La tragedia detrás del incremento de los seguros médicos

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La noticia sacudió a la comunidad nayarita en meses recientes: una madre de familia denunció que un hospital privado en Tepic se negaba a entregarle el cuerpo de su hija fallecida hasta que saldará su deuda.

La denuncia contenía imprecisiones, ya que el nosocomio solo le había solicitado que garantizara de alguna manera el pago en el futuro, pero el drama que vivía era indiscutible.

En la comunidad de El Venado, en el municipio de Ruiz, Nayarit, la pequeña Aylin Milagros contrajo dengue a finales de julio, lo que llevó a su madre, Irma Lidia Rivera Ramos, a internarla en la Clínica 1 del IMSS en Tepic.

A pesar del discurso presidencial sobre un “sistema de salud al estilo Dinamarca”, la dura realidad era que la niña de 8 años no contaba con la atención médica adecuada para enfrentar un cuadro tan grave de esta enfermedad.

De hecho, fueron los propios médicos del IMSS quienes sugirieron a la madre que trasladara a Aylin en ambulancia a una clínica en Guadalajara, donde las condiciones médicas eran mejores. Sin embargo, también le advirtieron sobre los riesgos que implicaba el traslado.

Frente a esta situación, Irma Lidia tomó la difícil decisión de ingresar a su hija a un hospital privado en Tepic, a pesar de no contar con un seguro de gastos médicos ni con los recursos suficientes, más allá de un pago inicial de 90 mil pesos.

La clínica hizo lo que era necesario: aceptó a una niña que luchaba valientemente por su vida y le brindó atención de primer nivel, algo que el sistema de salud pública no podía ofrecerle.

Aylin peleó con valentía, pero lamentablemente sufrió un daño cerebral irreversible y falleció el 15 de agosto. Para entonces, la cuenta del hospital ya había ascendido a un millón 519 mil pesos por la atención recibida.

Al ver que le sería imposible cubrir la factura hospitalaria, Irma Lidia acudió a los medios de comunicación y solicitó la ayuda del Gobierno del Estado, encabezado por Miguel Ángel Navarro Quintero, para saldar la deuda.

«Como cualquier madre, hice todo lo posible por salvar la vida de mi hija, pero no lo logré. Ahora estoy sin ella y con una deuda impagable en el hospital por intentar salvarla», expresó la atribulada madre a los reporteros.

Irma Lidia también acusó que el hospital se negaba a extenderle el certificado de defunción y a entregarle el cuerpo de su hija hasta que cubriera la deuda; sin embargo, esta afirmación ha sido desmentida por la administración del nosocomio, que argumenta que solo solicitó fijar un convenio de pago.

Finalmente, el 17 de agosto fue velada Aylin Milagros en El Venado, un pueblo de mil 300 habitantes ubicado a la orilla del Río San Pedro, con la promesa del Gobernador de que su administración cubriría la deuda y con una orden a la Fiscalía del Estado para acusar al hospital por “secuestro”.

¿El culpable de esta situación? El deplorable sistema de salud de México, obliga a los ciudadanos a contratar seguros de gastos médicos.

Y una problemática muy seria: la inaccesibilidad a los seguros de gastos médicos.

El costo de la salud

Según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), realizada por el INEGI en 2021, solo el 6 por ciento de los mexicanos cuentan con un seguro de gastos médicos. Este dato es alarmante, pues el 94 por ciento de la población debe hacerse cargo de cualquier enfermedad con recursos propios.

Los especialistas indican que la escasa cobertura de seguros entre los mexicanos encarece el costo de las pólizas.

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), los costos médicos y hospitalarios alcanzaron un incremento de alrededor del 17 por ciento en 2023, superando casi cuatro veces la inflación general.

Esto ha llevado a que los seguros de gastos médicos aumentan en promedio un 12 por ciento en 2024.

Los mexicanos gastan, en promedio, 9 mil 512 pesos al año en consultas, medicinas, estudios clínicos y servicios para la atención de enfermedades generales. El 87.5 por ciento de este gasto proviene directamente del bolsillo de los pacientes.

Los costos de las pólizas de seguros de gastos médicos han ido en aumento año tras año, entre un 11 y un 13 por ciento, debido a la inflación médica, según la AMIS.

En 2021, tras la pandemia, las pólizas de seguros de gastos médicos sufrieron su mayor incremento en la historia reciente: un 20 por ciento en comparación con el año anterior.

