La tormenta perfecta en contra del peso mexicano

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Por tercer mes consecutivo, la moneda nacional registró pérdidas. Específicamente en agosto, el peso se depreció 5.97% ante el dólar estadounidense; acumula un retroceso del 16.2% posterior a las elecciones presidenciales.  

La moneda nacional, al igual que el resto de los mercados financieros globales, iniciaron el mes con el pie izquierdo, pues registraron importantes retrocesos y episodios de volatilidad ante un cambio entorno a la política monetaria de Japón, así como a la perspectiva económica de Estados Unidos.

El Banco de Japón sorpresivamente elevó su tasa de interés de referencia a 0.25%, los analistas estimaban que se mantuviera sin cambios en 0.10%; fue el segundo ajuste al alza en lo que va del año.  El banco central también anunció el plan de reducir a la mitad la compra actual de bonos y su líder, Kazuo Ueda, dejó abierta la posibilidad de incrementos adicionales antes de que finalice el año.  La decisión monetaria provocó que el yen japonés acelerara su apreciación.

Un par de días después se dio a conocer un incremento en la tasa de desempleo estadounidense, de 4.1% a 4.3%, lo que encendió las alarmas de una posible desaceleración en la principal economia mundial. Analistas e instituciones financieras especularon que el aumento del desempleo se debía a la política monetaria restrictiva actual de Estados Unidos, que además de desacelerar a la inflación estaba reduciendo la actividad económica y la podría llevar a una recesión. De hecho, los analistas llamaron a la Reserva Federal a reducir su tasa de interés en 50 puntos base en la próxima reunión de septiembre, el doble de lo proyectado. La noticia provocó una caída del dólar estadounidense ante una serie de monedas: el yen japonés, el franco suizo, el euro y la libra esterlina, por mencionar algunos.   

En el caso de México, el peso mexicano se depreció con fuerza no solo porque un mal dato económico estadounidense podría afectar a la economía nacional. Además, la debilidad del peso se debió a que la fortaleza del yen japonés provocó la salida de capitales extranjeros invertidos en títulos mexicanos, lo que demandó una mayor cantidad de dólares. A lo anterior se le conoce como operaciones carry trade, que consiste en contratar un financiamiento de bajo costo (usualmente Japón que mantiene una de las tasas de interés más bajas) e invertirlo en países con atractivos rendimientos (México, Brasil, inclusive Estados Unidos y algunos países europeos).

Si bien, el peso logró apreciarse hasta las 18.60 unidades en los días posteriores, la fortaleza fue momentánea pues la desarticulación de operaciones carry trade continuaban y varias instituciones nacionales y extranjeras le recordaron al mercado el riesgo que corre la economía mexicana ante la aprobación de una serie de reformas propuestas por el presidente López Obrador, especialmente aquella que modificará al Poder Judicial. Los analistas mencionaron que si el partido oficialista lograba la super mayoría legislativa en ambas Cámaras limitaría la oportunidad de contrapesos dejando leyes a modo de la administración entrante. (Al momento de escribir estas líneas, se confirmó la mayoría calificada del partido gobernante en la Cámara Baja).  

Algunos participantes del mercado se enfocaron en recordar que varias propuestas de reformas amenazan la relación de México con Estados Unidos y Canadá, pues de llevarse a cabo se violarían una serie de acuerdos establecidos dentro del TMEC. Los embajadores de Estados Unidos y Canadá en México fueron quienes de los que se pronunciaron en contra de la aprobación de las reformas. Las agencias calificadoras de valores advirtieron de posibles cambios en las calificaciones soberanas del país ante la entrada en vigor de las reformas.

Por su parte, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, comentó que ha llegado el momento de ajustar la política monetaria estadounidense. El ritmo de los recortes dependerá de los datos que se publiquen, así como de la evolución de las perspectivas y el equilibrio de los riesgos. Las declaraciones que realizó Powell fueron en el marco del simposio económico-financiero realizado en Jackson Hole, Wyoming, organizado por la Fed de Kansas City.  Al cierre de mes de agosto, existe una probabilidad del 70.0% de que el banco central estadounidense recortará su tasa de referencia en 25 puntos base el próximo 18 de septiembre. El 30.0% restante estima que el ajuste a la baja debería de ser de 50 puntos base.