Si crees que la educación es cara, prueba con la ignorancia

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Recientemente, una persona se acercó a mí para compartir su situación financiera. Había estado pagando durante casi dos años un préstamo personal otorgado por su cuñada, con pagos mensuales de 6,500 pesos y una tasa anual del 24%. El monto inicial del préstamo fue de 200,000 pesos.

Juanita (nombre ficticio) estaba muy molesta con su cuñada, sintiendo que la estaba estafando y abusando de ella. No podía entender cómo, después de dos años, aún debía más de 120,000 pesos, a pesar de haber abonado aproximadamente 156,000 pesos. Se sentía desesperada porque no avanzaba y veía su situación como “eterna”.

Al revisar su caso y tratar de comprenderlo mejor, descubrí que Juanita había solicitado el préstamo para tres cosas: cambiar de auto, liquidar una tarjeta de crédito en la que solo pagaba el mínimo, y aprovechar para renovar la sala y el comedor de su casa. Acordaron una tasa más alta que la de los bancos para que su cuñada ganará más, mientras que ella pagara menos en intereses. Además, mencionó que su buró de crédito estaba deteriorado (debido a retrasos anteriores con una tarjeta de crédito que no sabía manejar) y que el préstamo de su cuñada era su única opción.

Después de recopilar toda la información, le hice tres recomendaciones que considero útiles y que comparto aquí:

  1. Prioriza tus gastos: Antes de realizar cualquier gasto, es crucial preguntarnos si es una prioridad o una comodidad. En el caso de Juanita, como en muchos otros, el problema financiero suele comenzar cuando no tenemos claridad sobre nuestras prioridades y terminamos gastando en comodidades o satisfactores que, a largo plazo, nos alejan de lo verdaderamente importante y nos causan frustración. Al explicarle esto, Juanita reconoció que la compra del auto, que pensó era una oportunidad, solo le trajo problemas y su sueño de viajar (su verdadera prioridad) tendría que esperar.
  2. Evalúa la forma de pago: Antes de tomar una decisión financiera importante, debemos preguntarnos cómo vamos a pagar por ella. Creo firmemente que la deuda bien utilizada puede ser una excelente herramienta de crecimiento. Sin embargo, el problema surge cuando acumulamos deuda para consumos ya realizados o para pagar otros pasivos. Además, es crucial considerar la tasa de interés. En un préstamo personal, tasas por debajo del 20% son muy buenas, y tasas por debajo del 30% son aceptables. Debemos tener cuidado con tasas altas.
  3. Sé responsable de tus decisiones: Juanita pensaba en dejar de pagarle a su cuñada, ya que consideraba injusto el monto que le estaba cobrando. Se sentía mal por no haber tomado una decisión adecuada. Le mencioné que, además de las implicaciones legales de dejar de pagar (tenía un pagaré y un contrato de mutuo firmados), la relación familiar podría verse afectada. La tasa del 24% era un costo financiero razonable, considerando que no podía acceder a otros tipos de préstamos debido a su situación en el buró de crédito. Sin embargo, para Juanita, la situación parecía injusta y aprovechada.

El caso de Juanita ejemplifica cómo la falta de cultura financiera puede ser un obstáculo significativo para nuestro bienestar. En Finestra, estamos comprometidos a ayudar a más personas a alcanzar el bienestar financiero a través de nuestras consultorías. Si tú o alguien que conoces necesita orientación, estamos aquí para ayudarles. Nos leemos pronto.