Además, la AMIS indicó que entre 2013 y 2021 se registró un aumento del 279 por ciento en el costo promedio de los siniestros de salud asegurados.

¿Cuáles son los padecimientos más costosos de atender? Según la AMIS, las enfermedades inmunológicas tuvieron un costo promedio para las aseguradoras de aproximadamente 4.2 millones de pesos por evento.

Mientras tanto, el tratamiento del cáncer y los tumores costó, en promedio, 2.6 millones de pesos, y las enfermedades del sistema nervioso, 2.67 millones de pesos.

Legislar: ¿Es la solución?

En medio de este aumento indiscriminado, algunos sugieren que la legislación podría ser la solución.

El actual senador por Nuevo León, Waldo Fernández, incluyó en su promesa de campaña la regulación de los aumentos en las pólizas de seguros de gastos médicos.

“Nadie debería tener que elegir entre su salud y su patrimonio para pagar una póliza de seguros médicos para mayores”, repetía durante su campaña, que finalmente lo llevó al Senado.

Su propuesta consiste en congelar las primas para asegurados que tengan al menos 60 años de edad o que hayan cotizado durante 25 años con la misma empresa, de modo que los incrementos solo se ajusten a la inflación.

“La intención es que una vez que hayas estado dentro del sistema por al menos 25 años, tengas la certeza de que al llegar a determinada edad, el aumento será solo conforme a la inflación, y que las otras personas que ingresen a esa bolsa común tengan la seguridad de que, después de 25 años, mantendrán esos precios», explicó el ahora senador.

Fernández está en desacuerdo con que las compañías de seguros médicos disparen los precios de las pólizas una vez que sus clientes cumplen 40 años, momento en que es más probable que desarrollen enfermedades como diabetes, hipertensión o cáncer.

«De un año a otro, una persona puede pasar de pagar 80 mil pesos a 140 mil pesos por una póliza de seguros de gastos médicos mayores. Así, se vuelve impagable», advirtió.

Actualmente, Fernández ya está en la cámara alta y asegura que presentará la iniciativa «Seguros Médicos Justos».

¿Tiene seguro?

También hay un fenómeno que, según las aseguradoras, incrementa los costos: los fraudes.

Por un lado, hay doctores de escasos escrúpulos que intentan a toda costa intervenir quirúrgicamente a los pacientes para cobrar más. Algunos especialistas explican este comportamiento con la clásica pregunta: “¿tiene seguro?”.

Además, hay médicos que buscan aumentar el monto de sus honorarios utilizando instrumental de alto costo, asociándose o recibiendo comisiones de empresas distribuidoras de insumos quirúrgicos, o realizando procedimientos que, aunque válidos, probablemente no hubieran sido necesarios en primera instancia.

“En este sistema de pago por evento, los médicos se convierten en la fuerza de ventas de los hospitales que, para maximizar sus operaciones, los incentivan a aumentar el número de pacientes hospitalizados. Aunque la mayoría de los hospitales ha realizado importantes inversiones en infraestructura y tecnología y merecen un retorno, también buscan a toda costa incrementar la utilización de su capacidad instalada, comenzando por el uso de quirófanos, sin cuestionar a los médicos sobre la necesidad real de realizar el procedimiento quirúrgico o de aplicar estudios completos y costosos que no eran imprescindibles”, denunció recientemente el especialista Rubén Illescas en un artículo de la revista Expansión.

Sin embargo, las aseguradoras también deben enfrentar una mafia: fraudes perpetrados por gestores de seguros de gastos médicos.

Debido a la proliferación de estos casos, las aseguradoras están exigiendo hasta dos valoraciones médicas para verificar que el paciente realmente necesita el tratamiento.

En julio del año pasado, la AMIS alertó sobre la existencia de gestores que, con el objetivo de obtener un ingreso, exageran padecimientos e incluso intervenciones quirúrgicas para encarecer un tratamiento médico, defraudando así a las aseguradoras.

Al final del día, quienes terminan pagando por estos delitos son los asegurados, que enfrentan primas cada vez más elevadas y que no encuentran muchas opciones en un sistema de salud pública que sigue siendo muy deficiente.

Algunas empresas de seguros están ofreciendo deducibles más altos para reducir el costo de las primas o eliminar determinados hospitales, pero esto también termina afectando la calidad del servicio.

Es urgente desarrollar propuestas creativas y confiables que permitan que cada vez más mexicanos tengan acceso a una opción de seguro de gastos médicos, y no al revés, como está sucediendo actualmente.