A lo largo de mis años de experiencia conversando con cientos de personas sobre sus finanzas personales, he identificado una tendencia preocupante: muchos problemas financieros tienen su origen en la compra de un auto. Lo he visto tantas veces que me parece fundamental dedicar este espacio a compartir algunas recomendaciones y puntos de vista que espero puedan ayudarte o ayudar a algún familiar o conocido a tomar una decisión más informada e inteligente.
Vamos de lo general a lo particular. La compra de un auto, junto con la adquisición de una casa y el matrimonio, es una de las decisiones más costosas que una persona puede tomar en la vida. Sin embargo, mientras que en promedio se compran una o dos casas o se contrae matrimonio una o dos veces, una persona llegará a comprar hasta 12 autos en su vida. Además, se enfrenta a la arraigada percepción de que adquirir un auto es un símbolo de éxito laboral o profesional. Si a esto le sumamos el deficiente transporte público en muchas ciudades, la compra de un auto se convierte en una mezcla de necesidad y deseo. Aquí es donde surge la primera recomendación:
Compra el auto que necesites, te guste y puedas pagar, en ese orden.
El mayor error que puedes cometer es adquirir algo
que no necesitas, y peor aún, que comprometa tu estabilidad financiera. He
visto casos en los que el problema no fue la compra del auto en sí, sino el
haber elegido un modelo más caro, grande o lujoso cuando la necesidad real era
simplemente trasladarse al trabajo y dejar el auto estacionado por más de ocho
horas. A menudo escucho el argumento: “Para eso trabajo, es mi gusto”, y aunque
es válido, también puede resultar muy costoso.
Aprovecha los beneficios fiscales o las promociones de meses sin
intereses.
El arrendamiento de autos puede representar un
ahorro significativo desde el punto de vista fiscal. Una frase que me gusta y
aplico es: “Compra lo que se aprecia, renta lo que deprecia”. También es
recomendable aprovechar las promociones de meses sin intereses, que hoy son
cada vez más comunes. Algunas marcas ya ofrecen plazos de 18, 30 e incluso 60
meses sin intereses, lo que puede ser un excelente beneficio financiero.
Utiliza el modelo crédito-inversión.
Desde una perspectiva financiera, lo peor que
puedes hacer es pagar un auto de contado. Primero, podrías descapitalizarse, y
segundo, el auto no generará flujo de efectivo y su valor se deprecia con el
tiempo. La mejor opción es invertir el capital que tienes en renta fija
(actualmente hay tasas muy interesantes) y utilizar los intereses generados
para pagar el financiamiento o arrendamiento del auto. De este modo, conservas
tu dinero, adquieres el auto y, además, obtienes un beneficio fiscal. Lo más
importante es que puedes comprar un auto que te guste y que también te brinde
el mejor rendimiento emocional.
Espero que estas ideas te sean útiles en tu próxima compra de auto. ¡Nos leemos pronto!
Suscríbete a nuestro Newsletter
Mantente actualizado de las últimas ediciones.