su cantar, de Tequila su mezcal…” cantaba Jorge Negrete. Es un hecho que la aparición cultural del mariachi tiene origen rural entre los campesinos, y de manera progresiva y a través del cine tuvo proyección nacional e internacional.
La época de oro del cine mexicano sólo fue el comienzo. Con los años, el mundo se cautivó con el mariachi de tal forma que se convirtió en símbolo nacional y patrimonio de la humanidad. La globalización le dio cabida a otras culturas que crearon sus propios mariachis, conservando la esencia de lo mexicano. Llegó a tal punto su internacionalización que, entre otros eventos, desde 2011 se celebra el Encuentro Internacional del Mariachi.
Tomando como pretexto la celebración de este evento en Guadalajara durante el mes de agosto de este año, considerar las diversas caras que tiene el mundo del mariachi es una forma de reconocer que, más allá de las emociones que nos despierta su música, hay una realidad contrastante.
Cultura vs economía
De acuerdo con los organizadores, el Encuentro Internacional del Mariachi tendrá 16 millones de espectadores, dejará una derrama de 190 millones de pesos, con una participación de 25 grupos.
A nivel internacional, el mariachi representa la mexicanidad, la alegría, la riqueza cultural del país. Al igual que muchos famosos, Paul McCartney alguna vez cantó una de las emblemáticas canciones de los Beatles acompañado de mariachi; de la misma forma, mariachis de diferentes países se han vuelto trending topic en las redes sociales. Videos de mariachis haciendo flash mob en lugares icónicos en el extranjero nos hacen sentir orgullosos casi hasta las lágrimas. Como parte de la promoción turística del país en el extranjero, la presencia del mariachi es uno de los principales atractivos. En reconocimiento a todo lo que significa, en 2011 fue nombrado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Y mientras el mundo admira este símbolo cultural, por décadas en nuestro país, además de darnos identidad, ha sido una actividad económica para muchos.
En 2018 había 732 grupos de mariachi en México, según el INEGI, y en 2021 existían aproximadamente 1,613 grupos registrados en el Padrón Mexicano de Mariachis. Aunque existen grupos de mariachi en prácticamente todo el país, hay estados como Puebla, Estado de México, Tlaxcala, CDMX que han tenido más agrupaciones que Jalisco.
Como parte de la profesionalización de esta actividad, Jalisco abrió una primera escuela de mariachi en 1997, la cual cerró en 2001. Sin embargo, en 2011 se creó la Escuela del Mariachi del Ayuntamiento de Guadalajara, que ha contribuido a la formación de decenas de músicos.
Hoy en día existe una industria viva alrededor del mariachi: Instrumentos, vestimenta, conciertos, tiendas especializadas en productos relacionados con el mariachi y una gran diversidad de eventos para los que son contratados.
Informalidad vs formalidad
Como algunas de las industrias de las que hemos hablado aquí, la informalidad no permite tener precisión sobre la realidad de los trabajadores en esta actividad económica.
De igual forma, es difícil establecer el estatus de cada agrupación y las condiciones laborales que viven, como prestaciones, salarios, apoyos, oportunidades de desarrollo e incluso proyección internacional.
Podemos darnos cuenta en lo cotidiano que hay mariachis que trabajan en las calles esperando ser contratados por algún cliente mientras grupos reconocidos internacionalmente cobran decenas de miles de pesos por una presentación en concierto. Estos contrastes surgen por diferentes factores como la profesionalización de los músicos, la localidad o el hecho de que algunos se dedican de tiempo completo ganando mucho dinero y otros lo tienen como un trabajo complementario para sobrevivir. Pensemos, por ejemplo, en la situación de los mariachis en los pueblos o incluso aquellos aquí en la zona metropolitana, más allá de los que se encuentran en la Plaza del Mariachi.
Desde el punto de vista económico, hay mariachis que reciben entre cientos de miles de pesos por una hora de música y otros cobran entre tres y cuatro mil pesos al mismo tiempo, o cobrando poco más de cien pesos por canción. Sin duda, la estacionalidad juega un papel importante en los precios.
Pero también es importante contextualizar esta actividad económica dentro de las industrias creativas.
De acuerdo con el reporte 2023 de la International Confederation of Societies of Authors and Composers, la economía creativa generó poco más de 12 billones de euros en el mundo. El sector de la música es el de mayor producción y crecimiento en nuestro país, con una recaudación de 157 millones de euros, sin embargo, representa un porcentaje mínimo del PIB. El mariachi compite con una gran diversidad de géneros musicales. Las plataformas digitales, la televisión, la radio y la música en vivo son los principales medios a través de los cuales se distribuyen los productos musicales.
Esta realidad tiene consecuencias para muchos músicos de mariachi. Por ejemplo, hay diferencias en la posibilidad que tienen los grupos de acceder a tecnología para explotar su potencial, el uso de redes sociales para promocionarse, además del reto de conquistar el gusto de las nuevas generaciones que prefieren otros géneros musicales. Recientemente, entró en juego un nuevo factor, sobre todo para los compositores, y es el enorme impacto de la inteligencia artificial.
El show debe continuar
La contrastante realidad y condiciones de los mariachis juega un papel fundamental en su desarrollo.
A pesar de las diferencias, la existencia de los mariachis por razones culturales y económicas mantiene la tradición. Sea un mariachi nacional o uno extranjero, debe ser respetado su trabajo por la contribución que hacen a la cultura. El mariachi ya no le pertenece a Jalisco, le pertenece al mundo.
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